———Jack Frost———
Me desperté por un golpe brusco en la pierna. Conejo me zarandeaba para despertarme. Todos los guardianes me rodeaban. Olivia seguía dormida en la cama.
—Te has quedado dormido, Romeo...— dijo irónico Conejo.
Me puse en pie rápidamente. El reloj de la mesita de noche marcaba las diez y diez de la mañana. Bostecé; hacía mucho tiempo que no dormía de verdad.
—No puedes estar todo el día durmiendo, guardián. Olivia despertará en cualquier momento y no sería bonito que te encontraras dormido en el suelo — me reprochó Conejo. Antes de responderle, un sonido proveniente de Olivia captó mi atención. Giramos la cabeza hacia ella.
—¿Olivia? —Pregunté. Ella sin abrir los ojos se incorporó aún sentada y se llevó la mano a la cabeza.
—¡Olivia! Estás bien... no sabes cuánto te hemos echado de menos, ¿cómo te encuentras? —Preguntó Santa entusiasmado. Ella frunció el ceño con los ojos aún cerrados.
—Ah... mi cabeza...— dijo Olivia.
—¡Ivia! —Gritó Bruno entrando por la puerta de su cuarto—. ¿Cómo tas? —Preguntó inocente.
—Como si hubiera estado toda la noche peleando, ¿y tú, chiquitín?—dijo Olivia mirándole con una leve sonrisa.
—Mu bien... —respondió Bruno—. ¿Ya le has hablado a Ja Fos? —preguntó.
—Se pronuncia Jack Frost, Bruno— intervino Amelia desde la puerta.
—¿Jack Frost? —Preguntó Olivia—. ¿Quién es Jack Frost?
—Él ...— aclaró Bruno señalándome. Olivia giró la cabeza en nuestra dirección pero no cambió la expresión de su cara. Volvió a mirar a Bruno. Las manos me hormiguearon y un sudor frío se manifestó en mi nuca.
—Jack, creo que ...— intentó decirme Tooth desde mi espalda, pero la interrumpí haciendo un gesto con la mano.
—No sé quién es Jack Frost — rió Olivia inocente.
Esperaba que de un momento a otro Olivia me mirase con sus grandes ojos caoba y me dijese que estaba bromeando. Pero ese momento no llegó. Olivia se bajó de la cama y ayudó a Bruno a bajar. Me puse delante de ella impidiendo que siguiese andando.
—¿Olivia? —Pregunté. Ella comenzó a caminar hacia mí.
Y lo que nadie se esperaba que pasase, pasó. Todo lo que nadie creía posible, todo lo que ya no tenía sentido pasó. Ella andó hacia mí y en vez de chocar conmigo me atravesó.
¿Qué acababa de pasar? Me quedé quieto, estático, negando mentalmente. No podía estar pasando esto, no podíamos haber vuelto al principio de todo. Me dí la vuelta y me dirigí hacia ella otra vez en un desesperado intento para que consiguiese hacer sentir mi presencia. Intenté girarla hacia mí cogiendo su muñeca, pero se me escapó entre los dedos como humo.
Volví a ponerme delante de ella, aterrado. Miré su rostro, aunque ella no se diera cuenta. Me atravesó por tercera vez y siguió caminando hacia las escaleras. Empezó a bajarlas y yo me quedé ahí, paralizado. Mis ojos se cristalizaron.
¿Habíamos vuelto a principio de todo? ¿Estaba pasando de nuevo? No, no podía ser. Miré a Amelia que caminaba detrás de Olivia. Ella me hizo un gesto con los hombros de no saber qué estaba pasando. Rememoré el sentimiento de ser invisible, ese vacío de no existir pero empeorado mil veces, porque no existía para Olivia. Todo lo que habíamos pasado, todas las veces que nos habíamos salvado y todas las veces que nos habíamos divertido no servido de nada.
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No se quien es Jack Frost.
Fiksi PenggemarOlivia, una chica de 16 años, vive sola con su abuela Amelia de 91 y su hermano Bruno de 3, debido a que sus padres siempre están de viaje. Desde que ellos se fueron, han empezado a suceder cosas extrañas, y Amelia y Bruno han empezado a actuar de u...