Capítulo 19

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- Mariano... Mariano... Mariano...

- Te llaman. Debes regresar. Tranquilo. Si algo llega a suceder, yo la ayudaré desde aquí dentro. Por lo pronto, tú ayúdala tú desde afuera. Ella no me deja leerle los pensamientos y no puedo ver la intención de su corazón. Es como si me tuviera prisionero o refugiado; y no sé cuál es peor.

- Pero si necesito de tu ayuda, ¿cómo puedo llamarte?

- Estamos conectados. Ya sabes cómo encontrarme.

- Pero...

- Mariano... Mariano, despertate, por favor.

Mariano comenzó a abrir sus ojos lentamente. Vio que Margarita estaba frente a él muy preocupada y consternada.

- Mariano... ¿Estás bien?

Mariano quiso moverse, pero no pudo. Era como si todo su cuerpo todavía estuviera en transe y aun no despertara.

- Tranquilo. No intentes moverte. Te golpeaste fuerte al caer. Estoy intentando curarte, pero para eso necesitaba que despertaras...

Mariano quiso hablar, pero su lengua estaba dormida de igual manera.

- Tranquilo. Lo sé. Sé que da miedo, pero sé que estás bien. Ahora, te voy a pedir un enorme favor. Para poder ayudarte, necesito que sueltes mi mano, no sé si lo puedes ver... Me tomaste de la mano y de pronto te desmayaste, pero no me soltaste. Ahora tu cuerpo está en shock y necesito relajarlo, pero para eso preciso que sueltes mi mano. ¿Podrás intentar, con la fuerza que tengas, mover tus dedos de a poco para soltarme?

Mariano no podía. No podía hacer nada. Solo podía mover sus ojos, y no pasó mucho antes de que, sin quererlo pero por tener su orgullo herido, comenzara a llorar.

- Tranquilo, tranquilo. Tenemos todo el tiempo que necesites. Yo no me voy a ir a ninguna parte. Estoy aquí para cuidarte. Nada ni nadie te hará daño.

Mariano quiso dejar de mirarla, pero tampoco podía.

- ¿Te cuento un cuento? Es sobre una niñita, su amor y un lobo. Creo que te va a gustar... Mirá, si te da sueño, no te preocupes. Es una buena señal. Tu cuerpo se está relajando y para cuando te duermas me vas a poder soltar.

Mariano sabía que eso no era verdad. Dormirse después de desmayarse era una mala señal. Pero, entonces... ¿Qué tal si él no se había desmayado, si no que... había viajado a algún lugar? Tal vez ella lo sabía y por eso...

- Hace mucho tiempo, en el medio de un bosque lejano, había una niñita a la que nadie quería. Podríamos decir que era el patito feo de su familia. Pero eso no era todo, no bastaba con que ella fuera el patito feo de su familia, sino que su familia se encargaba de hacérselo saber a ella y al resto de los habitantes del pueblo en el que vivían. Por eso, la niña siempre estaba sola. Y así paso varios años de su vida. Ah, pero no creas que ahí acaba la historia, ¿eh? Te dije que esa niña tenía un enamorado. Pues bien, un día, cuando ella tendría unos ocho o nueve años, un muchachito extranjero y huérfano, llegó al pueblo. Ni él sabía cómo había llegado, pero era del tipo de personas que no se preocupa por ese tipo de nimiedades, así que ni bien llego al pueblo y lo vio dijo con una amplia sonrisa en su rostro: "Ja, podría ser peor de feo, pero ahora será este al que llamaré mi hogar y me aseguraré de ser el tipo más rico de la ciudad". Verás entonces cual era la actitud de ese señorito que no tenía nada, pero lo quería todo. No te imaginas la cara de la niña cuando lo vio y lo escuchó hablar la primera vez, ¡por Dios! Dicen que el fuego de la pasión se contagia, pero esto era un incendio. Sus ojos luchaban por contener las lágrimas de emoción al ver un ser semejante, y por eso quiso asegurárselo para ella y para nadie más. Si las demás niñas llegaban antes que ella a ganarse su amistad, era el fin. Nunca más podría hablarle ni acercársele. La vieras, corrió y corrió con todas sus fuerzas. Y detrás de ella, unas veinte niñas más comenzaron a correr igual y más rápido que ella. A pesar de que ella tenía un poco más de ventaja, no tardaron en alcanzarla. Ella gritaba: ¡No! ¡No vengan! ¡Él es mi amigo! ¡Por favor! ¡Solo quiero... un amigo! ¡No vengan! ¡No!

La maldición de Margarita (y todas las aventuras que vivió gracias a ella)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora