Capítulo 1

2.4K 183 76
                                    


#NoSeasFantasma
#Vota
#Comenta


Mi alarma sonó y desperté sobresaltada, era mi canción favorita de Alan Walker, pero perdía el encanto por las mañanas. Estiré mi mano perezosamente hasta mi mesa de noche para agarrar el celular y apagarla. Eran las 6:01 am. Me levanté bostezando y me dirigí al baño.

Miré mi reflejo en el espejo y me quejé al ver cómo tenía el cabello: revuelto, enmarañado. Lo peiné y cepillé mis dientes.

Apúratedemandó mi conciencia.

No jodas, es muy temprano.

Salí y abrí mi armario para ver que me podía poner.

Me restregué un ojo.

Agarré un leggins negro y una camisa grande. Algo casual, ni que me fuese a reunir con Cameron Dallas. ¡Aahh! Cameron Dallas, hasta su nombre es hermoso.

Salí de la habitación y me encontré con la tía Mary en el pasillo.

— Buenos días querida, espero hayas dormido bien. El desayuno ya está en la mesa — me dió una sonrisa cariñosa y la abracé.

Desayuné rápido y me despedí de la tía. Al salir de casa le di una mirada a mi motocicleta y comencé a caminar. Hoy no quiero conducir. Me puse mis auriculares y comenzó a reproducirse Happier de Ed Sheeran. Tarareé la letra viendo a las personas emprendiendo camino hacia sus actividades. Al llegar, me dirigí hacia mi primera clase: castellano y literatura. ¡Que emocionante!.

Entré al salón y tomé asiento en uno de los primeros puestos, ya que así me concentro más; y como olvidé mis lentes, pues.... No tengo de otra. Sí, uso lentes, aunque solo tengo una ligera miopía. Sin ellos también puedo ver bien, pero no leer.

En fin, cosas de miopes.

El profesor entró y nos dio una... buena mirada. Creo que vino de buen humor.

— Buen día, alumnos. Hoy hablaremos de la gramática. ¿Alguien podría decirme qué es? silencio. Juro que puedo escuchar algunos grillos —. ¿No? ¿Nadie? Supongo que tendré que escoger. Para ver... Sánchez Kamila.

Mierda, de tantos alumnos que hay ¿Por qué yo?.

— Dígame profesor — dije tratando de no sonar nerviosa.

— ¿Puede decirme que es la gramática?.

Piensa, Kamila, piensa. — La gramática es el conjunto de reglas que se utilizan para escribir correctamente — respondí luego de unos segundos.

— Muy bien, excelente respuesta. Tiene 2 puntos extras en el examen — dijo regalándome una sonrisa —. Ahora sí, comencemos con el tema — se dió la vuelta para empezar a escribir en la pizarra.

Saqué mis cosas para empezar a escribir.

Después de hora y media escribiendo. ¡Por fin se digna a sonar el timbre!. Caminé por el pasillo hasta llegar a mi casillero y cambiar mis libros por los de mi siguiente asignatura, de pronto...

— ¡Buuuh! — gritó alguien detrás de mí; asustándome, causando que todos los libros que tenía en mis brazos cayeran al suelo —. Sigues siendo muy torpe, kams — bromeó Christine, mi mejor amiga, con una sonrisa traviesa.

Rubia de ojos verdes, con un cuerpo de infarto... ¡¿Por qué yo no tengo un cuerpo así?!.

Mi cabello es castaño, mis ojos color avellana, mi piel trigueña y un cuerpo sin buenas dotaciones.

¡Soy más plana que la tabla de planchar!.

Deja de juzgarme y ayúdame a recoger mis cosas.

— Voy — colocó todo sobre mis brazos —, ¿Cómo estás, castaña?.

— Bien ¿Y tú, rubia?.

— ¡Divina! — contestó actuando como toda una diva. Rodé los ojos con una sonrisa divertida —. ¿Qué clase nos toca ahora?.

— Química y será mejor que nos apuremos o troncha toro nos castigará — dije cerrando mi casillero para empezar a caminar hacia el laboratorio con ella detrás de mí.

Nos sentamos en una de las mesas de enfrente, mientras hablábamos de una que otra estupidez esperando a que la profesora entrara.

— Buenos días, estudiantes — ¿Qué tienen de buenos? —. Hoy les explicaré... — y siguió hablando mientras yo trataba de no dormirme del aburrimiento.

Después de dos horas —que se me hicieron eternas—, sonó la campana indicando la hora del almuerzo. Todos los estudiantes salieron disparados como un pedo fuera del salón. ¡Parecen animales!.

Christine y yo salimos civilizadamente del laboratorio encaminándonos hacia el comedor. Nos formamos en la fila para servirnos la comida. Christine tomó una ensalada con una botella de agua; según ella debe mantener la dieta, mientras que yo tomé dos trozos de pizza con un paquete de galletas y un batido de fresa. Nos sentamos en una mesa que se encontraba en el centro y ella comenzó con sus típicas charlas hormonales:

— Oye Kamila. ¿Ya viste a ese chico que está entrando al comedor?, creo que es nuevo. ¡Pero es demasiado guapo! — chilló mordiéndose el labio conteniendo un suspiro. Me di la vuelta para verlo.

Chico alto con buen físico, cabello negro azabache, ojos azules preciosos y labios carnosos y deseables. Mm, debo admitir que es un bombón, pero al fin y al cabo sigue siendo un simple chico.

— Ajá... Es guapo — solté con simpleza y ella me miró indignada.

— ¿¡Solo es dirás!? ¡Es hermoso! ¡Parece de otro mundo! ¡Un modelo de Calvin Klein! — gritó en susurros como si lo que hubiese dicho fuera una ofensa para la humanidad, aunque probablemente lo era, ya que todos en la cafetería lo estaban viendo mientras se dirigía hacia los que creo que son sus amigos.

Todas las chicas lo miraban y babeaban como un caracol, mientras los chicos lo veían con envidia, a excepción de algunos, que supongo deben ser gays.

— Ay ya, déjate de bobadas. Ya terminaron las clases por hoy, mejor vámonos — me levanté de la mesa y ella me siguió a regañadientes.

Christine me llevó hasta mi casa en su auto, no me apetecía caminar. Al entrar, me encontré con mi amiga la soledad. ¿Dónde se habrá metido la tía Mary?. Bueno, no importa.

Caminé hasta la cocina para agarrar un poco de pastel, ayer cumplí 16.

Mientras caminaba a la cocina me imaginé al pastel saliendo de la nevera y poniéndose sobre la mesa, cortándose un pedazo y colocándose en un plato. Sí, soy extraña; eso no pasaría a menos de que yo lo hiciera, pero eso no evitó que lo imaginara.

A fin de cuentas, ¿Qué seríamos sin la imaginación?.

Cuando llegué a la cocina, pensando; me comenzó a rodear un esplendor dorado y dejé de moverme. Me asusté tanto que comencé a temblar de pavor. ¿Qué está pasando?.

La nevera se abrió. El pastel flotó hasta la encimera, creí que me desmayaría cuando un cuchillo voló por el aire y cortó una rebanada que sorprendentemente quedó sobre un plato pequeño que salió de uno de los gabinetes.

Pasó exactamente lo que me estaba imaginando...

¡¿Pero cómo mierdas pasó?!.

Ángeles CaídosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora