CAPÍTULO 10

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Tatiana se acercó y me abrazó fuertemente. - Shhh... Respira pequeña, respira. Estoy aquí.

Y con sus palabras, en sus brazos terminé de romperme.

Luego de unos minutos, intenté continuar con mi relato -Esa noche... - Me ahogué en mi llanto.

-No tienes porqué hacer eso. No lo digas. No sigas haciéndote daño. - Su voz sonaba dulce pero negué, necesitaba drenarlo, necesitaba ser por fin vulnerable.

-Quiero hacerlo. Quiero desahogarme. Sólo... - Trague saliva, tratando de aliviar aquel nudo desgarrador en mi garganta. - Sólo tenme paciencia. - la fotógrafa asintió, mientras acariciaba con suavidad mi cabello.

-Esa noche, al terminar la video-llamada tuve un mal presentimiento. No pude conciliar el sueño y menos cuando mi móvil empezó a sonar a las cuatro de la mañana. - Apreté mis ojos al recordar. - Era Sofi y sentí terror, algo me decía que al atender esa llamada, yo no volvería a ser la misma. - Sollocé, aferrándome fuertemente a su pecho. - Cuando lo hice, ella estaba llorando y me dijo que debía regresar al país cuanto antes, que algo malo había pasado y yo... Yo enloquecí. 

Flashback

¿¡QUÉ PASÓ!? ¡SOFÍA DIME QUÉ PASÓ! — Grité y le escuché sollozar.

Tu mamá, Em... Tu mamá se nos fue. — Dijo entre sollozos, pero para mí no podía ser real. Yo sabía que la gente fallecía, pero jamás me vi en ese escenario. No podía creerlo, ella no.

¿Mi mamá qué? — Pregunté con pánico y sólo escuché cómo intensificó su llanto y no había vuelta atrás, ya lo había entendido. —No Sofi, no me digas eso. Por favor no... No, no, no. — Me desplomé en el piso, sin fuerzas, podía sentir como mi corazón empezó a latir fuertemente, tanto, que dolía. Mis oídos estaban inmersos en un silencio ensordecedor y allí, justo en ese momento, una parte importante de mí también murió.

El teléfono se deslizó de mi mano. No tenía fuerzas, fue como... Si mi alma hubiese abandonado mi cuerpo y al volver, regresó incompleta. Un sinfín de emociones me atravesaron como un tsunami, destrozando todo a su paso. Sentí miedo, coraje, incertidumbre y sobre todo, dolor... Mucho dolor.

Grité, golpeé el suelo y le reclamé al supuesto Dios el haberme arrebatado a mi madre. 

Se había hecho realidad mi peor pesadilla.

Hundida en llanto, empaque mis cosas y tomé el primer vuelo directo a Nueva York. Podía asegurarlo, actuaba por inercia, de forma automática. No había manera de coordinarme, no había forma de centrarme. Estaba viendo una película de terror donde inclusive dentro de mí, era un expectador.

Fin del flashback

-Siete horas más tarde llegué, puedo decirte que fueron las horas más desesperantes y largas de mi vida. - Limpié mis lágrimas, alejandome un poco. - Esa noche tuvieron una discusión subida de tono y no estuve para intervenir y acabarla. Él la empujó y ella tropezó, impactando su cabeza sobre el filo de un escalón. - Me tranqué y ella volvió a abrazarme. Respiré profundamente, buscando la forma de continuar. - Asustado, llamó varias veces a Sofi pero desde el móvil de mi mamá y nunca habló. Eso la preocupó y fue a nuestra casa con su novio, pasada la una de la mañana - Tomé un respiro, intentando conseguir fuerzas. - Nadie abría, sólo escuchaban el llanto de mi monstruito y llamaron a emergencias. - Negué sin poder creerlo aún. - El maldito las abandonó allí, mi mamá estaba inconsciente pero los médicos dijeron que no murió al instante, que fue una lástima que nadie llegó a tiempo para ayudarla. Mi hermanita con sólo dos meses, pasó al menos tres horas sola. - Sollocé desconsoladamente, aquel era el dolor más crudo que podía sentir. - Me culpo cada día, porque no debí abandonarlas. Siempre habíamos estado juntas y cuando más me necesitó, no estuve para protegerlas. - Hablé con enojo, aquella culpabilidad me quemaba el alma y no era un secreto, jamás iba a perdonarmelo.

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