28. Vuelve pronto, por favor.

600 58 10
                                    

———Jack Frost———

Olivia recuperó los poderes de Flame momentáneamente. Parecía tener algo pendiente con la bruja de Esmeralda. Mientras Olivia se encerró en un círculo de fuego junto a la arpía, nosotros nos encargamos de Sombra. Entre todos conseguimos que un agujero negro se abriera en el suelo y se lo tragara junto sus pesadillas. Después de que se cerrara el agujero devolvimos la atención a Olivia. 

El círculo de fuego se debilitó. Las llamas bajaron la altura hasta desaparecer y pudimos ver la escena que ocultaban: Olivia estaba en el suelo inconsciente. El barreño vacío con restos de hielo partido y débil. Esperaba que Olivia hubiese mandado a Esmeralda al infierno. 

Fui corriendo hacia Olivia agarrando delicadamente su cabeza. 

—Olivia...Olivia despierta—le dije agitado. Ella no respondía. 

—Tranquilo, despertará—Tooth se acercó—. Acaba de controlar unos poderes muy fuertes siendo una humana, necesita descansar—me levanté algo más calmado, con Olivia en brazos. 

—¿Qué haremos ahora que todo ha acabado?—preguntó Conejo. Yo miraba a Olivia, tan tierna e inocente, como si fuera un pequeño copo de nieve.

—La llevaremos a casa—respondió Santa—. A ella y a los otros tres personajes—continuó señalando a Amelia, Bruno y Mario. El único consciente de ellos era Bruno, que nos miró haciendo un puchero. 

Tooth se acercó a él. 

—Tranquilo, ya nos vamos a casa, ¿quieres?—preguntó suavemente. Bruno asintió. 

—Bien, vámonos—dije. Conejo se acercó a mi con los brazos cruzados—. ¿Qué?

—Yo llevo a Olivia, mocoso—dijo arrebatando a Olivia de mis brazos. Con tal de no hacerle daño a ella no forcejeé. 

—¿Me toca cargar con Mario?—pregunté harto de aquel ser inerte.

Bufé y le cogí como un saco de patatas. Santa cogió a Amelia y Tooth a Bruno. Acto seguido nos dirigimos hacia el trineo.

Una vez allí dejé caer a Mario en el suelo y me senté

—Exijo un cambio—me quejé a Conejo. 

—Deja que Jack coja a Olivia, se lo ha ganado—intervino Tooth. Bruno estaba en su regazo con el pelo revuelto. 

Conejo dejó a Olivia delicadamente en mis brazos. Santa arreó a los renos y el trineo cogió altura y velocidad en pocos segundos. Conejo se tiró al suelo junto a Mario, y Bruno creyendo que era un juego se tiró también. 

Miré a Olivia. Acaricié su mejilla poniendo su cara paralela a la mía. ¿Cómo era posible que pudiera sentir tanto por ella? Estaba deseando que despertase y que todo volviese a la normalidad para poder oír su voz otra vez. Podría abrazarla y estar con ella todo lo que quisiera, como antes de que todo empezase a torcerse, pero ahora viéndome ella. Y pedirle perdón. Sonreí. 

De repente una luz blanca nos iluminó. Miramos hacia el cielo, la luna brillaba de nuevo. 

—Luna, ¿qué quieres comunicarnos, amiga?—preguntó Santa rompiendo el silencio. 

—Santa...con...conduce...—dijo a duras penas Conejo. Yo reí. Si le daba miedo el trineo no me imaginaba si encima Santa no conducía. 

—Tranquilo, Bonnie—le calmó Santa—. Está el automático—bromeó poniéndose de pie en los asientos. 

La luna nos hizo saber a cada uno de nosotros que llegados a este punto, cuando Olivia ha hecho lo imposible para una mortal, usar poderes sobrenaturales, podía elegir entre dos opciones: seguir siendo una mortal y no vernos nunca más o convertirse de nuevo en una guardiana y espíritu de fuego y no ver nunca más a su familia. 

La luna dejó de brillar. 

—¿Qué crees que elegirá?—me preguntó después de un largo rato Tooth. 

—No lo sé...—respondí—. Sinceramente no lo sé. Pero estoy deseando que despierte para saber la respuesta.

—Bien...—respondió Tooth. 

—¿Qué haremos con ellos?—pregunté mirando a Mario y a Amelia.

—A Mario le borraremos la memoria. A Amelia le diremos que cuide muy bien de ella—dijo Tooth mirando a Amelia—. Es una mujer muy valiente, la admiro por ello—Tooth sonrió. 

Pasamos por casa de Mario, la cual fue fácil distinguir ya que tenía la pared llena de fotos con Olivia. Le dejamos en la cama y Sandy le tiró una bola de arena haciéndole pensar cuando se despertara que todo había sido un sueño. 

Más tarde llegamos en casa de Olivia. Dejamos el trineo en el patio trasero y entramos. Yo llevaba a Olivia en brazos, Santa a Amelia y Tooth a Bruno ya dormido; eran cerca de las cuatro de la mañana. 

Dejamos a Amelia y a Bruno en sus respectivos cuartos. 

—Estoy deseando que despierte—musité con media sonrisa a Tooth. 

—Quizás debería dejar yo a Olivia en el cuarto, este es un canalla...—insistió Conejo. Todos le miramos consiguiendo que se rindiera y bajara junto a todos los demás al salón. 

Entré al cuarto de Olivia con ella en brazos. 

"Ni que fuéramos recién casados" reí. 

Me dirigí hacia la cama y la dejé cuidadosamente reposar sobre el colchón. Me agaché en cuclillas dejando mi bastón en el suelo. Apoyé mis brazos en el borde de la cama mirando a Olivia. 

"Es preciosa"

Acaricié su brazo. Todo estaba en silencio salvo por el rítmico tic toc del reloj de cuco de Amelia que había en el pasillo como reliquia antigua. 

—Vuelve pronto, por favor—le susurré para acto seguido plantar un suave beso furtivo en sus labios. 

Poco a poco me fui dejando caer al suelo hasta quedar dormido.

No se quien es Jack Frost.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora