La maldición de Margarita (y todas las aventuras que vivió gracias a ella)

Capitulo 20

Margarita estaba aterrada de que Mariano intentara quitarle sus poderes otra vez. Supo al instante en el que la tocó que su alma se había metido dentro de ella y quería intentar por ese medio acabar con su maldición. No lo permitiría. No tenía idea de como había hecho para meterse en su cuerpo pero sabía que había crecido bastante como brujo así que probablemente conocía nuevos trucos y hechizos. 

Luego de que dormirse a su lado esa noche, se despertó de un salto al recordar de pronto lo que le había sucedido la noche anterior. Sorprendida, se sentó de golpe y sintió como su mano se quedaba atrás... Mariano la agarraba con fuerza a pesar de estar dormido. Y ella sentía que ese cálido amor que enviaba Mariano por su mano era muy agradable. Nunca había podido estar así de la mano con su hermano, solo se dieron un beso y nada más. Esto era diferente y ella se preguntaba si su hermano se enojaría si ella se atrevía a empezar de nuevo con alguien más...

El cuento que le contó  a Mariano, sin estar muy segura de porqué se lo había contando, trajo consigo muchos recuerdos... Un niñito mugroso y agrandado llegando al pueblo, su madre histérica por haber traído un vagabundo de la ciudad a la casa, ver crecer a ese niño con cada caza y con cada paseo que daban, saber que se estaba enamorando de él aunque su madre lo hubiera adoptado y fuese su "hermano" como tantos otros en el clan Salvador, querer tenerlo solo para ella, su sonrisa y sus bellos ojos chispeantes llenos de energía, pasión, determinación, su declaración de amor... y el condenado cuchillo.

Ahora estaba de la mano con el único brujo de la generación que luego de muchas lunas volvía a estar a su lado y le reclamaba una razón para sacrificarse por los demás... ¿Y él qué? Él hacía exactamente lo mismo. Una y otra vez. Por ella lo hizo varias veces, según creía recordar Margarita. No sabía cuantas, pero no era quién para reclamar razones a nadie. Y ella continuaría sacrificando su vida pues para eso la habían maldecido, ¿o no? Finalmente su vida había encontrado propósito y no dejaría que frases estúpidas como "tu vida es tuya" o "tu vida es un regalo para que seas feliz" la hicieran cambiar de parecer. Mariano no sabía  nada.

Al voltear para mirarlo, sonrió. Se veía bonito dormido y callado como estaba. Pronto amanecería totalmente y deberían marcharse, pero todavía no debían hacerlo. Tenía algo de tiempo antes del amanecer para verlo. Mirarlo. Observar las marcas de su rostro y contar sus pestañas. Perder el tiempo en él y solo en él. Luego podría volver a su vida de siempre pero por ahora, decidió simplemente quedarse para perderse en su rostro y encontrarse en su mirada una vez que abriera los ojos.

En otro lugar, muy lejos de allí, los hombres lobo recibieron la señal de Tiem y comenzaron la marcha. Su deber era juntar la mayor cantidad de personas posible; mientras mas maldecidos mejor. Se reunirían en un claro de bosque a pocos metros de la playa de Miseltof, que, como punto estratégico ofrecía enormes ventajas de las cuales hablaremos una vez que los maldecidos se reúnan.

La misión de  los hombres lobo, como así también de Jacif, era convencer a los maldecidos para que se unieran a su causa y así pudieran enfrentar a la bruja y al líder de los Salvador. El plan era simple, los maldecidos irían por la bruja y Margarita se encargaría de su hermano.

Para los que estén confundidos, Margarita tenía muchos hermanos, pero Cervera era la madre biológica solo de Margarita, quien luego adoptó a Diógenes y a Santos (que de santo no tenía nada como pueden notar).

Volviendo al plan, Jacif tenía su primera misión como princesa de Jiff Aranguni al presentarse tanto como princesa como maldecida. Iría uno por uno si era necesario y solicitaría su ayuda. Como era mitad hada, el carisma era una habilidad innata pero bien se sabe los maldecidos son personas bastante ariscas y poco sociables. Así que esta tarea le llevaría bastante tiempo según creía, ya los maldecidos eran muchiiiiiiisimos. Ya que estamos, vamos a dar un breve vistazo a los maldecidos que recogerá Jacif a lo largo de su camino.