Capítulo 46

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Escuche murmullos en la puerta y el llanto de Dakota, pero ni quería saber nada, ellos no entendían que quería estar sola, la discusión con mi madre, mi pie, la discusión con ellos, no podía mas.

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Ya había amanecido, mi madre esta vez me despertó temprano, aunque me trataba con un diferencia, se notaba que aun estaba molesta, pero no la culpaba.

Creí que tal vez me diría para que me lleve en el auto, pero no lo hizo, pero eso no es lo que mas me dolió, lo peor fue que me estaban aplicando la ley del hielo, y digo estaban porque Dakota , Erick y Johann también lo hicieron.

Así que obviamente fui caminado al cole,  el día estaba oscuro, nublado, además aun me dolía el pie, aunque no tanto como el día anterior, este dolor era soportable.

Iba demasiado lento, la verdad no quería llegar y ver a todos los chicos que de seguro también iban a hacer lo mismo que hicieron los chicos en la mañana.

Cuando por fin llegue ya era tarde, el señor de la puerta me dejo entrar aunque con una mirada severa por la tardanza, generalmente nunca había llegado tarde y creo que eso le fastidio un poco.

Ni bien entre, el timbre volvió a sonar indicando que la clase siguiente ya estaba empezando, suponí que llegaría tarde, así que trate de acelerar el paso.

Cruce todos los pasillos hasta llegar en el aula en el que tenia que estar, suspire al ver que había llegado y con algo de timidez toque la puerta.

Escuche que alguien se acercaba a la puerta, además de algunas risitas, lo cual me puso mas nerviosa.

Cuando la puerta por fin se abrió logre ver al profesor a quien se notaba que estaba molesto.

-Tarde- dijo con seriedad.

-Lo siento- dije tratando de calmar las cosas.

El me miro con poca gracia y me hizo un ademán para entrar al aula.

Yo entre sin decir nada mas, teniendo en mi todas las miradas de mis compañeros de aula.

-Valla, si se apareció- escuche la voz de Richard molesto, pero decidí ignorarlo, no tenia ánimos para pelear ahora.

-Bueno- hablo el profesor cuando me senté- Señorita Muñoz, a usted se le esta metiendo la idea de que puede hacer todo lo que a usted se le venga en gana en la Institución- lo que me faltaba, el regaño- Pues le voy a decir que no es así, yo debería mandarla a dirección, sin embargo no are, porque a pesar de eso usted es una alumna aplicada, y confió en que no volverá a ocurrir- el solo hecho de que el profesor me halla llamado la atención, ya había hecho que todos suelten murmullos.

-No se volverá a repetir- conteste suspirando con pesadez.

-Eso espero- finalizó, para luego retomar su clase.

Yo por mi parte con frustración saque mis cuadernos, ya había perdido clases y loa exámenes se venían todos en menos de tres días.

Ya había perdido la confianza de mama, había perdido a Chris, a los chicos , pero no podía perder mi promedio escolar.

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La clase había terminado bien, por así decirlo, el profesor ya no me había estado regañando, y pues Richard ya no me dirigió la palabra.

Del Odio Al Amor (Christopher Vélez)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora