¿No te cansas de responder siempre lo mismo?

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A la mañana siguiente me desperté sola, Slenderman no estaba por aquí y todo al rededor estaba en silencio. ¿Qué hora sería? No debería ser muy temprano.

Bostecé y me estiré.

Me sentía mucho mejor hoy.

Un sonido me alarma, luego dan tres toques a la puerta y le digo que pase. Splendorman asoma su cabeza y en cuanto me ve, sonríe.

-¿Cómo te encuentras hoy? -Preguntó.

Muy bien, mucho mejor que ayer -Respondí.

-Esas son buenas noticias -Afirmó mientras se acercaba a mí -¿Crees que puedas acompañarme a desayunar?

-Por supuesto -Dije y me levanté rápidamente, causando un pequeño mareo.

-Cuidado, Kat, no hagas mucho esfuerzo -Se preocupó.

Le dí una palmadita en el hombro y le respondí:

-Tranquilo, no te estoy mintiendo, estoy de puta madre.

Splendorman me miró enfadado.

-¡Esa boca!

Me reí.

-Por cierto -Siguió hablando, en forma de susurro, esta vez más cerca de mí -¿Ese estado de ánimo de debe a que estás mejor o por el beso con Slenderman? -Se rió pillín.

Me ruboricé.

-¿Lo has visto? -Dije en voz baja mirando a todos lados mientras salía de mi cuarto.

-Si, pero no pasa nada, Slenderman no está por aquí -Respondió.

-¿Dónde está? -Pregunté.

-¿De miel o de chocolate? -Me preguntó mientras me enseñaba dos cereales diferentes.

-De miel -Respondí mientras me sentaba en la silla.

Echaba de menos sentarme.

-Ha ido a hacer unas cosas con los demás -Respondió mirándome de soslayo.

-¿Qué cosas? -Pregunté.

-Eso no te incumbe -Dijo mientras le echaba leche a las tazas.

-¿Por qué? -Me quejé.

Splendorman se sentó en frente de mí y me dió mi tazón junto con la cuchara.

-Cada cosa a su tiempo, Katherine. Además prefiero que te lo diga el, no tengo nada que ver con eso -Respondió.

Bufé.

-No es justo -Me quejé.

...

Después de desayunar, Splendorman me aconsejó que durmiese un poco y le hice caso, me fui a mi cuarto y en pocos minutos me quedé dormida.

Me desperté por unos ruidos, no sabía qué hora era, pero el sol se estaba escondiendo. Dios, ¿Cuánto dormí? ¿Por qué me dejaron dormir tanto?

Giro mi cabeza hacia el otro lado y veo a Slenderman sentado en frente del escritorio, no sabía qué estaba haciendo pero de momento no le iba a interrumpir, me gusta verle trabajar, además, desde aquel beso no hemos intercambiado palabras y, no estaría preparada para hablar con él en este momento sobre eso ni sobre nada.

Veo que deja lo que estaba haciendo y se levanta, no sin antes girar su cabeza hacia mi dirección. Cierro los ojos rápidamente para que parezca que estoy dormida. Si, soy una cobarde.

Cuando se fue de la habitación abrí los ojos y suspiré.

Mi cara ardió al acordarme de cómo él estaba tan cerca de mi anoche y aquel beso que nos dimos. ¿Fue el segundo? No sé, pero este lo sentí diferente, más real.

Another Way 『Slenderman』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora