Hermanastros| Zach Herron

34. Creo que te amo.

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Familia Lee agregada a personajes

Zach's POV

Kendall se abraza a mi con fuerza, enterrando su cabeza mi pecho. Siento su ligera respiración y como mi camiseta se humedece por las pequeñas lagrimas deslizándose sobre su rostro.

-Debiste haberme dejado marchar- dice.

-Te habrías arrepentido.- acarició su espalda de arriba a abajo con mis dedos.

-Pero no hubiese tenido que lidiar con Maxwell.- sorbe su nariz y algunas otras lágrimas escapan de sus grandes ojos.

-Ya veras. Él va a entrar en razón.- intentó convencerla. No debería de hacerlo; no debiera hacerle creer algo que no se si realmente va a suceder.

-Explícame porque,- pide- ¿Porque siempre me tocan los hermanos más idiotas?¿Porque la vida no me quiere hacer las cosas fáciles?

-Si la vida te hubiese puesto las cosas fáciles no serias quien eres ahora.

-¿Y que soy? Una adolescente que sueña con tener una vida normal e igual de patética que la del resto. Eso soy.

-¿Sabes a cuantas chicas amarían estar en tu lugar en este momento haciendo algo más en vez de quejándose?- bromeó.

-No es gracioso, Zach- habla con seriedad.- ¿Porque no puedo tener una vida normal como la de todas las chicas? Tener dos padres, un novio, un hermano, un perro...pero no. No tuve un padre por quince años, resulta que tengo un hermano que me odia y un novio que es mi hermanastro. No creo que muchas chicas me envidien.

-...¿Quieres que te compre un perro?

-Soy alérgica a los perros, pero gracias por intentar subirme el ánimo.

-Ahora, hablando enserio linda, no tienes que ser como las demás. Si fueses como las demás entonces puede que nunca nos hubiésemos conocido. Serias aburrida y tú vida no tendría ni un picas de emoción.

-Si, pero por si no lo recuerdas fuiste tú el que una vez me dijo que te gustaría que la vida fuese mucho más fácil.

-Eso fue cuando me gustabas y no podía decírtelo.

-Igual. Tú estuviste en mi lugar alguna vez, deberías de entender a lo que me refiero.

-Lo hago, te entiendo, pero ahora no te puedes quedar sentada y deprimiéndote sin hacer nada. ¿Que hubiese pasado si yo no hubiese hecho nada?

-No estaríamos juntos- se despega de mi y se sienta en la cama de rodillas, yo también me incorporo pero estirando mis piernas sobre la cama.

Se acerca más a mi y se sienta sobre mis piernas. Colocó mis manos en su cintura y ella las pasa por detrás de mi cuello.

-Eres lo único bueno de todo esto, Zach- Mira directo a mi ojos y veo como los suyos ya no están rojos como antes. Apoya su frente en mi hombro y me acerco a su oído.

-Kendall.

-¿Mmmh?

-Creo que te amo- digo sincero.