CAPÍTULO 1

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Nueva York.
Lunes 9:30 AM

-¡Buenos días! ¿Qué es todo este desastre?- Mi voz hace eco en todo el set de fotografía mientras todo el equipo voltea a mirarme aterrorizado.

-Señorita Tatiana, muy buenos días, sucede que las fotografías no estuvieron listas el sá...

-Eso ya lo sé. - Interrumpí con poca paciencia. - ¿Por qué demonios no estuvieron listas el sábado si estaban pautadas justo hasta ese día? 

En condiciones normales trabajábamos en armonía, pocas veces ocurrían situaciones como ésta. Pero si había algo que me enojaba totalmente y debía acudir a mi lado de jefa dolordeculo, era que existieran atrasos en mis trabajos y provocaran inconvenientes en cuanto a la calidad de los servicios en mi estudio. Justo como estaba pasando ahora.

Teníamos tres días para realizar fotografías a contraluz para un grupo de 22 modelos de una agencia muy importante. ¡Y A ESTA HORA SÓLO ESTABAN LISTAS 16!

-Señorita, sucede que las fotografías a contraluz exigen mucho enfoque y nos tomamos demasiado tiempo en las otras chicas para que quedaran perfectas. - Se atrevió a hablar otra de las fotógrafas contratadas.

-Tengo otra pregunta... Tenemos seis set de fotografía en este estudio, ciertamente tres estaban en funcionamiento también, pero ¿a ninguno se le ocurrió al menos preparar los otros dos que quedaban disponibles y repartir el trabajo para terminarlo a tiempo? - El silencio de todos me dio la razón.

¡Tiene que ser una jodida broma! Dos nuevas jodidas fotógrafas y un equipo de iluminación no pudieron resolver esto. Hablaré más tarde con Marie para que deje de contratar a incompetentes.

-Lo sentimos mucho, ha sido un reto porque no me enfoco en fotografías a contraluz. Mi compañera sí, pero buscabamos ese factor sorpresa perfecto y se nos fue el tiempo... - Por un momento sentí lástima por su mirada aterrada y su voz temblorosa. Pero ¡a la mierda! Este error me saldrá costoso y que ni piensen que tendrán la misma ganancia.

-Si iban a abusar del tiempo disponible, debían procurar no estropear mis planes de hoy. ¡No tuvieron ni siquiera la decencia de volver al estudio ayer y terminarlas! - Tomé el puente de mi nariz, respirando profundamente. - Ahora mismo debería estar reunida con el director de esa empresa para la selección de las fotografías, ¿y qué tuve que decirle? - Pregunté exasperada. - ¡Que aún no estaban listas! - Reí incrédula. - Es ridículo, son fotografías a contraluz, estas chicas ni siquiera deben perder tiempo en maquillaje y no fueron capaces de cubrir mi trabajo mientras estuve fuera de la ciudad. - Moví mi mirada entre todos los presentes y negué decepcionada. - Que sea la última vez que una situación así sucede. ¿De acuerdo? - Todos asintieron apenados. - Ahora pónganse a trabajar que lo menos que tenemos es tiempo. Apaguen las luces, enciendan los focos que les indicaré y aprendan. - Fui mordaz. Tomé mi cámara y seguí dando órdenes para culminar con ese contrato.

***

Entré en mi oficina justo a las 2:15 de la tarde y me dejé caer exhausta en mi silla principal. Ya las fotografías a contraluz estaban terminadas y de hecho, ya había tomado mi tiempo para almorzar. ¿Increíble, no? Fotografié a seis chicas en menos de cinco horas y ellos se llevaron tres días solo en 16 de ellas. Definitivamente eso debía cambiar. No les exigía trabajar a mi ritmo porque sabía que aquello era imposible, pero ¡demonios! No podía permitir que unas fotografías a contraluz provocaran tanto descontrol.

Yo no tenía un parámetro establecido de lo que era capaz o no de fotografiar. A estas alturas de mi vida ya lo veía como un don, puesto que podía hacerme cargo de cualquier categoría y sí, tendría un resultado casi perfecto.

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