———Olivia———
Era de día. Llevaba tan sólo 24 horas en aquel lugar y me había parecido una eternidad. No había visto más que un esqueleto tembloroso atravesando la sala desde que estaba ahí. No había bebido ni comido nada, y mucho menos dormido. Había tenido visiones por el cansancio, sensaciones de querer alcanzar algo pero no poder. No sabía si ese era mi castigo por haber fallado en la protección hacia Amelia, o que simplemente estaba delirando.
La claridad del sol que se colaba por las grandes vidrieras indicaba que ya era más tarde de las seis de la tarde. Los rayos ni si quiera me daban en los pies, que por alguna desgracia tenía descalzos. De repente, oí ruidos. Alguien había entrado sigilosamente en el gran salón, pero no escuchaba ni veía nada. Dudaba que fuese otro esqueleto. Entonces escarcha empezó a colarse a través de los barrotes a mi celda. ¡Bingo!
"Escarcha" habló la voz de mi cabeza entusiasmada, tras un día entero.
Me levanté tan rápido como mis pocas fuerzas me dejaron. Estaba emocionada, Jack estaba ahí, había venido a por mí y me iba a ayudar a escapar.
La escarcha siguió avanzando hasta que llegó a mí y envolvió las cadenas que me tenían atada, las debilitó y con un simple esfuerzo se rompieron. Jack había roto mis cadenas. ¿Le podía querer más? No podía contener las ganas de abrazarle. Fui corriendo hasta las rejas, intentando hacer fuerza contra ellas. No resultó.
"Claro, no eres Hulk, ¿qué esperabas?" sonreí gracias a la voz.
La escarcha avanzó hasta meterse en la cerradura para acto seguido sonar un ligero "click". La puerta se abrió ligeramente. Entonces la empujé, saboreando la libertad, para encontrarme a la izquierda con Jack.
Al verme sonrió, suspiró aliviado y vino rápidamente a envolverme en sus brazos. Agradecí mentalmente aquel día que escuché por primera vez su voz. Noté su cuerpo junto al mío, y una ligera energía fría que le acompañaba.
—Ya está, ya estoy aquí...ya está todo bien...—dijo Jack en tono suave.
Alcé la cabeza y le miré a los ojos. Entonces se acercó a mis labios y me besó dejando claro que me había echado de menos. Nuestros labios encajaron como piezas de un puzzle, dando algo de dulzura a aquel momento. Le agradecí aquel contacto y hundí mi cabeza en su cuello llenándome de su agradable aroma.
—Vamos, tenemos que irnos antes de que vuelvan y se den cuenta de que no estás—Jack cogió mi mano y me guió haciéndome salir por la puerta del gran salón.
Nos adentramos en un pasillo largo y ancho rodeado de puertas y vidrieras pequeñas, en el cual al final tenía unas escaleras que bajaban.
—¿Y mi abuela? Y los demás guardianes, ¿dónde están?— dije caminando un paso por detrás de él.
—Tranquila, sacaremos de aquí a Amelia. Los guardianes nos están esperando fuera.
Bajamos rápidamente los escalones, llegando a una especie de recibidor con varias puertas negras a los lados, y una puerta principal justo delante de nosotros, que intuí que era la salida.
—¡Por ahí! Vamos—dijo Jack. Justo antes de poder llegar a la puerta Sombra se interpuso.
—¿A dónde crees que vas con mi futura esclava?—preguntó mirando a Jack. Me ofendí aunque no dije nada. Jack apretó el bastón conteniendo el enfado.
—Bueno, bueno...—oímos a Esmeralda a nuestras espaldas. Nos giramos rápidamente, observando cómo bajaba las escaleras con calma—. Pensé que ibas a ser más lista, ¿de verdad creías que te iba a dejar escapar tan fácilmente?
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No se quien es Jack Frost.
FanfictionOlivia, una chica de 16 años, vive sola con su abuela Amelia de 91 y su hermano Bruno de 3, debido a que sus padres siempre están de viaje. Desde que ellos se fueron, han empezado a suceder cosas extrañas, y Amelia y Bruno han empezado a actuar de u...