Capítulo 6

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Al contrario de lo que pensaba Mariano, Margarita había ganado muchísimo más control sobre su maldición de lo que él creía, y su vida no corría peligro, al menos, no en cuando a la maldición se refería.

Era llevada en un carro junto con otra maldecida al mercado, el mercado de los maldecidos.

Mientras tanto, el "Consejo de guerra" (nombre provisorio que se le dio al grupo conformado por los adultos que se encontraban en el Lago Espejo) discutía con frenesí cuál sería su próximo accionar, luego de una primera búsqueda infructuosa que dejó más dudas que certezas.

- Silencio - dijo Zarhana -. Esto no nos llevará a ninguna parte. Ya confirmamos gracias a las hadas que Cervera está muerta. Por esa razón, es prácticamente imposible que ella haya ordenado que se llevaran a Margarita. Por otra parte, suponemos que Margarita sigue viva, ya que no encontramos rastros de sangre ni signos de lucha en el lugar del hecho.

- Creo - dijo Mariano con pesar y extremadamente serio - que se debe haber quedado dormida y por eso se la llevaron sin que se diera cuenta. Terminó exhausta luego de pelear con Cervera y por eso...

- No te preocupes, hijo. Tampoco te culpes. Sabíamos que los Salvador volverían, pero nunca pensamos que ella podría venir en persona. Mucho menos que habías sido hechizado, hijo.

Mariano golpeó la mesa con fuerza.

- ¡Yo debí haberme dado cuenta! ¡Me di cuenta de que me quería hechizar, y por eso pensé que al decir el nombre de mi padre, el hechizo no me afectaría...

- Por eso te digo, hijo. Ni siquiera yo, que conviví tantos años con tu padre, noté que él estuviera en tu cuerpo. Tal parece que mientras duró el hechizo, él solo quiso protegerte cuanto pudo, pero no meterse demasiado en tu vida, aunque con una Salvador a tu lado, era prácticamente imposible que no actuara. Además, gracias a eso, seguís vivo, y Margarita también. Nos contaste que ella logró explotar sus verdaderos poderes...

- Pero sin su sello, ella podría perder el control en cualquier momento, y no sabemos cuanta vida le queda...

- Tranquilo, muchacho - dijo Elías -. Ella es más fuerte de lo que crees. No olvides que sobrevivió diez años sin ayuda de nadie.

- Es verdad, pero no estaba maldita.

- Puede que no estuviera maldecida con esta maldición, ¡pero desde niña carga con una maldición peor! Es fuerte, ¡por Dios! Confiá un poco más en ella, así como ella confía en vos.

Mariano sentía que quería golpear a Elías. La rabia y la frustración que sentía se apoderaron de él con increíble facilidad.

- "Justamente..." - pensaba - "¡Justamente porque confiaba en mí es que no puedo creer que se la llevaran frente a mis narices! Además, ella tuvo que salvar mi pellejo otra vez. ¡No lo soporto!"

Mariano se fue de la reunión y eligió un árbol sobre el cual descargar su furia en forma de flechas.

En su bolsillo se encontraba el sello que le había puesto a la maldición de Margarita. Una hora más tarde, cuando se cansó de lanzar flechas, se sentó en el suelo, y al sentarse vio el pequeño sello caer al suelo. Al notarlo, vio que el sello no era solo una línea, sino que era una pequeña cruz. Lo tomó con cuidado y lo observó atentamente. En efecto, el sello había funcionado perfectamente y se había fusionado con la marca.

- Esta mujer... ¿Cómo fue capaz de romperla? Debe ser porque es dueña de su maldición... - rio Mariano mientras hacía suposiciones sin sentido - Pero, si yo tengo una parte de su maldición, eso quiere decir que quizás...

La maldición de Margarita (y todas las aventuras que vivió gracias a ella)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora