CAPÍTULO 4: EL LOBO SE VISTE DE OVEJA

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Enrique al ver y escuchar al vagabundo pedir dinero

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Enrique al ver y escuchar al vagabundo pedir dinero. Para poder comer, le dice a Hali:

— ¿Tienes monedas?, porque yo tengo pesos colombianos y al señor no le servirán.

— Claro, toma estás... con esto tendrá para comprar comida varios días.

Enrique amablemente le dice al vagabundo:

— Tome señor, espero que con todo esto sacie su hambre.

— Ya sacié el espíritu bueno que hay en ti, aunque muestras dureza para con las demás personas, he visto tu verdadero corazón, aquel que fue lastimado por unos cuantos en el pasado, y que de esa forma has plantado con una armadura dura y firme. Para defenderte de todo aquel que te rodea.

No te equivoques de camino, porque estás haciendo todo a pie de la letra para perderte definitivamente, no seas egoísta, orgulloso, eso no te da bien, tan poco mezquino, ni mucho menos caprichoso, porque tu verdadera prueba está frente de ti, tú y solo tú. Decides si tomas el camino angosto con espinas o tomas el camino amplio y bonito.

Desconcertado, Enrique le dice:

— Gracias por sus concejos, pero yo soy un hombre de negocios y siempre sé qué debo hacer. Así que vamos Hali, no perdamos el tiempo aquí, Mójame nos espera.

Hali le dice a Enrique:

— Fue algo extraño lo que sucedió, parece que te estaba esperando mucho tiempo ahí.

— Si verdad, te confieso que sentí muchas cosas cuando le di el dinero, pero dejemos eso a un lado. Subamos a ver a tu gran amigo.

En ese instante, Hali y Enrique llegan a la oficina.

Mójame les dice:

— Sean bienvenidos mis hermanos, ¿cómo los ha tratado Dubái?

Hali le responde:

— Gracias Mójame por tu recibimiento tan amable, pero el trabajo y los grandes negocios nos han traído aquí, y por eso te traje al hombre que tiene muchos éxitos en Colombia.

Mójame le dice:

— Pero estas muy callado hombre, deja la timidez, ¿y dime como se llama tu empresa?, ¿y que exportas? Para ver que negocios hacemos en conjunto.

Enrique un poco enojado le dice a Mójame:

— Con mucho respeto y a agradezco su hospitalidad para con nosotros, pero no ha nacido el hombre que me intimide, ni físico, ni espiritual, solo estaba pensando en algo que sucedió cuando venía para acá, eso es todo.

Hali le dice a Enrique:

— ¡Vamos! Dile que haces.

— Mi empresa se llama textiles Johan como se llama mi hijo, nosotros exportamos de todo tipo de camisas, telas, pantalones, camisetas de fútbol, a varios países como: Suiza, Suecia, Noruega, Austria, Polonia, San marino, Bélgica, Irlanda, etc, y logramos cumplir a todos estos países en un tiempo muy bueno, esto hizo que más países se unieran con esta labor.

Mójame le dice a Hali:

— Muy bien, este es el hombre que yo necesito.

Hali muy contento por la reacción de Mójame, le dice:

— ¿Te gusto lo que hace Enrique con su empresa textil?

Mójame dice:

— Si, muchísimo, muy ingenioso y cada vez conquistas más países que desean tu producto, pero a esta empresa le falta algo.

Enrique le expresa a Mójame:

— ¿Qué le falta?

Mójame le contesta muy sonriente.

— Yo, le faltaba Mójame, y te diré qué si haces negocios conmigo, tú serás un hombre mucho más rico que nunca.

— Dime, ¿ahora qué debo hacer para ser más millonario?

Mójame le dice muy descaradamente:

— Mis negocios con los rusos son muy arriesgado y necesito muchos socios capitalistas, para poder cubrir la demanda de estas empresas rusas, así que Enrique te necesito para un negocio gigante, donde siempre vas a ganar dinero.

Enrique le dice:

— Cuando mencionas arriesgado, ¿es de invertir mucho capital a esos negocios rusos?

— Si, toda la vida he hecho eso y mira esto tan bueno, crees que estos edificios los he levantado con negocios chicos, me toco muy duro, arriesgue la fortuna de mis padres sin que ellos se dieran cuenta y resulto un éxito total. Míralos ahora, ellos son asquerosamente ricos por su hijo.

Hali le dice a Enrique:

— Es tu decisión si te quedas como estas ahora o entras en las grandes ligas.

Enrique confiado de su gran amigo, les dice a los dos:

— La vida está llena de riesgos, por lo tanto, acepto, entraré al negocio...

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