Ban y Ginji habían terminado de llevar las cosas del rubio, sólo se había llevado sus pertenencias personales, al final había decidido que vendería el departamento.Estaban sentados en la sala, detrás había un ventanal, que daba vista a la ciudad, del lado izquierdo estaba el comedor de aspecto fino.
Ginji abrió sus ojos y lo miro de reojo, aún no podía creer que estuviera en el departamento de Ban y sobre todo que viviría con él.
–¿Quieres comer? –pregunto el ojiazul ladeando su rostro, abrió sus ojos encontrándose con la mirada de Ginji.
–Sí. Vamos a comer.
El ojimiel le sonrió, se miraron por algunos segundos hasta que Ban apartó la mirada y se levantó.
–Iremos a un restaurante, –dijo acercándose a la mesa redonda de madera que estaba frente al sofá, tomando las llaves de su auto.
Ginji no se movió, se quedó viendo a su novio, le gustaría más quedarse ahí, cerca de él...
–¿No tienes hambre? –dijo con una sonrisa de medio lado.
–Podríamos quedarnos aquí y cocinar algo.
–No tengo nada en mi refrigerador, normalmente como fuera. –El rubio lo miró sorprendido –, vivir conmigo no será tan fácil. Pero podemos ir por despensa, así podrías hacer de comer si tienes hambre. Yo la mayoría del tiempo estoy afuera, y cuando estoy aquí normalmente pido algo de comer. –Ginji asintió, definitivamente eran muy diferentes, –además algunas veces habrá periodistas afuera, sólo trata de ignorarlos.
Al decir esto se acercó al ojimiel, lo tomó de la cintura y junto sus cuerpos. Lo miro a los ojos y rompió la distancia de sus labios, era sorprendente como con ese simple beso su cuerpo reaccionaba, era como si una corriente eléctrica lo recorriera. Quería más, su cuerpo le gritaba que siguiera tocando...
–Ve por una chamarra, afuera hace frío –. Ban se alejó, debía ir lento, sé lo había prometido, debía controlar sus deseos de sentirlo.
Ginji asintió y fue hacia su nueva recámara, era la segunda puerta del pasillo, la primera era la de Ban, frente a estas estaba el cuarto de baño y otra recámara que era el cuarto de lavado.
Ginji entro a su habitación, era grande, por el momento constaba de una cama al fondo, a los lados dos burós pequeños con lámparas, del lado izquierdo un clóset, y del lado derecho otro ventanal que era cubierto por cortinas largas de seda color gris.
Se acercó al clóset y sacó un abrigo, miró a su alrededor y se sintió feliz.
–Ginji, te perdiste.
Al escuchar la voz de Ban infló sus cachetes y salió corriendo.
Ban lo esperaba en la puerta, con una enorme sonrisa.
–Creo que no, vamos. – Abrió la puerta dejando pasar primero al rubio. Lo tomó de su mano, haciendo que Ginji se sonrojara, estaba por decir algo pero vio como un reportero se acercaba junto a un camarógrafo, tomándolos a los dos.
–¿Quién es el hombre que está a su lado?, ¿está saliendo con él?, ¿es su amante?, ¿qué opina Himiko Kuro?
Ban soltó a Ginji de la mano para pasar su brazo por sus hombros, caminaba más rápido y jalaba al rubio consigo, pero ellos no se daban por vencidos y los seguían. Al ver que el ojiazul no respondería, el reportero se acercó a Ginji, poniéndole el micrófono cerca de la boca.
–¿Es su amante?, ¿desde cuándo salen?, ¿cómo se llama? ¿Planean vivir juntos o sólo es una noche de placer? –el rubio al escuchar lo último lo miro enojado, ¿cómo podría decirle que era una noche de placer?
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Vidas Cruzadas
FanfictionGinji trabaja en una veterinaria con su amigo Shido, un día se encuentra con Ban Midou un famoso Violinista. Pasa el tiempo y ambos recuerdan un pasado que quisieran olvidar... ¿podrán superarlo juntos? Los personajes no me perteneces son propiedad...