CAPÍTULO 23

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Tatiana Saavedra POV

Una nueva semana dio inicio y con ello, mi trabajo volvía a la normalidad, pues las sesiones y eventos de la colección habían cesado momentáneamente. Pero eso significaba una cosa, tenía una gran cantidad de trabajo acumulado. Es por esto que hice acto de presencia en el estudio a muy tempranas horas, adentrándome en mi oficina con Ashley siguiendo mis pasos mientras me informaba de todos los acontecimientos en mi semana de ausencia. 

Situó una montaña de documentos sobre mi escritorio, dibujando en mi rostro una mueca de fastidio.

-¿Debo leer y firmar todo eso? - Cuestioné a pesar de conocer la respuesta. 

-Todo, señorita. - Afirmó ella reprimiendo una sonrisa. - Disfrute de su café y luego se encarga de repartir firmas.

-¿Me estás dando una orden, Ash?- Interrogué con una ceja arqueada justo antes de dar un sorbo.

-No señorita. - Se apresuró en responderme. - No pretendía hacerlo sonar com...

-Ash. - La corté sonriendo. - Sólo estoy bromeando, relájate.

-Discúlpeme, es que a veces usted es muy intimidante. - Noté cómo esquivó mi mirada, así que decidí culminar con esa pequeña tortura.

-Y a veces no lo hago intencional. - Le dije, dedicándole una mirada amable. - Gracias por tu trabajo, Ash. ¿Algo más que debas informarme?

Pareció efectuar un breve repaso entre sus recuerdos, hasta que algo se accionó en su mente. - ¡Oh, sí! Un hombre vino a buscarla, no quiso decir su nombre pero parecía muy interesado en encontrarla. - Fruncí mi ceño ante esa información.

-¿Tampoco dijo qué se le ofrecía?

-No, señorita. No sé si le sirva de algo, pero era un hombre alto, catire y de ojos claros. 

Repasé la descripción en mi mente y aunque conocía algunos con esas características, no logré obtener un perfil en concreto que requiriera mi atención. 

-Gracias por la información, Ashley, puedes retirarte. 

-A la orden señorita. - Y tras un leve asentimiento, abandonó el recinto.

Di un sorbo a mi café, observando el movimiento del logo del estudio en la pantalla de mi ordenador. Me quedó cierta intriga por la identidad de aquel hombre, pero no tenía tiempo para pensar en asuntos que no podía resolver prontamente, así que una vez culminado mi café, desbloqueé mi ordenador y abrí mi aplicación de correos electrónicos.

Esperé pacientemente a que mi bandeja de entrada se actualizara, desplazándome entre los mensajes con la ruedita del mouse. 

Mierda.

Susurré al abrir un correo en específico, había olvidado por completo esa factura. De inmediato abrí mi cuenta bancaria, transfiriendo la cantidad correspondiente y con la misma velocidad, respondí el correo electrónico, adjuntando el comprobante de pago.

Continué revisando, tenía algunos que Ashley se encargaba de reenviarme, pues llegaban al correo principal del estudio. Uno de ellos llamó mi atención, plasmando un gesto ofuscado en mi rostro. Era de Nicole y básicamente decía que le urgía hablar conmigo pero tuvo un problema con su celular. 

Hice la nota mental de llamarla luego.

No mucho tiempo después terminé de revisar mis correos, enfrentándome a la gran pila de papeles que debía firmar. 

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