Después de un largo viaje, Enrique y compañía llegan a Medellín para darle el último adiós a Laura.
Enrique aprovecho el momento para presentarle a Milenna a su papá. Y a los demás familiares.
Todo lo que se respiraba en la casa de Armando es dolor y tristeza.
Laura fue velada en la casa de su suegro, porque algunos de sus familiares, se encontraban fuera del país y otros que si estaban tenían resentimiento en su corazón. Y no le perdonaron a Laura sus errores y sus desplantes. Cuando vivía con Enrique.
El día siguiente, Laura fue enterrada en el cementerio central de la ciudad, la cual asistió una gran multitud de personas.
Después de haberla enterrado, Enrique se queda parado con su hijo mirando el lugar donde quedo Laura, y dice:
— No puedo creer esto que está pasando.
En ese momento, Milenna y los demás familiares se acercan a Enrique, pero este les dice a todos:
— Llévense a Johan, porque me quiero quedar un rato a solas con Laura, por favor.
De inmediato, Milenna abraza a Enrique y luego coge de la mano a Johan y lo saca del cementerio junto a los demás familiares.
En ese instante, Enrique se sienta al frente de la tumba de Laura y le dice:
— ¿Te acuerdas cuando nos conocimos?, cuando te vi por primera vez en la universidad... en ese momento yo dije: Eres la mujer perfecta para mí, me enamoré a primera vista. También te acuerdas de nuestra primera cita y de todas las embarradas que hice, porque estaba nervioso y sudaba para hablarte... la verdad es que yo pensaba que no era el hombre para ti, pero tu viste algo en mí que te gusto, todavía a estas fechas no sé qué vistes, pero de lo que sí sé, es que vivimos los mejores tiempos juntos. El nacimiento de nuestro hijo, fue fruto de ese amor que nos teníamos, de eso nunca me olvidare. Te recordaré por siempre.
En ese momento, Mirna la madre de Cesar, pasa con su marido cerca de donde esta Enrique y ve la foto de Laura, y dice:
— Esta muchacha estaba en mi casa.
Enrique se levanta y le dice a la señora:
— ¿Quién es usted?
— Mirna Caicedo Sinisterra, espere, yo a usted lo conozco, usted es el empresario famoso de Textiles Johan.
— Era el empresario, de aquel letrero.
Mirna presenta a su marido:
— Él es Carlos.
En seguida, le da la mano a Enrique, diciéndole:
— Me recuerda su nombre, aunque no me crea, yo soy una compradora convulsiva de su empresa.
— Mi nombre es Jorge Enrique Acosta Paredes. Y esa empresa ya no me pertenece, le agradecería si me digiera de donde conoció a Laura.
Mirna agacha su cabeza y le dice a Enrique:
— Yo la encontré muerta junto con mi hijo y cerca de ellos dos, había una mesa con mucha droga y también encontré bastante en el piso.
En ese instante, Enrique pierde la perspectiva del caso y se enoja tanto, que le dice a Mirna y a su marido:
— ¡Su hijo mato a Laura!...
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DIOS ES AMOR
EspiritualEsta historia cuenta. Lo que siente y piensa un hombre de Dios su salvador. Enrique después de ver y sentir en carne propia el verdadero dolor del alma, comienza a entender muchas cosas de la vida, que antes no solía ver...