CAPÍTULO 4

122 15 25
                                    

-Tess, no nos hemos reunido para esto. Por favor, cierra la boca. - Suplique avergonzada, bajando la mirada a mi almuerzo.

-¡NO! No me interesa. - Replicó. - Mamá Renata, no sé qué tiene su hija en la cabeza pero no es una mujer normal. - Siguió hablando y por si no pudiera empeorar, mi madre empezó a reír, alentandola a continuar.

Por un momento pensé en irme de allí. Jamás había deseado tanto hablar del bendito tema que teníamos pendiente.

-¡Oh Dios mío, mamá! ¿Podrías por favor dejar de contribuir en esto? ¡Qué vergüenza! - Hice una mueca de incomodidad y ella se encogió de hombros divertida, como si disfrutara de la situación.

-Aaaah... ¿Ahora sí tienes vergüenza? - Tess disparó en mi dirección, antes de dirigirse a mi madre nuevamente. - Mamá Renata, acepto que mi intención era que conociera a una chica linda a ver si finalmente se dignaba a tener una cita. - Llevó una mano a su pecho, como si estuviera asumiendo una gran culpa. - ¡Pero ella no conoce, ella se va de trompa a repartir orgasmos callejeros como si fuera un animal! - Espetó señalandome y mis ojos se abrieron como platos antes de dar una mirada disimulada a mi alrededor.

¡Estábamos en un puto restaurante!

Y sí, la jodida mujer acababa de exhibirme frente a mi madre.

¡Quería asesinarla!

Ni siquiera tuve el valor de mirar a los ojos de mi mamá. - Delgado... ¿Podrías callar? - Le dediqué una mirada asesina y sí, utilicé su apellido. Ya estaba al borde. - Esto no es relevante ni para ti ni para mi madre. - Refunfuñé entre dientes.

-¡Claro que lo es, depravada sexual! ¡No me vas a intimidar apellidandome! - ¿Acaso esa palabra existía? - Ya no eres la misma de hace años, eres una mujer importante y no estás para hacer esos numeritos. - Hizo un gesto despectivo con su mano. - No tienes una jodida idea si esas acciones tan irresponsables te traigan consecuencias más adelante. ¿Qué tal si la de anoche tenía alguna enfermedad? ¿O si está loca como la otra? ¡Recuerda lo que pasó, Tatiana! ¡Recuerda cómo eso nos afecto y...

-Cállate. No te atrevas a mencionar algo más sobre eso.- Dije totalmente tensa.

-Bien, lo siento.- Rápidamente volteó hacia mi madre - Necesito su ayuda para que esta mujer con complejo de puberta con hormonas revolucionadas entre en razón, mamá Renata. No podemos permitir eso. - Apoyó sus codos sobre la mesa antes de tomar su frente con ambas manos y exhalar con aparente irritación.

"Complejo de puberta con hormonas revolucionadas"... Jodida idiota.

¿Quien la entendía? En un momento prácticamente me empujaba a divertirme, a tener sexo y en otro momento sufría un ataque por ello.

-¡Y ni lo pienses! - Me señaló, haciéndome fruncir el ceño. - Una cosa es tener sexo en el trabajo o con alguien que conozcas, y otra muy diferente es irte a un club y hacerlo con la primera que te encuentres. - Me reprendio con firmeza, como si pudiera leer mi mente y yo aún ni siquiera podía pronunciar la palabra sexo frente a mi madre sin sentirme incómoda.

Mi mirada hacia ella era fulminante, no podía creer que se pusiera así justo ahora. - ¡Dejad de hacer un drama por ésto, Tess! - Hablé en español, irritada. - Además, no... No pasó nada anoche. - Dudé en decirlo, sentía vergüenza al hablar de esos temas frente a mi madre.

DESTINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora