Capítulo 32: Encuentro

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Ginji como cada tarde estaba en la oficina de Teshimine, por fin todos sabían de su trabajo, y el por qué se había ido de la vida del rubio, así que desde que había ocurrido el incidente iba por él para comer, y ese día no sería la excepción.

Después de lo que le había pasado a Ban, no quería desaprovechar el tiempo, pasaría todo lo que pudiera con las personas que amaba.

Vio como el mayor tomaba su abrigo para salir con él, pero lo interrumpió el que ahora sabía era su jefe.

–Yo no me pondría el abrigo, necesitamos tomar la declaración de alguien –volteó a ver a Ginji con una sonrisa –lo siento, pero no podrá ir a comer.

–Oh, está bien, puedo esperar.

–No sé si tardemos mucho, sólo no toques nada.

La voz de Teshimine fue seria, pero el menor sonrió, se había acostumbrado a su forma de ser en el trabajo, asintió y con una leve inclinación ante su jefe salieron.

Exhalo dejando salir toda la tristeza que tenía, seguía asistiendo a sus citas con el psicólogo, pero el hecho de no saber nada de Ban no ayudaba en nada, miro el techo y trago saliva, ¿Dónde estaba? ¿Acaso no quería verlo?

Los minutos pasaban y al ver que no llegaba se levantó, sería mejor primero ir a ver a Himiko y de ahí regresar al lugar donde había visto por última vez a Ban, tal vez después podrían comer.

Salió de la oficina y camino por el pasillo que daba a la entrada, al pasar por una puerta una voz lo distrajo, la conocía, era de él, de Ban.

Su corazón se aceleró, sin poder evitarlo se acercó a la puerta y levanto su mano para abrirla, debía entrar, sabía que se metería en problemas, pero no le importaba, lo había escuchado.

Antes de que se atreviera a hacerlo la perilla giro, haciendo que su corazón se detuviera, se abrió la puerta dejando ver a Ban y Himiko.

Pero su mirada se posó en el ojiazul, estaba ahí, por fin lo tenía frente a él. Después de todas esas semanas, por fin lo veía, se veía más delgado, con ojeras y llevaba su brazo vendado, pero no tenía tanta importancia porque estaba vivo, y tenía otra oportunidad.

Sin contenerse por más tiempo se abalanzo sobre él, abrazándolo, escondiendo su rostro entre su cuello, aspirando su aroma y sintiéndose feliz de volver a verlo. No sabía si lo apretaba fuerte, pero no quería soltarlo, porque tenía miedo de que al hacerlo, sólo fuera una ilusión.

Se preocupó cuando su abrazo no fue correspondido, sintió un nudo en su garganta y por esa vez dejo que lo tragara, dejo que toda esa tristeza saliera

– ¿No te alegras de verme? Acaso... Acaso yo era el único que deseaba verte y abrazarte

Se alejó lentamente sin levantar la mirada, estaba llorando, el nudo en su garganta se intensificó haciendo que fuera difícil hablarle y tragar saliva.

–Necesitan hablar, yo iré a distraerme.

Himiko le dio un suave apretón en el hombro de Ginji, dándole apoyo.

Ban veía como los hombros del rubio temblaban ligeramente, estaba llorando, y una vez más era por él.

– ¿Cómo estás?

La voz de Ban lo hizo levantar la mirada, sentía miedo de no saber cómo lo vería, pero al encontrarse con sus ojos vio que le sonreía...

–No me vuelvas a dejar... Sin ti yo no sé

–Ginji es mejor que no

– ¿Te irás?

Su voz se quebró, no podía soportar todo lo que sentía, estaba tan cerca del amor, pero al final siempre se lo quitaban.

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