Capitulo 15: La propuesta

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Todo el día Ban estuvo a su lado, podía sentir como su ánimo mejoraba, era sorprendente como con el sólo hecho de que estuviera ahí, se sintiera feliz. 

Habían hablado sobre lo que pasaría, sabían que su relación no sería fácil, menos por la terapia en la que el ojimiel estaría por algunos meses, pero Ban le había prometido que no lo dejaría, al contrario estaría a su lado. 

Cuando menos lo esperaron Shido apareció por la puerta.

–Puedes irte, yo me quedaré toda la noche. 

Se recargo en el marco de la puerta,  mirándolos. 

–¡Shido! –exclamó Ginji sonriendo.

El violinista asintió, y para sorpresa del recién llegado beso de forma pasional a Ginji, logrando que un color rosado se instalará en sus mejillas.

–Te veré mañana.

Ban le dirigió una mirada de victoria, y al pasar a su lado le hizo una suave reverencia.

Cuando se alejó, Shido cerró la puerta y se acercó a su amigo, mirándolo a los ojos.

–Se puede saber ¿qué significó eso? –.

Pero no podía mirarlo, era la primera vez que alguien los veía besándose, y sabía que Shido no estaba del todo de acuerdo con su relación.

–Ban es mi novio –susurró por lo bajo jugando con las sábanas.

Al escucharlo se quedó en silencio, sabía que ocurriría eso, simplemente no pensó que tan rápido, esa madrugada había dicho que lo apoyaría, y aunque no estuviera del todo de acuerdo, mantendría su palabra.

–Si en verdad es lo que quieres, yo te apoyo. –Se aclaró su garganta y cruzó sus brazos sobre su pecho, no sabía cómo iniciar esa conversación, sabía que había sido cruel con las palabras que le había dicho en la mañana, tal vez no era momento para que se las hubiera dicho. –Por lo que dije en la madrugada...

–Akabane y tú tienen razón, –levantó su miraba, viéndolo directamente a sus ojos, dándose cuenta de que había un nuevo brillo, y sabía que era por Ban. –Yo en vez de decir algo, prefería quedarme callado.

–Aun así, nosotros debimos estar más al pendiente de ti.

Se quedaron callados, y Shido desvío su mirada para sentarse en el sofá al lado de la cama.

–Gracias por todo este tiempo Shido.

Le sonrió, y estiró sus brazos, él dudo unos segundos, pero después lo abrazo. Era feliz de poder sentir la calidez que emanaba del cuerpo de Ginji. 

Pasaron algunas horas, los dos dormían, Shido en el sillón, que aunque no fuera una cama, se podía reclinar y era cómodo. 

Habían esperado que el rubio fuera dado de alta pero al parecer, lo harían hasta la mañana siguiente, por lo que habían decidido dormir. Shido se levantó de su lugar al escuchar como la puerta se abría, dejando ver al doctor Akabane.

–Le haré una revisión de rutina. Al parecer todo está en orden –dijo revisando el expediente.

–Claro –se levantó del sillón y se puso al lado de la puerta. –Gracias por cuidar siempre de él.

Dijo en tono bajo. No sabía si lo escuchaba el pelinegro, sólo quería decirlo en voz alta.

–Es mi trabajo.

Su respuesta fue fría, Shido no dijo más, sabía que estaba dolido, él más que nadie sabía por todo lo que había pasado, y entendía que estuviera así.

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