Mañana venía Mike, había estado meditando la oferta y, definitivamente planteo irme.
No puedo estar viviendo aquí por más tiempo, ni aunque quisiese. No encajo aquí y para una vez que me empieza a gustar alguien, mis sentimientos no son correspondidos.
Soy un desastre.
Mis pensamientos son interrumpidos por unos golpes en la puerta. Me encontraba tumbada en mi cama, aunque me sentía mejor aún tenía un poco de fiebre por lo tanto no estaba apta para levantarme aún, según Slenderman.
—Pasa —Dije.
Slenderman entró con una bandeja llena de comida. El almuerzo de hoy.
—¿Puedes sentarte? —Preguntó.
—Por supuesto, Slenderman —Dije enojada.
—¿Por qué tienes ese humor? —Preguntó extrañado.
¿Lo va a preguntar a estas alturas?
—Porque no estoy invalida y lo sabes. Puedo sentarme, caminar y saltar. ¡Puedo moverme!
Slenderman suspiró.
—Pero sigues teniendo fiebre, no es muy bueno que hagas esas cosas —Explicó.
—Dame la comida ya y déjate de tonterías —Respondí y me arrepentí al momento.
—No son tonterías, Katherine —Dijo enfadado. Oh no, ahí va una charla. —Tienes las defensas bajas y haciendo alguna de esas cosas lo que va a hacer es que te sientas peor y todo lo que has progresado sería en vano.
—Lo que tú digas...
Finalmente Slenderman me acercó la bandeja y se fue del cuarto.
Creo que estoy siendo un poco dura con Slenderman. Si me voy mañana, debería de tratarlo mejor, como una despedida. Puesto que no voy a contarle nada acerca del plan porque sé que se opondría. No se por qué pero tengo ese presentimiento. Además, tampoco es como que le importase que me fuera, no creo que note diferencia alguna.
Y los demás... Debería despedirme de ellos, pero no sé cómo hacerlo puesto que sería muy difícil con Slenderman merodeando por aquí.
Me llevé las manos a la cara e hice un grito ahogado.
Les voy a echar mucho de menos, a todos, sinceramente. Son como la familia que nunca tuve.
....
La noche llegó rápidamente. Se notaba que el invierno iba a llegar pronto puesto que ahora los días duraban menos.
Slenderman se había quedado dormido y yo no paraba de dar vueltas en mi cama. El saber qué pasará mañana y la sed que tengo hacen que no pueda dormir.
Finalmente me decidí por levantarme a por un vaso de agua. Slenderman parecía que estaba en coma así que no creo que se percate de mi camino hacia la cocina.
Era extraño pisar el frío suelo después de días sin hacerlo.
Cuando llegué a la cocina, agarré un vaso y lo llené de agua poco a poco para no hacer mucho ruido, cuando finalmente lleno mi vaso me doy la vuelta triunfante mientras levanto el contenido de éste para beberlo, cuando veo una silueta en frente de mí y doy un salto del susto mientras escapo un chillido y me lleno de agua la cara.
¡Genial!
—¿Que haces levantada? —Pregunta Slenderman.
—Tenía sed —Explico mientras me quito el agua de la cara.
—Me podrías haber llamado.
—Estabas durmiendo tranquilamente, no quería despertarte —Me excusé.
—Sabes que no me importa, Katherine, no quiero que te levantes en tu estado —Explicó.
Otra vez estamos con esto.
—Sé que odias tener que cuidarme, Slenderman —Respondí mientras me acercaba a él —Pero no he dicho que lo hagas, puedo cuidarme yo sola como ya te he mencionado ayer. Mi puta vida, la he vivido yo sola, sin madre ni padre que me cuidase, trabajando para poder sobrevivir, cuando me he sentido mal me he cuidado yo sola y mira, ¡He estado genial hasta ahora! No necesito tu ayuda, que te quede claro —Expliqué apunto de irme, pero slenderman me agarra del brazo y me hace quedar en frente de él, de nuevo, pero aún más cerca que antes.
—¿Y si yo quiero cuidarte? —Preguntó.
—E... Eso sería erróneo —Expliqué desconcertada por su pregunta.
—¿De qué estás hablando?
—Porque estás mejor sin mi. Sólo te doy problemas. Que si tengo que dormir en tu cuarto, que si soy una humana, que si me pongo mala, que si ahora te quiero y tienes que estar aguantando mis cursiladas...
Mis explicaciones fueron interrumpidas por un beso. Ese beso del que desgraciadamente me estaba acostumbrando y anhelaba todos los días, ese beso que no debería de pasar nunca. Porque mañana me iría y no volvería jamás.
Intento empujarle para separarlo de mi, pero es en vano. Cualquier intento que haga se queda ridículo puesto que no puedo competir con él. Intento con todos mis impulsos no corresponderle el beso pero finalmente lo hago. Igualmente, este iba a ser el último y sería mejor aprovecharlo antes de que llegase mañana.
Finalmente nos separamos pero sus brazos no abandonaron mi cuerpo por lo que aún seguía aprisionada a él. Puesto que ya sabía que es lo que iba a decir, me apresuré para hablar yo la primera.
—La última vez que me besas —Amenacé. Al fin y al cabo era verdad.
—He soñado que te perdía, y cuando me levanté y ví que no estabas casi me da algo —Se sinceró. Mi cara estaba echa un cuadro.
—No entiendo...
—He estado negandome todo el tiempo a sentir cualquier cosa por ti. Pero me he dado cuenta que es imposible. No sé cómo he aguantado tanto tiempo sin habértelo dicho antes. Cuando me diste aquel beso, la última vez, créeme que no sabía que tenía tanta fuerza de voluntad para haberte separado de mi. Sólo Zalgo sabe cómo hubiese acabado esa noche. —Me ruboricé al imaginarme aquello— Y me encanta cuidarte, porque me encanta pasar tiempo contigo... aunque eso no significa que me guste que estés mala. amás me he sincerado con alguien hablando acerca de mis sentimientos como hoy, Katherine, espero que lo consideres y si me odias, lo comprenderé.
No, no puede ser. ¿Por qué tenía que estar sincerandose ahora? Cuando ya me iba... He estado esperando por este momento tanto tiempo, ¡Es mejor que en mis sueños! Que cruel... No. Debo decirle que me voy, que mi vida está afuera y que lo nuestro saldría mal.
—Slenderman, yo...
—No digas nada. Esta noche no digas nada. Mañana puedes sincerarte todo lo que quieras pero esta noche, es nuestra. —Finalizó para besarme con fuerza y, tuve que corresponderle al beso porque no iba a negarme esa oferta ni a lo que iba después de aquello.
...
Primera parte del maratón, espero que lo hayáis disfrutado.
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Another Way 『Slenderman』
RomanceNo sabía dónde me encontraba. Estaba en aquél bosque el cual cogí como atajo para llegar a mi casa, pero no recordaba que fuera tan largo. Parecía... Infinito. ¿Dónde me encontraba? ¿No era este el bosque que estaba cerca de mi casa? ¿O acaso me cof...