CAPÍTULO 36: UNO PERDONA, PERO NO OLVIDA

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Gloria se emociona al ver a su hija y a Enrique cada vez más entusiasmados.

En ese momento, Gloria se retira al escuchar unos gritos de Melissa.

De inmediato, Milenna le dice a Enrique:

— Espera aquí, voy a ver que le paso a mi hija, pero sigue caminando.

Gloria y Milienna, llegan a la habitación donde esta Melissa, y encuentran a la niña pisando una cucaracha y gritando como loca.

Milenna la queda viendo, y le dice:

— ¡Basta!, deja de gritar como lo estás haciendo.

En ese instante, Melissa salta y abraza a su mamá, diciéndole:

— Te extrañe mucho, no quiero que te vayas de nuevo mamá.

— ¿Te has portado bien pequeña?

— Si.

Gloria le dice a Milenna:

— Ve a la sala con Enrique, que yo me ocupo de mi nieta, para que haga las tareas que le han dejado.

    — Ve a la sala con Enrique, que yo me ocupo de mi nieta, para que haga las tareas que le han dejado

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Milenna va a la sala, y encuentra a Enrique nuevamente en la silla de ruedas, y le dice:

— Parece que tu impulso ha terminado.

Enrique se toca las piernas, y le dice:

— Todavía siento un poco de dolor, aunque cada día me estoy sintiendo mejor, gracias nuevamente por darme un techo donde descansar.

— Yo estoy muy a gusto contigo aquí, espero que no te recuperes todavía.

Enrique se sonríe mucho y se confiesa ante Milenna, diciéndole:

— Yo también no quisiera irme nunca de aquí. Desde que te vi, mi vida cambio para bien, aunque haya tenido este accidente.

En ese instante, Enrique y Milenna no aguantan más y se besan. Luego de treinta y cuatro segundos de ese beso, Enrique le alcanza a tocar en su brazo izquierdo algo inusual, y le dice:

— ¿Que te sucedió en el brazo izquierdo?

Milenna se pone seria, y le dice:

— Es algo que no quiero revivir, porque esto fue muy doloroso para mí.

Con mucha pena, Enrique le dice:

— Perdóname, no quise hacerte sentir mal con eso, mejor cambiemos de tema de conversación.

Milenna no quiere tener secretos con Enrique, y le expresa:

— Esta herida, me la hizo mi ex marido, junto con esta y estas cinco más en mi espalda.

Enrique no puede creer lo que está viendo, y le dice:

— Dios mío, ¿pero con quién te habías casado Milenna?, ¿y cómo paso?

     — Dios mío, ¿pero con quién te habías casado Milenna?, ¿y cómo paso?

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Milenna se tapa las heridas, y le dice a Enrique:

— Yo lo perdone, pero nunca he olvidado aquella noche tan terrible para mí, solo te resumiré que Alfredo, totalmente alcoholizado llego a la casa junto con un amigo a golpearme, porque le dije que, a esa hora de la noche, no aceptaba que ningún extraño este en la casa.

La reacción de Alfredo fue apuñalarme con una navaja dejándome muy mal herida.

En ese momento, mi niña estaba en su habitación y no se enteraba de nada.

En ese instante, Alfredo creyó que estaba muerta y de inmediato me cargo con ayuda de su amigo, y me subieron a su vehículo para luego tirarme a un monte donde me mantuve con vida arrastrándome con mucho dolor, hasta la carretera.

Dios me mantuvo con vida, Dios también hizo que esa misma noche unos cuadrantes atraparan a Alfredo y a su amigo. Él nunca pensó que alguien en el vecindario viera algo extraño. y llamará a la policía diciéndole todo lo que sucedía y la placa del vehículo.

Milagrosamente me encontró una pareja que pasabapor el lugar, y de inmediato me socorrieron y todo eso... debo darle las graciasa Dios nuevamente...



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