Capítulo 18 - A - 1ra parte

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Mariano no puede estar más confundido. No sabe ni siquiera qué decir. Sabe que las cosas han cambiado pero no puede entender bien en qué. Margarita no es ella misma. Y ahora no es la misma que era antes de que viajaran en el tiempo. Y como si fuera poco ella acababa de sentenciar que la guerra podía comenzar.

¿En qué demonios estaba pensando? ¿Qué fue lo que hizo y lo que planeaba hacer? ¿Por qué Mariano quedaba en el medio de sus locuras y eso se sentía tan... Bien? Pero no, también se sentía mal, era frustrante y fastidioso ser siempre el perrito obediente dispuesto a hacer como le mandaran...

- ¿Qué hago? - se preguntó el voz alta.

- Oh, lo siento, Mariano. No fue mi intención. Tuve que cambiar un hecho de la historia para que el niño pudiera vivir.

- ¿Y qué cambiaste?

- Ahora yo soy la primera Salvador - dijo con una sonrisa.

- ¿Qué? - preguntó todavía más confundido Mariano.

- Ese niño cargaba con el espiritu del Primer Salvador y por lo tanto estaba destinado a morir. Ahora que yo tengo el espíritu dentro de mí, el niño está a salvo.

- Pero, entonces, eso quiere decir que vos...

- Yo estaba destinada a morir desde el momento en el que me maldijeron. Bah, en el momento en el que no pude ser una buena Salvador. Voy a morir de todos modos, tarde o temprano. Pero ese niño tiene todavía mucho para dar.

Mariano agachó la cabeza y apretó lo puñoa con fuerza. Temblaba de la rabia y la impotencia luego de escuchar esas palabras. Pronto, en el suelo se veían las marcas de sus lágrimas.

- ¿Por... Qué...? ¿Por qué siempre vos? ¿Por qué te tenés que sacrificar por el bien de la humanidad entera? ¿Por qué tenés que salvar a todo el mundo? ¿Por qué tengo qur verte sufrir tanto y para colmo ayudarte en tus locuras? ¡¡¡¿Por qué mejor no te mato ya, aquí y ahora, y me ahorro tu sufrimiento y el mío?!!!

- Perdón, Mariano - dijo Margarita colocando su mano sobre su hombro -. He sido muy dura con vos injustamente. No, no te mereces sufrir lo que te hice sufrir. Y no, no tenés que acompañarme, ni apoyarme, ni aceptar lo que te digo. No tenés que hacer nada de eso. Perdón, es solo que... Siento que confío mucho en vos. Tanto, que te confío mi vida, aunque después de todo lo que he dicho, sé que parece que no vale nada, pero en realidad, por mucho que lo diga, creo que mi vida vale mucho.

- La verdad es que no lo parece. Todo el tiempo estas haciendo cosas que te dañan, que te destruyen, que te quitan lo poco de vida que te queda...

- Y es por eso que considero que mi vida es en verdad valiosa. Conocí a muchas personas cuya vida estaba a punto de terminar. Y gracias a que estoy viva, pude darles un poco de mi vida y contribuir para que tengan otra oportunidad...

- Pero, ¿qué hay de tu propia vida? Si realmente la valoraras como decis, encontrarias la manera de salvarlos sin autoinmolarte. La verdad es que no entendes nada, Margarita. Ninguna entiende nada.

- ¿Qué...?

- La vida que tenés no es para darla en sacrificio por los demás. La vida que tenés es para vos.

- Pero...

- Es para que vos la vivas como vos queras. Es un regalo. Es para que te diviertas. Es para que aprendas. Es para que conozcas. Es para que vivas. Es para vos. Es para que seas feliz. Y para que seas vos. Tu vida es para vos.

La maldición de Margarita (y todas las aventuras que vivió gracias a ella)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora