12° ¡QUE NOCHE! Parte 2*

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  La cabeza me late como si mi corazón estuviera alojado ahí dentro y tengo el estómago revuelto como si tuviera un tornado. La oscuridad de detrás de mis párpados no es mucha, debe haber luz del otro lado, lo que significa que es de día. ¿Qué hora es? Intento abrir los ojos pero no puedo, parecen pegados con pegamento. Levanto la mano para frotarlos, pareciera que pesa media tonelada más que anoche. Tanteo mis ojos, no tengo nada, así que intento abrirlos de nuevo. Lo consigo de golpe pero, ese mismo golpe, lo reciben mis ojos y mi cerebro en forma de dolor y vuelvo a cerrarlos. ¡MALDITA SEA! ¿QUIÉN ENCENDIÓ EL SOL?

Espero a que el dolor pase y vuelvo a intentarlo pero, esta vez, de manera gradual. Lo primero que noto es que veo borroso, necesito enfocar. Cuando lo consigo paseo la vista por el lugar donde me encuentro para intentar reconocerlo: es mi habitación. ¿Cómo fue que llegué aquí? Intento hacer memoria, pero estoy en blanco. Lo último que recuerdo fue que estaba sentado en la barra del club tomando con los chicos, rechacé a una morocha que se me acercó y, después de eso: nada.

Recorro de nuevo la habitación con la vista, está todo muy ordenado. Que extraño, cuando llego de tomar, usualmente, dejo todo hecho un desastre. Intento levantarme de nuevo pero siento que peso demasiado para mover siquiera una pierna. Suspiro cansado, esto es patético. De repente algo llama mi atención: sobre la silla que está junto a mi cómoda está prolijamente doblada y/o estirada la ropa que llevaba anoche. ¿Cómo es eso posible si yo la tengo...?
Desvío la mirada a mi cuerpo y, efectivamente, no la tengo puesta. ¿Quién fue el que me desvistió? Si estaba tan mal para no recordar cómo fue que llegué, mucho menos voy a poder desvestirme y doblar la ropa. Intento volver a hacer memoria pero es inútil, nada viene a mí. Gruño frustrado, lo mejor será que me duche, me vista y valla por una taza de café. A lo mejor la cafeína pone en movimiento mi cerebro y me ayude a recordar qué fue lo que pasó anoche.

Una vez duchado y vestido con solo un vaquero y unos bóxeres, vuelvo a sentirme ser humano y bajo a la cocina. Ahí me encuentro con mi hermano que, como es costumbre, está leyendo el periódico. Miro el reloj del microondas, las dos. Wow, me he saltado el desayuno y el almuerzo. ¿Cuánto habré dormido? Me sirvo una taza de café y me siento a la mesa frente a mi hermano.

- Valla noche que me hiciste pasar.

Miro a Damián que me habla sin bajar el periódico, pero su tono de reproche no necesita que lo haga, me dice claramente el gesto de su rostro sin necesidad de verlo.

- ¿Por qué lo dices?

Esta vez sí lo baja y con una mirada interrogante de ceja alzada, de esas que dicen "¿y tú por qué crees que puede ser?", me la clava como un rayo láser.

- En serio no te acuerdas de lo que pasó anoche ¿no es cierto?

- La verdad es que no recuerdo nada luego de la una de la madrugada, creo yo.

- ¿Quieres que te eche un poco de luz en esa oscuridad?

- Sería interesante.

Mi hermano dobla el periódico, lo deja sobre la mesa y, entrelazando los dedos con una expresión seria, lo cual no augura nada bueno para mí, empieza a hablar. Lo que me cuenta me deja anonadado.

- Te emborrachaste hasta las trancas, llamaste a Mina borracho, no sé qué fue lo que le dijiste porque ella no quiso darle importancia. Preocupada por ti, hizo que Tomás me llamara para que te fuera a buscar, no quería que te pasara nada malo. Cuando intenté llevarte me preguntaste por ella y, como no había venido como "supuestamente" prometió, no quisiste moverte hasta que viniera. Tuve que llamar a Tomás, él la trajo, te le aferraste como si fuera un bote salvavidas...

Mientras mi hermano habla no doy crédito a lo que escucho. ¿Qué le habré dicho a Mina? ¿Por qué la llamé? ¿Por qué insistí en que ella viniera? Las preguntas rondan mi mente como mosquitas de fruta mientras mi hermano continúa explicándome los sucesos de la noche.
- ...como no quisiste soltarla, ella vino con nosotros mientras Tomás nos seguía en el impala negro de Mina. Sí, ella es la dueña del auto que vimos la otra noche. Entre Tomás y yo te subimos a tu habitación seguidos por Mina, no la soltabas de la mano aun desmayado. Ella fue quien te desvistió y dobló tu ropa. Por suerte no devolviste, eres insoportable cuando te emborrachas pero, al menos, siempre tuviste estómago fuerte. Mina y Tomás se fueron luego de que ella se asegurara de que dormías bien.

Damián se queda callado, creo que ha terminado. Con razón estaba casi desnudo, Mina me desvistió y tuvo el detalle de doblar mi ropa. ¿Le habrá gustado lo que vio? La idea ronda en mi cabeza hasta que me doy cuenta de lo que estoy pensando y me doy una patada mental. Ella estaba preocupada por mi bienestar, dudo mucho que se haya fijado siquiera y, además, ¿por qué se fijaría en un borracho? ¿Qué habrá sido lo que le dije cuando la llamé? ¿La habré insultado? ¿Le habré dicho algo que no debía? No, no lo creo, o no hubiera venido a ayudarme. Aunque, por su forma de ser, yo diría que, aunque hubiera estado furiosa, me habría ayudado de todos modos. Pero entonces ¿qué fue lo que dije?

Las cienes me estallan, los recuerdos inundan mi mente con imágenes de Mina mirándome preocupada, de los chicos riéndose como idiotas, de Tomás mirándome mal igual que mi hermano y mucho más. Debo de haber hecho el peor ridículo de mi vida.

Me froto la cara frustrado. El café no ayuda a mejorar mi humor. La cabeza me estalla. Damián me mira negando con la cabeza y yo sé que tiene razón, estuve muy mal. No debí haberme emborrachado, no me sentiría tan mal ahora, y no me refiero a lo físico. Seguro que molesté a Mina, la preocupé, y ella no se merecía algo así.

Mientras rebusco un analgésico entre los cajones mi mente es un hervidero de ideas; debo disculparme con Mina, lo que hice no estuvo nada bien. Tengo que idear una forma de compensarla, tal vez el viernes...

No, será después, y lo sumaré a portarme bien mientras baile. Sí, eso haré. Lo único que falta es pensar en cómo compensarla luego.

Lest-Out-Love (Serie Amor Enjaulado I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora