DIOS ES AMOR

CAPÍTULO 14: EL VERDADERO AMOR DE UN ARREPENTIDO

Enrique muy triste por esta situación que vive, se queda sentado más de cuatro horas en el parque.

En ese momento, Enrique se dispone a levantarse para ir a la reunión donde su padre. Una mujer de cuerpo obeso, cabello negro y vestido blanco, se sienta, y le dice:

— He estado mirándote por muchas horas, ¿qué te sucede?

Enrique agobiado y decepcionado, le responde:

— Señora, gracias por preguntar, pero no tengo ganas de hablar de mi vida.

La señora le dice:

— Anímate, de pronto yo pueda ayudarte.

Enrique con una sonrisa irónica, le dice:

— Perdóneme señora que me sonría, pero me causo un poco de gracia, la verdad es que nadie puede hacerlo, se trata de recuperar mi vida, aquella vida que perdí en cuestión de horas, desde que fui a un país árabe, lo perdí todo.

La señora le dice:

— No has perdido nada, aun tienes lo más importante.

— Usted no me conoce, y no sabe que paso.

— Yo te conozco, más de lo que tú sabes de ti mismo, por eso te dije que no has perdido nada, porque aún tienes tu preciada vida. La cual podrás recomponer muchas cosas si vas por el camino correcto.

Enrique le dice:

— Dígame señora, ¿cuál es su nombre y como puedo seguir el camino que usted dice?

La señora le responde:

— Has cambiado y mucho, desde que estabas a punto de morir en ese avión hasta en este momento. Debes tener mucha fortaleza y lo más importante, fe en Jehová tu Dios, porque fue a el que nombraste cuando en tus momentos de angustia en ese avión imploraste una nueva oportunidad, aprovecha esta oportunidad para estar bien con él.

Enrique muy asustado le dice:

— ¿Cómo sabe todo esto a pie de la letra?, si yo no te he contado esto.

— Enrique, tienes una reunión muy importante, te están esperando en casa de tu padre.

En ese instante, Enrique se pone las manos en la cabeza, y dice:

— La reunión, ya esta tarde.

La señora le dice:

— Todavía no es tarde para que te reúnas con tu familia, debes asistir y escuchar a tu familia.

Enrique le da las gracias a la señora y se dirige a coger un taxi. Cuando se acuerda que la señora nunca le dijo su nombre.

En ese instante, Enrique se da vuelta, pero la silla donde estaba la señora estaba vacía.

En casa de Armando, los familiares de Enrique llegan uno a uno para ver con sus propios ojos lo que Armando dijo por teléfono.

Andrés hijo de Julia y primo de Enrique, le dice a Armando:

— ¿Dónde está mi primo?

Armando preocupado por Enrique le responde:

— No demora en llegar, fue a solucionar unas cosas.

Julia le dice:

— ¿Armando estás bien?, ¿estás consumiendo drogas o es el alcohol?

— Ni una cosa ni la otra, respeta Julia. Mi hijo está vivo, yo no jugaría con eso.

Julia le responde:

— Cálmate Armando, te dije así porque me parece increíble que una persona sobreviviera a la caída de un avión.

La familia de Enrique se muestra muy quisquillosa, y se incomoda por la tardanza y supuesta aparición de Enrique. De repente, tocan la puerta...