42° Enfrentamiento y el regalo perfecto.*

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- Qué bueno que llegaste, ya no la soporto.

Bajo de la moto luego de una frenada bruta y una acomodada de la patita; esta bruja me está cansando.

- Descuida, yo me encargo.

Al abrir la puerta, la bruja está muy cómoda en el sofá del salón. Sus pies sobre el reposabrazos y la cabeza sobre los cojines del otro lado. En sus manos hay un IPod de última generación al que mira con sumo interés. Entro con Damián a la casa y cierro de un portazo. No parece sobresaltarse, está muy tranquila.

- Ya me preguntaba cuándo aparecerías. ¿Ya te cansaste de ella y no sabes cómo cortarla?

- ¿De qué hablas?

- Estás aquí y no con ella.

- Solo porque mi hermano ya no te soporta y no iba a dejar que se altere solo porque a ti se te ha metido entre ceja y ceja el molestarme a mí y a Mina.

- Ay por favor, ¿por qué te mientes a ti mismo? Sabes lo que quieres, solo tienes que dejar a la pequeña cría de murciélago y venir conmigo.

Se levanta y se acerca a mí. Montada sobre las botas de tacón es más alta que Mina, pero por muy poco. Lleva una falda corta por medio muslo que, estoy seguro, mostraría todo lo que supuestamente oculta bajo ella y la ropa interior, un top sin mangas que deja a la vista su abdomen plano y el pelo rubio perfectamente peinado en bucles que se nota que están hechos en peluquería. No me impresiona, prefiero el liso y brillante pelo natural de Mina y su forma más recatada de vestirse normalmente.

Damián me mira, pone los ojos en blanco y, suspirando con frustración, se marcha hacia la cocina. No tiene ganas de escuchar esto y, para ser franco, yo tampoco. Si no fuera conmigo la cosa, también me habría ido con él, no tengo ganas de aguantarla pero no me queda otra.

- No me estoy mintiendo Schianyna, la única que se miente eres tú si realmente crees que te prefiero sobre Mina y que a ella solo la uso. Prácticamente te me regalaste el otro día en el parque, dos veces a falta de una, y las dos te rechacé. Seguiré eligiendo a Mina, ya sería momento de que desistas ¿no te parece?

Se me acerca aún más, casi está rozándome. Se me eriza el bello de la nuca y mi estómago se retuerce ante su cercanía: sé lo que intentará y no se lo permitiré otra vez. Alza una mano hacia mi rostro pero, antes de que haga contacto, la aparto. Su rostro denota molestia y vuelve a intentarlo con el mismo resultado, no voy a permitirle que haga nada, no tendré problemas con Mina otra vez por su culpa.

- ¿No me dejarás tocarte?

- No.

- Tú sabes que quieres que lo haga.

- No, no quiero que lo hagas. La única que quiero que me toque es Mina.

- ¿La amas?

- Lo que sienta o no por ella no es asunto tuyo.

- ¿Y ella te ama a ti, no es cierto?

- Te repito que no es de tu incumbencia.

- Déjame demostrarte lo que puedes disfrutar conmigo y verás tu error.

- No hay ningún error.

- Verás que sí.

Lleva las manos a su top y de inmediato se lo que va a hacer. Antes de que se baje la tela para descubrir sus pechos, le tomo las manos y la detengo. Ella sonríe e intenta quitárselo de nuevo pero vuelvo a frenarla mirándola con mala cara. Antes de un tercer intento, la suelto voy a la puerta y la abro.

- Vete.

- ¿Esa es forma de tratar a una vieja amiga?

- ¿Vieja amiga? Schianyna te comportas como una bruja y sé perfectamente que lo único que quieres es usarme para molestar a tu rival. Tienes tanto miedo de perder contra Mina que estás intentando hacer que no pueda pelear como corresponde perturbándola para intentar asegurarte la victoria. Todo con trampas. Eres patética.

Lest-Out-Love (Serie Amor Enjaulado I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora