Me despierto y siento un brazo en mi cintura.
¿Qué cojones...?
Abro mis ojos y me encuentro a Slenderman durmiendo a mi lado.
De repente todo lo que pasó ayer aparece en mi cabeza y me ruborizo.
Dios... Pasé la noche con Slenderman, la última noche en realidad. Le di mi virginidad a él y no me arrepiento de nada.
Al percatarme de que estaba desnuda me vestí rápidamente y salí al salón.
Unas lágrimas caían por mis mejillas y las borré de ahí rápidamente.
Será difícil separarme de él y de todos los demás, será difícil no verles más ni hablar con ellos ni... Abrazarlos. Pero es lo más justo, yo no debería estar aquí. Hoy Mark me recogería y todo habría acabado. Mi vida volvería a la normalidad, estaré en mi casa y con mi trabajo.
Suspiro y voy a la cocina a desayunar.
De repente siento unas manos grandes en mis caderas y se que se trata de Slenderman. Me giro y me enfrento a él.
—¿Has dormido bien? —Pregunta con voz ronca.
Le sonrió y recuerdo todo lo de ayer, por lo que me ruborizo.
—Muy bien —Respondo juguetonamente.
—Entonces deberíamos hacerlo así más veces para que tengas mejores noches —Susurra en mi oído y suelto una risita.
Es triste puesto que no va a ocurrir.
—Me encantaría —Respondo intentando sonar feliz.
Llaman a la puerta y Slenderman se separa de mí para abrirla. Se que se trata de Mark.
—Hola Slenderman, ¿Qué tal estás? —Saluda Mark que entra al salón animado.
—Demasiado bien —Responde mientras gira su cabeza hacia mí.
—Me alegro mucho, ¿Y tú, Katherine? —Pregunta, mirándome con intensidad puesto que sabía que en horas yo ya estaría en mi ciudad.
—Estoy genial —Respondo fría.
No quiero que Slenderman note nada.
—Vaya, parece que hasta puedes caminar y todo ya. —Responde y sonríe.
—Tiene al mejor médico del mundo, ¿Acaso dudas? —Responde con un aire de picardía que solo puedo percibir yo.
Mark se ríe.
—Comprendo que seas observador, Slenderman, esa es una buena virtud. —Responde Mark.
—¿Has desayunado? —Pregunto.
—La verdad es que no, me he levantado tarde y no quería llegar tarde tampoco —Explica.
—Entonces desayuna aquí —Respondo.
Llevé el desayuno al salón y comenzamos a comer. Intentaba lo más mínimo que Mike no notase la relación que había entre Slenderman y yo, puesto que si se enteraba de esto, iba a ser demasiado extraño ya que él me había advertido y yo, le había dado la razón.
Cuando estábamos a solas Mikd y yo le comenté sobre la dimensión.
—Quiero hacerlo —Respondo.
Mike me mira raro.
—Oye, cortate un poco, eres demasiado joven para mí, aunque no me importaría realmente —Responde.
Me ruborizo al notar el doble sentido.
—No me refería a eso.
Mike se ríe.
—Lo sé, idiota. Sólo estaba bromeando —Responde.
—Vaya broma, mejor dicho, sería una pesadilla —Me quejo.
—Oye, oye... Que solo tengo diez años más que tú, no soy tan viejo —Responde.
—Me importa una mierda, no tienes que ser viejo para ser malo en la cama —Respondo y sonrío de lado.
—¿Por qué crees que soy malo en la cama?
Me aguanto la risa.
—No sé... Tu cara habla por sí sola.
—Entonces tú eres fatal en la cama —Dice Mike y comienza a reírse, a lo que le doy un empujón.
—¿Ah sabes que? Me importa una mierda, nunca lo sabrás.
De repente llega Slenderman y nos callamos.
—¿De qué estáis hablando? —Pregunta éste.
—De lo malo que es Mike en la cama —Respondo.
—Oye, ¿Tú cómo sabes eso? —Pregunta Slenderman extrañado mientras mira mal a Mike.
—E-estamos de broma, es que le ví mala cara y comenzamos a decir esas cosas —Respondo preocupada.
Un silencio se hace presente.
—Es verdad, tiene cara de que es muy malo en el sexo —Responde Slenderman y comienzo a reír.
—Oye, basta ya, no he venido para que hablemos de cómo soy en la cama —Responde Mike.
...
Estuvimos casi todo el día charlando y pasándolo bien. En verdad Mike no era tan mal chico como parecía.
Sobre las siete y media, Mike me hace una seña como para decirme que va a ir fuera y me va a esperar a lo que yo le enseño el pulgar hacia arriba respondiendo que lo he comprendido.
Es hora de despedirme de Slenderman, sin que parezca una despedida.
Pero no puedo, no puedo verle la cara y pretender que no pasa nada. Me delataría, soy muy mala para ocultar cosas.
Agarro un papel y un lápiz y le escribo una carta. Creo que sería mejor así.
Querido Slenderman.
En todo el tiempo que he estado aquí viviendo contigo y con los demás, ha sido una de las cosas más interesantes y bonitas que me ha pasado en la vida. Jamás me sentí tan querida e importante en la vida y ustedes me habéis dado eso, pero por motivos personales debo irme a donde pertenezco. Se que mi sitio no es éste y nunca lo será. Mike sabe una forma de volver a mi ciudad por eso decidí irme ahora. Además, Slenderman, sabes que te quiero muchísimo y que, bueno, ayer me dijiste que me querías, pero debes saber que lo nuestro es imposible. Un inmortal con una mortal no es buena idea. Pero esta noche que hemos pasado juntos jamás se me va a olvidar, eres muy importante para mí, siempre te recordaré, te amo.
Al escribir la carta unas lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos pero no las detuve. Debo sacar toda la tristeza para sentirme bien de una vez.
Me levanto y la pongo en su escritorio.
Abro la puerta y veo a Mike esperándome así que me acerco a él.
—¿Preparada? —Pregunta.
—Como nunca antes lo he estado —Respondo sin fuerzas puesto que mis ganas de llorar están aún presentes.
—Está bien, sígueme —Responde y me apresuro para estar a su mismo nivel.
Miró hacia atrás y observo a la cabaña, de la cual jamás volveré a ver. Sentimientos de nostalgia aparecen e intento reprimirlos, fallidamente.
—¡Katherine, cuidado! —Exclama Mike pero cuando me quiero dar cuenta, lo veo todo oscuro y no recuerdo nada más.
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Another Way 『Slenderman』
RomanceNo sabía dónde me encontraba. Estaba en aquél bosque el cual cogí como atajo para llegar a mi casa, pero no recordaba que fuera tan largo. Parecía... Infinito. ¿Dónde me encontraba? ¿No era este el bosque que estaba cerca de mi casa? ¿O acaso me cof...