Capítulo 8

1.1K 133 24
                                    

#NoSeasFantasma
#Vota
#Comenta


Llamé a mi tía y le dije que me quedaría en casa de "una amiga". Me coloqué la pijama y hablé un rato con Becky y Lucas, del que me enteré que estaba en segundo año de Ingeniería y es Italiano proveniente de la familia Fischeto. Después de hablar como por una hora, ellos se fueron de mi habitación ya que era un poco tarde, y sin dar muchas vueltas caí rendida en brazos de morfeo.

----------------

Desperté por el armonioso sonido de una llamada telefónica que interrumpió mi hermoso sueño con Cameron Dallas.

¡Niña ya supera a ese hombre! Nunca lo conocerás — dijo mi conciencia molestándome como de costumbre.

¡Shhh! Soñar es gratis.

¡Solo ve a ver quién te llama a esta hora! — reclamó irritada.

¡Ya voy! — le contesté divertida.

Me he dado cuenta de que si no fuera porque tengo este tipo de conversaciones conmigo misma, mi vida sería muy aburrida. A fin de cuentas, es lo que me hace ser quien soy y lo que tendré cuando no quede nada.

Mm, es mi tía, debe ser algo importante como para que me esté llamando tan temprano.

— Hola tía, ¿Qué pasa? ¿Por qué llamas a esta hora? — pregunté somnolienta.

— Buenos días. No es tan temprano, son las diez de la mañana — ¡Mierda! Ay, qué pena con esta gente, de seguro pensaran que soy una vaga —. Te llamo porque necesito hablar contigo — eso no suena bien.

— ¿Sobre qué? — pregunté a la defensiva.

— Es importante, prefiero que nos veamos — me contestó con un tinte de nerviosismo, encendiendo todas mis alarmas.

— ... De acuerdo, en un rato voy a la casa.

— Okey, te espero — dijo y colgó. ¡Ni siquiera se despidió!. Un "Adiós" hubiese sido suficiente.

Sin prestarle mucha atención a eso me dirigí al baño e hice mis necesidades, tomé una ducha y me puse la ropa de ayer.

Obvio, ¿O acaso tienes más? — volvió a molestarme la doñita.

Recogí mi bolso, metí mi celular en él y con el pijama de Becky en la mano salí dispuesta a encontrar la salida de esta gigantesca casa. Mi habitación estaba en el tercer piso, así que existen diversas maneras de perderme. Apenas cerré la puerta, me topé de frente con el rubio. ¡Jehová, sálvame de esta!

— ¡Buenos días, guapa! — saludó Zack con entusiasmo y picardía.

— Buen día, oxigenado — respondí para cortarlo y me fulminó con la mirada. Sonreí tratando de no reír, se veía adorable.

— Es rubio natural — se defendió moviéndolo sensualmente y exploté en risas.

— Sí, sí, lo que digas — dije tratando de calmarme, respiré hondo —, oxigenado — murmuré para molestarlo más.

Él no dijo nada más y se fue molesto. Como no tenía de otra, lo seguí; no pienso perderme en este laberinto. Cuando reconocí lo que era la sala, de la nada apareció Raquel y me saludó.

— Hola querida, ¿Cómo dormiste?.

— Muy bien, gracias por preguntar — respondí cortésmente —. Oye, Raquel — dije captando su atención —, disculpa que te moleste, mi tía me dijo que necesita que vaya a la casa ahora. Quería saber si me puedes llevar — le pregunté un poco cohibida.

Ángeles CaídosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora