Lest-Out-Love (Serie Amor Enjaulado I)

38° Húmedo = sexy...*

Atención, continuamos con el +18 así que, disfrútenlo.  

 ¡DIOS, COMO ME CUESTA CONTROLARME CON ELLA! Esa mirada de deseo, ese brillo en esos ojos, esa mordida de labio inconsciente, me está fundiendo el cerebro. Mi auto-control pende de un hilo. Estoy a punto de frenar el auto, sacarla de su asiento, sentarla en mis piernas y hundirme en ella con fuerza mientras juego y disfruto con su cuerpo a la vez que ella disfruta de ello.

Sus manos están hechas puños apretados sobre sus piernas, lo que delata que está intentando controlarse. Puede que cuando está sobria pueda disfrazar o esconder lo que pasa por su cabeza pero, en este estado, es demasiado obvia, la sutileza y el disimulo brillan por su ausencia y puedo leerla con toda facilidad.

Acelero y tomo la ruta más corta hasta su casa. Llegamos en tiempo récord, en menos de veinte minutos estoy frente a su casa y guardando el R8 en su plaza de estacionamiento. Quito la llave del contacto y miro a Mina, está pensativa. Le tomo la mano y se la masajeo lentamente entre los tendones para relajarla. Esto le llama la atención y desvía sus ojos hacia mí. Puedo ver el deseo brillando en esas preciosas profundidades plateadas, está igual que yo.

Decidido, salgo del auto, abro su puerta y, luego de ayudarla a salir, la pego al auto y la beso apretándola contra mi cuerpo para que note mi deseo por ella, la respuesta de mi cuerpo ante su contracto, ante su presencia. Mina jadea, devolviéndome con ferocidad y ansias el beso. Sus manos van hacia mi cabeza y hunde los dedos en mi pelo y las uñas en mi cuero cabelludo. Eso lanza una corriente eléctrica por mi cuerpo que inflama mi deseo por ella, disparándolo a toda velocidad.

Casi ardiendo en llamas por ella, me separo del beso, la alzo en brazos y me la llevo a su habitación. Mi andar es rápido y paso por el salón a la velocidad de un rayo. Al entrar cierro la puerta de una patada y llevo a Mina a la cama. Su habitación es toda una novedad pero no tengo tiempo de prestarle mucha atención, tengo cosas más importantes entre manos.

Mi boca está repleta del dulce sabor de sus labios, de las caricias de su lengua, de la profundidad de sus besos. Mis manos recorren su cuerpo con reverencia, como si fuera una obra de arte digna de apreciar y adorar y, de hecho, para mí lo es.

- Espera Chris, porfa.

- ¿Qué pasa?

- Estoy hecha un asco, tengo la boca con sabor a alcohol y debo tener el horrible olor del bar, deja que me duche, por favor. Además quiero despejarme, quiero ser totalmente consciente de todo.

- No hace falta, nada de eso me molesta Mina, para mí estás hermosa.

- Por favor.

Su súplica, tan dulce y suave, puede conmigo y claudico dejándola libre para que pueda meterse al baño. Me recuesto boca arriba sobre la cama y miro el techo. Suspiro, ahora que lo pienso, es la primera vez que estoy en la habitación de Mina. Me levanto y me siento para admirar la decoración. Tiene un estilo muy marcado que se ve en todo, desde su ropa, hasta sus autos y su habitación.

Paseo la vista y veo que es muy amplia, al igual que toda la casa; parece que no le gustan los espacios cerrados. Las paredes son negras llenas de frases, dibujos y momentos de inspiración pintados en ellas, con un amplio ventanal que va del piso al techo y ocupa toda una pared que da al jardín. Es increíble el nivel de creatividad que posee en su interior, las paredes lo muestran sin problema alguno. El piso es de madera pulida y oscura con un par de alfombras afelpadas en color rojo sangre. La cama es de dos plazas, con sábanas y mantas en rojo y blanco, acompañadas de dos pares de almohadones en rojo y dos almohadas más grandes detrás en blanco. La cama está sobre una plataforma de color blanco con cabezal negro donde se aloja, no solo la cama sino también un par de mesas de luz con dos cajones cada una y una bella lámpara de cristal encima de ambas. Del lado izquierdo hay una hilera de tres lámparas alojadas en la plataforma con un marco negro como la cabecera de la cama.