44° Un arribo lleno de...*

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¿Estoy mal o dijo "se metió entre nosotros"? Eso hace que mi pecho se hinche, sé que no me ha dicho lo que deseo escuchar de su boca pero es un avance. Ahora, viéndola dormir como acostumbro hacer cuando estamos juntos, no puedo dejar de desear que, en algún momento, ella reconocerá lo que siente, que me lo dirá. Estoy ansioso porque llegue ese día. Sé muy bien que las acciones valen más que mil palabras pero, por alguna extraña razón, necesito oírlo de sus labios.

Anoche, mientras ella dormía, medité sobre lo que estaba ocurriéndonos: yo jamás habría hecho nada de lo que he estado haciendo por Mina por otra mujer, nunca me lo planteé. Mi vida era un ir y venir de rostros sin nombre, de camas desconocidas, de voces diciendo todo tipo de cosas en el calor del momento: exigencias, amenazas (en el buen sentido), e incluso declaraciones de amor. Sin embargo, todo siempre fue vacío, carecía de sentido, no tenían significado alguno.

Pero ahora, cuando menos me lo esperaba, todo eso que he escuchado todo este tiempo, sobre todo las declaraciones de amor, luchan por escapar de mi boca y me niego porque sé cómo es Mina y no quiero asustarla, no quiero que se cierre. Por sus reacciones ante lo que ha pasado con Schianyna y demás, sé que ella siente algo por mí, el problema es que no parece entender lo que para mí está tan claro como el cristal: ella me quiere y yo siento lo mismo. Sé que no conozco demasiado de ella, pero eso no importa, no hace falta conocer a una persona de toda la vida para saber que es la indicada.

Sé que deberían de revocarme mi "licencia de macho", como dice Lucho, por estar siquiera pensando de esta manera (por no decir de hablar) pero al demonio con todo, soy lo suficientemente hombre como para hacerlo sin dudar ni un instante de que lo que digo es real. Quiero a Mina y la quiero conmigo. Iré despacio como me aconsejó Tomás la otra noche en el coche mientras íbamos tras ella. Según él, Mina ha sufrido mucho ya y debo tener cuidado de no ahogarla.

Eso hace que me pregunte nuevamente qué es lo que oculta, pero seguiré el consejo de mi amigo y seré paciente. Si todo sale como espero, Mina me dirá todo por sí misma cuando esté lista. Solo tengo que esperar. Sé que no soy una persona precisamente "muy paciente" pero, por ella, lo seré.

Un suave gemido femenino escapa de sus labios en sueños: es realmente una diosa de la belleza. Su postura relajada, tan sexy sobre la cama, me recuerda la tarde que hemos pasado, ha sido realmente excitante.

Luego de mi confesión, hicimos el amor durante horas: en la cama, en la ducha, en la piscina, en la terraza. Luego de comer, (una tarta de carne con huevo, aceitunas y queso más por mí que no había almorzado porque ella sí lo hizo, fue más una merienda pero parecía almuerzo), vimos una película juntos en la cama, volvimos a hacer el amor, Tomás avisó que se iría a tomar algo con sus amigos, cenamos una tortilla de verduras, hicimos el amor nuevamente y nos acostamos a dormir.

Caí rendido igual que ella pero, como siempre, el tibio calor de su figura pegado a mí me despertó y no pude evitar observarla. Es en estas altas horas de la noche, cuando la luna está en todo su esplendor en el cielo, cuando mi mente empieza a hervir con ideas, pensamientos y cuestionamientos basados en lo que ocurre a mí alrededor. Actualmente, como ya habrán notado, todo lo que pasa por mi mente tiene que ver con la delicada criatura que descansa entre las sábanas. Es simplemente perfecta.

Vuelvo a sentir el deseo recorriendo mi cuerpo, calentando la sangre en mis venas. Es verla y arder, ser pasto de las llamas. Las mantas delinean sus curvas de manera delicada, dando mucho a la imaginación, si no conociera ya lo que se oculta bajo ellas.

Me tomo un minuto para calmarme y, ya que estoy fuera de la cama, doy media vuelta y observo el jardín, necesito una distracción. En la noche, iluminado por la luz de plata de la luna, las estatuas tienen un aire melancólico, casi siniestro. El agua de la piscina parece negra, con ese frío brillo blanco en el centro. Me recuerda a Mina: esos brillantes ojos como la plata fundida, rodeados de la negrura azulada de su pelo. Cierro los ojos un momento, con la imagen fija de esos ojos grabada en mi mente. Apoyo la frente en el cristal al igual que la mano y agradezco el fresco del mismo, me ayudan a relajarme antes de volver a la cama.

Lest-Out-Love (Serie Amor Enjaulado I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora