CAPÍTULO 20

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Viernes, 6:57 AM

-Necesito cinco putos minutos más...- Se quejó la fotógrafa dando vueltas en su cama, intentando ignorar la alarma de su móvil. 

Nunca las ponía en horas puntuales, siempre eran así, totalmente impares, pues respetaba su idea de que tres minutos marcaban la diferencia y que había un punto de equilibrio entre 6:55 y 7 am, debido a que una le parecía muy temprano y la otra, demasiado tarde.

Luego de robar sus escasos pero valiosos minutos de más, se puso de pie, estirando sus huesos y notando cómo, en efecto, dolían. Caminó hasta su espejo, detallando su estropeado reflejo.

-Nada que un poco de maquillaje no pueda arreglar. - Pensó.

Casi una hora más tarde, después de un analgésico, una taza de optimismo, arreglarse y repartir maquillaje en los sitios que más lo requerían, salió directamente a Industrias Saadel. Ese día era el ensayo de las modelos y aprovecharían para afinar los detalles de la reciente colección, pues el calendario de los próximos días estaba repleto de desfiles debido a la semana de la moda, un evento anual que reunía a los expertos en la materia, aquellos que llevan los últimos looks de la pasarela a la vida diaria.

Tatiana no estaba del todo convencida de poder ayudar, porque sí, tenía algunos conocimientos sobre moda y tal vez pudiera dar algunas sugerencias, pero no era lo suyo. Por algún motivo Tess insistió, alegando necesitar su ojo crítico y bueno, en ese momento tampoco es que le molestara mucho la idea de estar allí, así que aceptó sin tanto esfuerzo porque claro, en ese momento estaba en buenos términos con la modelo, no como ahora, que ni siquiera sabía cómo actuar frente a ella. 

Una sensación poco agradable la abordó, pero se empeñó en ignorar sus pensamientos. Después de todo, sólo eran eso, pensamientos. Y a veces resultaba mejor no hacerles caso.

Estacionó su auto, dando algunas respiraciones profundas y verificando que las marcas en su cuello no fuesen notorias. Puso mucho empeño en ocultarlas. Despegó su móvil del cargador, tomándose un momento para revisar sus notificaciones pues no lo hacía desde que estuvo en el restaurante.

Durante el día le envió algunos mensajes a la modelo disculpándose por su actitud, pero no recibió respuesta. Lo que le pareció extraño es que entre sus notificaciones, había una llamada perdida de ella a altas horas de la noche, una lástima que estuviera tan ocupada en ese momento. 

Decidió bajarse, quizás impulsada por la curiosidad de saber qué se le ofrecía a Emily. Deseaba que la bendita mujer no se la pusiera tan difícil, porque tal parece que siempre tenía algo que replicarle, lo cual le frustraba en gran medida. 

Pero así como le frustraba, también le gustaba. 

-¡Saaaavs! Por fin llegas. - La saludó su amiga, tomando su mano apenas entró en el recinto. 

-Hola, muy buenos días a todos. - Saludó, buscando con su mirada a un par de ojos en especial. 

La modelo al escuchar aquella voz, dejó de conversar con una de sus compañeras para darle su atención, pero sólo momentánea, porque un instante después dejó de observarla.

-¿Por qué tardaste tanto? - Tess la condujo al centro, donde estaban varios percheros con una gran cantidad de ropa. - Tengo un dilema. - Mostrándole dos outfits - Si ésto estuviera en tu armario y tuvieras la cita de tu vida, ¿con cuál te quedarías?

La fotógrafa lo pensó por un momento, observando ambos con detalle. - Tess, yo no tengo citas. 

La mujer rodó sus ojos. Se solía impacientar cuando no tomaban en serio sus momentos de diseñadora. - Bueno, pendeja, si fueras al trabajo, a coger, a fotografiar, a donde se te antoje. ¿Cuál eliges? 

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