Hermanastros| Zach Herron

35. Prejuicios.

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Kendall's POV

Respiró con dificultad cuando llegó al otro extremo de la cancha. ¿Para que mierda vine a entrenar hoy sabiendo que el entrenador acaba de divorciarse? No es justo que se saque de quicio con nosotros. Parecía que al vernos sufrir su dolor iba desapareciendo de a poco y una sonrisa ladeada se formaba en su odioso rostro.

-¡Corran más rápido!- nos grita agitando las manos por el aire- ¡Hasta un puerco podría correr más rápido que ustedes!

-¡Entonces venga a correr usted!- responde Vanessa con las manos en las rodillas.

-¿¡Que has dicho, Moner!?- su rostro se torna rojo vivo.

-¡¿Porque mejor no le dice a su esposa que venga a correr con nosotras?!- añade Thalia para hacerlo enojar aún más.

-No le digas eso, Thalia- digo- Recuerda que ella lo dejo por alguien con cabello.- todas estallamos a carcajadas.

El entrenador estalla- ¡AFUERA!¡TODAS!- grita señalando la puerta por la que se sale de la cancha- ¡Y MAÑANA NO SE ATREVAN A PONER UN PIE AQUÍ O ME ASEGURARÉ DE QUE NO VUELVAN A SUS CASAS CON VIDA!- termina por amenazarnos.

Recogemos nuestras cosas y todas salimos de allí.- Eso fue divertido- dice Millie.

-¿Divertido?- pregunta Ruth indignada- ¡Eso fue cruel! ¡Se rieron de él por ser calvo!- nos mira con la boca abierta.

-¡Eres una amargada!- chilla Vanessa.

-¡Kendall!- me llaman.

Me giro encontrándome con mi pa...con Steven.

-Steve.- digo- ¿P-puedo llamarte así?- pregunto algo tímida.

-Claro que si.- dice sonriendo.- ¿No me presentas a tus amigas?- cuando me doy cuanta de que la mandíbula les llega al suelo hago un ruido con la garganta para que vuelvan a la realidad.

-Ellas son Ruth, Vanessa, Millie y Thalia- las presentó- Chicas el es Steve.

-Soy su padre- agrega.

-Es el entrenador que está bueno- oigo que le susurra Thalia a Vanessa. Las miro mal y ruego porque él no las haya oído.

-¿Que haces por aquí? Creo que ya no eres muy bienvenido aquí- digo con humor.

-Lo se, lo se. Quería saber si te apetecía venir a almorzar conmigo.

-Hum, claro.- acepto sin dar muchas vueltas.

Me gusta estar con el, por más absurdo que suene. Se que no lo conozco casi nada, bueno, mejor dicho nada, pero se que no es mala persona. Si lo fuese me hubiese echado a patadas de su vida el primer día que hablamos, y no lo hizo.

-Vine caminando, te espero por allí- avisa y señala un poste de luz.

Lo veo alejarse al igual que mis amigas. Cuando esta lejos y me aseguro de que no puede oírnos me dirijo hacia ellas.

-¡Por poco no se les cae la baba!- las regaño.

-Dile que me adopte, Kendall.- pide Thalia.