Capítulo 35

26 3 4
                                    

La fase tres

- Yo entraré a buscarlas.

...

Mariano no pensaba en nada. Se había sentado encima de todas las marcas de maldición sosteniendo con gran cuidado el corazón de Margarita, vigilándolo de cerca.

- Todavía late. Todavía late. Si su corazón late, eso quiere decir que todavía hay algo que se pueda hacer...

Mientras estaba sentado ahí, recordaba la forma en la que Margarita lo había ayudado a sobrellevar su fiebre de primavera. Cada vez que las cosas se salían de control y él perdía la cabeza ella le hablaba con calma y seguridad:

- No pienses. Mientras más pienses, más negativos se volverán tus pensamientos. En este momento no tienes nada que pensar; no estás resolviendo ningún problema, sino que al pensar tanto estás creándolo. Acepta que el dolor es el dolor, la tristeza es la tristeza y la culpa es la culpa. Lo que sentimos no está mal, pero lo que hay que entender es que sin importar cuanta culpa sintamos, cuanta tristeza y cuanto dolor, no podemos cambiar el pasado. Y fue gracias a ese pasado que hoy podemos estar aquí donde estamos. Y no hay ningún otro lugar en donde podríamos estar.

Eres tu aquí y ahora. No eres tu pasado y tampoco tu futuro. Eres tu presente toda tu vida. Convierte tu presente en ese lugar donde quieres vivir. Hazlo tu sueño. Vive tu sueño.

- Tú eres mi sueño, Margarita...

Hubo un silencio durante el que Margarita no supo qué responder.

- Yo... creo que tu sueño debería ser otro, Mariano. Si dejas que tu sueño sea una persona, vivirás miserablemente como lo hice yo por diez años. Deja que tu verdadero sueño sea uno donde tú seas el protagonista, y como tal, podrás ser capaz de hacerlo el más bello de todos los sueños y al vivir en él, te darás cuenta de que estás viviendo tu propia felicidad.

- ¿Eso es lo que estuviste haciendo durante estos dos años?

- Sí. Desde que los conocí vivo mi presente. Sabía que podría morir en cualquier instante... E incluso después de que me bendijeras, nunca sabía qué iba a pasar. Y me di cuenta de que no quería planear ningún futuro, sino que simplemente quería vivir la vida que me habían regalado.

- ¿Regalado? ¿Por qué lo dices...?

- Mi padre y mi hermano se sacrificaron por mí... Ellos dieron su vida para que yo viviera. Ellos me dieron otra oportunidad. No quiero desperdiciarla preocupándome por el futuro y viviendo en el pasado. Desde que vi la oportunidad de salvar a ese niño, yo... Me di cuenta de que debo vivir el hoy más que nunca. Y eso intento hacer cada día. No siempre lo logro, pero...

- ¿Estás viviendo tu sueño?

Margarita sonrió con dolor.

- ¿Recuerdas que te dije que no hicieras que tu sueño fuera una persona?

- Hablo del sueño personal de que me hablaste – dijo Mariano mirando hacia otro lado.

- Ah, bueno... Digamos que... - Margarita suspiró – Sí. Lo estoy viviendo. Gracias a ustedes, yo...

- Dije tu sueño personal... Tú sigues hablando de otras personas... - dijo Mariano mirando a Margarita a los ojos.

- Yo... todavía no puedo hacer que mi sueño personal se concrete. Pero, una vez que pase la guerra, creo que ya podré hacerlo.

- ¿Puedo preguntar... cuál es ese sueño?

- No, es secreto. Pero en cuanto todo esto termine, prometo contarte...

La maldición de Margarita (y todas las aventuras que vivió gracias a ella)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora