26. La voz de mi cabeza estaba especialmente bromista.

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———Olivia———

Jack me había salvado. No sé si fue por lo que le dije momentos antes pero agradecí igualmente. 

El esqueleto que sostenía mis muñecas pasó a estar esturreado por el suelo. Me alejé en cuanto noté mis muñecas sueltas y miré confusa a Jack. Pude adivinar una disculpa en sus ojos. Retiré la vista hacia el suelo para acto seguido ir a liberar a los guardianes del resto de esqueletos. Bruno me abrazó desconsolado. 

Junto los guardianes me puse en plan de ataque mientras Esmeralda y Sombra empezaron a discutir entre ellos. Esmeralda tenía los pies metidos en el barreño, que ahora tenía agua congelada. Jack se dirigió hacia nosotros. 

—Como te vuelvas a acercar a ella, ¡te rebano la cabeza!—amenazó Conejo a Jack dejándome a sus espaldas. 

—Ha sido un malentendido, tengo derecho al menos a darle una explicación de lo que ha pasado—Jack frunció el ceño. 

—¿Cómo has dicho?—interrumpió Mario de mala gana—¿La persona que te importa dices? ¡JA! Que forma más rara de demostrarlo...—malmetió. Jack le miró apretando los puños, furioso. 

—Chicos, no creo que sea el mejor momento para discutir...—intervino Tooth señalando a Esmeralda.  

Sombra y Esmeralda nos miraban furiosos. Sólo esperaba que Esmeralda no pudiera derretir el hielo que atrapaban sus pies. 

"Con fuego falso seguro que no JAJAJA..." la voz de mi cabeza estaba especialmente bromista. 

Esmeralda con sus manos lanzó hacia nosotros ráfagas de fuego verde. Las esquivamos agachándonos y les dieron a las puertas de entrada cerrándolas completamente. No sabía si el fuego de Esmeralda quemaba o no, lo que si sabía era que no quería comprobarlo. 

—¡Atacad!—gritó invocando más esqueletos. ¿No íbamos a parar de pelear nunca? Los malditos capullos verdes salían de todas partes. 

Empezamos a pelear todos con todos. Sandy contra Sombra, Mario más contra Jack que contra los esqueletos y Conejo y Tooth conmigo. 

Después de un rato más aguantando, esqueletos pararon de venir. Escuchamos un "mierda" de Esmeralda y supimos que se le habían acabado los esclavos. Era el momento de pelear contra Sombra. Todos se acercaron a él incluyendo a Mario. Sin embargo Jack se interpuso en mi camino, impidiéndome avanzar hacia sombra. Fruncí el ceño.

—No vas a pelear contra Sombra—me dijo Jack serio. 

—¿Pretendes que me quede aquí sin hacer nada?—reí irónica—. No, Jack. Eso no va conmigo—le dije enfadada. Le rodeé y avancé unos pasos, pero me detuve al escuchar sus palabras.

—¿Y arriesgarme a perderte otra vez?—murmuró con apagada y ligera voz. Me giré hacia él.

"Vaya, eso no te lo esperabas, ¿eh?"

Todo el barullo de alrededor pareció escucharse muy lejano cuando contacté con sus ojos. Su mirada transmitía algo de arrepentimiento.  

Avancé despacio hacia él quedando cerca de su cuerpo. Pude sentir el frío que desprendía. Miré su agarre en el bastón, tenso, esperando una respuesta por mi parte. 

—Jack, tengo dentro a Flame, me necesitan viva. No puede hacerme daño—seguía mirando sus preciosos ojos azules. 

—Por mucho que te necesiten viva te recuerdo que ahora eres una mortal que ya no tiene poderes. Ya no eres invencible—me dijo acercándose un paso a mi—. Por favor, no puedo perderte una tercera vez... deja que te proteja, como antes de todo esto...—dijo con voz suave y sonrió melancólico. 

"Yo no me lo pensaba dos veces y le comía los morros" La voz de mi cabeza me resultaba absurda. 

—Jack, has dicho que querías matarme, que me odiabas—dije reprimiendo las ganas de llorar. Escuchaba muy vagamente los sonidos de la pelea de fondo; estaba demasiado centrada en Jack.

—Estaba bajo los efectos de un hechizo. No era yo, nunca te haría daño—dijo malhumorado. Mis piernas flaquearon y me agaché hasta quedar de rodillas. Miré mis manos, unidas en mi regazo. 

—Es que...ha sido tan real...y parecías tan feliz...como si realmente lo sintieras. Aunque solo fuese un hechizo duele, ¿sabes guardián?—musité con suficiente intensidad como para que me escuchase. Reí triste.

"Olivia, cierra la maldita boca y bésale"

  Jack se agachó hasta estar a mi altura. Sujetó mi mentón y levantó mi cabeza haciéndome mirar sus ojos. La maldita frase de los dos segundos parecía causar un verdadero efecto. Su mirada era limpia, auténtica, inocente. En aquel momento, en medio de todo el cataclismo y sujetada por Jack, me sentí por primera vez en mucho tiempo refugiada realmente. 

—No te lo he dicho nunca y voy a aprovechar este momento para hacerlo ya que no sé cuándo vamos a tener un momento tan intenso como este...—dijo y rió. 

Estaba recobrando su personalidad de espíritu juguetón y divertido. Se acercó a mi oído lentamente. Sentí un escalofrío y apreté mis puños reprimiendo un suspiro. 

—Estoy seguro de que me encantas y te quiero. Desde que te conocí te he querido. Te quise en la última vida, te quiero en esta y te querré en la siguiente...—dijo notablemente nervioso. 

Entonces se separó de mi y a cinco centímetros de mi cara me miró, mordiéndose el labio imperceptiblemente. Su gesto era de nerviosismo esperando mi respuesta, pero en él quedaba igualmente atractivo. Me resultó tierno y me rendí: no podía pagarla con él después de todo lo que había hecho por mí. 

—Jack...—hice una pausa y sonreí—. Ven aquí— susurré sonriendo. Asomó una sonrisa pícara y bonita a partes iguales en su rostro, se acercó a mí y me besó. 

Me incorporé ligeramente para llegar mejor. Necesitaba abrazarle, sentirle cerca, sentir su contacto frío. A él. Nuestros cuerpos estaban pegados, más que por deseo, por necesidad. 

"Muy bonito, todos peleando por el bien de la humanidad y tú aquí, a lo tuyo..."

Nuestras bocas se separaron dejando tiernos besos mutuos. 

—Olivia, ¡cuidado!—escuché gritar a Mario. 

Giramos la cabeza hacia él, que se tiró justo delante de nosotros. Cayó al suelo, inconsciente. Una bola de fuego atrofiado había impactado de lleno en su cabeza, impidiendo que nos diese a nosotros. Me sentí fatal.

—Vaya, vaya...los tortolitos...—dijo Esmeralda mirándonos a Jack y a mí. 

Los guardianes a nuestra espalda, tiraron a Sombra al suelo, haciendo que este respirase con dificultad. Jack y yo nos levantamos mientras los guardianes nos rodeaban. ¿Qué iba a pasar ahora con aquella arpía?

No se quien es Jack Frost.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora