CAPITULO #14

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Me encontraba maravillada por el hermoso y vasto cielo azul purpura de Lesgions, que era casi imposible creerlo.

En el cielo resplandecían dos soles imponentes, el paisaje frente a nosotras se comenzaban a transformar con los rayos resplandecientes de los soles. Cualquier terrestre al ver este paisaje se hubiera quedado sin aliento.

Un impresionante paisaje de montañas color rosa se imponía frente a nuestros ojos, extendiéndose hasta un hermoso arroyo donde se encontraba un gigantesco árbol que parecía llegar hasta el cielo, con hojas que resaltaban el color del otoño en el planeta tierra.

Enormes cascadas rodeaban el paisaje, que al caer el agua se extendía un doble y hermoso arcoíris al su alrededor.

Nos asustamos la tres al ver como una nave a toda velocidad pasó por encima de nuestras cabezas. Lesgions aparte de ser hermoso, se podía apreciar que también poseían una gran tecnología.

Lenzi haciéndonos una seña, las tres saltamos del risco teletransportandonos al bosque.

Atravesando la frontera, una majestuosa ciudad de plata y oro blanco y dorado se imponía, las naves volaban por todos los lados era como estar dentro de una película de ciencia ficción en vivo y en directo.

Caminamos unos cuantos pasos, y en el centro de la ciudad observamos cómo se imponían un enorme y hermoso palacio que quizás se ubicaba en todo el centro del planeta.

La arquitectura de los edificios y casas como tiendas era demasiado futurista hasta para los escritores de ciencia ficción. El palacio se imponía en colores de plata y oro blanco, con jardines de rosas de diferentes colores con los colores del arco iris.

Andi tocando mi hombro hizo que la siguiera.

Mientras caminaba comencé a imaginar los increíbles planetas que se encontraban en las distintas dimensiones.

Lenzi deteniéndose frente a un bar, nos hicimos a un lado cuando un hombre cayó al suelo terriblemente ebrio en la entrada, ella puso los ojos en blanco al ver aquel hombre, haciendo a un lado a otro tipo nos hizo paso para entrar.

Andi notando mi cara de desconcierto empezó a reírse nerviosa.

Subiendo las escaleras salimos hacia el segundo piso de aquel bar. Lenzi a grandes zancadas se dirigió al final del piso, donde encontraba un par de cortinas color purpura.

Con un gesto de desagrado, abrió las cortinas.

Se encontraba ahí un hombre apuesto con gesto de conmoción en su rostro rodeado de mujeres. Aquel hombre apuesto al ver la expresión de enfado de Lenzi, se levantó de un brinco mientras se reía nervioso.

Ese hombre parecía terrestre, pero había algo diferente que lo hacía especial.

Tiene la fisionomía de un joven de veinte y tantos años, cabello rubio platino, ojos de un color tan fascinante que parecía ver el sol en ellos, alto entre los 1.80 o 1.85 como mínimo. Tenía la piel blanca con un cierto brillo que dejaban las estrellas en basto cielo espacial; se podía sentir un gran poder provenir de su cuerpo bien formado, en el lado derecho de su pecho cerca del corazón tenía una antigua pero extraña marca, lo pude notar porque tenía su camisa desabotonada.

El hombre acercándose a Lenzi para darle un abrazo, ella lo recibe con un puño en el rostro. Andi ayudando al hombre ponerse pie, lo abraza efusivamente.

-¡Tío Wayne que bueno verte! –exclamo con una sonrisa de sol.

<< ¿Tío? esto debe ser una broma>> –pensé interiormente,

-Al parecer has estado bien. –le dijo Andi alejándose.

-Se nota. –dijo Lenzi con gesto de desagrado.

GUARDIANS OF DESTINYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora