El Misterio del sótano 2#

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- Busquemos a Arely, no puede haber ido muy lejos - dije.

En el momento Josue dijo que escuchaba gemidos que provenían de la cocina y decidimos ver qué ocurría allí. Llegamos presurosos y vimos tirada en el piso a Arely; ella hablaba, pero no tenía mucho sentido lo que decía:

- ¡Ah! Era algo feo, venía hacia mí... su cara. - dijo agitadísima.

- Arely ¿qué vio usted? - le pregunté, pero en ese momento dejó de respirar y un hilo de sangre comenzó a brotar de su boca.

Llegó Ivannia corriendo y sin aliento nos dijo:


- El teléfono no funciona, estamos incomunicados... - miró el cadáver de Arely - ¿Arely está muerta?.

Un alarido agudo y profundo, nada parecido al de un ser humano, irrumpió en el silencio mortal de la noche; ni siquiera el eco se atrevió a repetirlo. Además, se podía oír que la portezuela que daba al sótano era golpeada desde atrás. Comenzó a temblar como si de un terremoto se tratara.

- ¡Vayámonos ya mismo! Tomemos el auto - dije casi gritando.

Salimos los tres de la casa corriendo, llegamos al auto. Intenté encenderlo, pero no podía, el nerviosismo no me dejaba. Después de algunos intentos, encendió, y salimos de la quinta, no sin antes ver el interior de la casa por una de las ventanas.

La terrible lluvia me impedía ver el camino y el ímpetu del viento desviaba el auto. De pronto el coche se detuvo, atónitos nos miramos mutuamente. Hacia la izquierda del camino se lograba ver una gran estructura, seguramente era esa antigua casa abandonada.

- No hay más combustible - dije algo inquieto.

Decidimos quedarnos dentro del auto por un tiempo, pero la lluvia y el viento no se calmaban; además, el vehículo se agitaba tanto que comenzamos a pensamos que lo mejor sería refugiarse en esa casa. Salimos del auto, y corrimos hacia el pórtico de entrada... la puerta estaba abierta, pues seguramente el viento lo había hecho.

Llegamos a una habitación inmensa, llena de polvo y telarañas por todos los rincones. Sólo yo subí las grandes escaleras de marmol; Josue e Ivannia se quedaron en el living. Los muros de la casa eran tan gruesos que apenas si se escuchaban los truenos.

Llegué a un corredor, una de las puertas estaba abierta y decidí entrar. Era una habitación rústica y muy amplia, pero lo que más me extrañó fue que había un farol encendido allí. Me aproximé a una ventana y perdí mi vista en el horizonte. Desde allí la tormenta se veía terrorífica, un rayo tras otro iluminaban las nubes que no dejaban de moverse como remolino. Logré ver el auto, el cual tenía las luces prendidas, aunque no recordaba haberlas dejado así. Me sorprendió ver el baúl abierto, pero más aún que desde este fluía un líquido viscoso color rojo. La piel se me erizó, nuevamente la imagen de la sangre enlodada me vino a la mente.

Bajé las escaleras corriendo, y le dije a Josue:

- Mire por el ventanal, ¡mire el auto!. - asintió con la cabeza e hizo lo que le dije. Repentinamente gritó.

- ¡Está allí! Viene a hacia acá... salió del baúl. ¡Nos quiere matar!.

- ¡¿Quién?! Jaime – le grité.

Él cayó al suelo y, como a Arely, de su boca brotó sangre. Ivannia y yo quedamos paralizados unos segundos; lo que sucedía era increíble.

- ¿Qué está pasando señor?

- Está muerto, y lo estaremos nosotros también si no hacemos algo pronto -le dije.

- ¿Pero qué es? ¿Qué hay allá afuera? señor, no sé qué hacer. Dígamelo usted.

- Creo que sé lo que es, el pasado nos persigue.

Ivannia queda pálida como un papel al observar por la ventana.

- ¡Esto es imposible! Es imposible... - gritó agitada.

- ¡Qué Ivannia! ¿Qué es lo imposible? -dije con temor, pero en ese momento ella cayó arrodillada al piso.

Giré lentamente para mirar por la ventana y observé lo que tanto había ansiado ver, lo que me tenía atormentado durante el pasado y ahora se materializaba, lo que sin explicación había matado a Simona y a Jaime; lo que en una palabra, me mató...

FIN

HISTORIAS DE TERROR #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora