Silencio a través de la línea, solo se escuchaba la pesada respiración de la mayor. Pasaron varios minutos, que para mí fueron eternos y habló.
— ¿La... hija de... Joseph? — preguntó finalmente, podría jurar que se le cortó un poco la voz.
— Sí — contesté insegura, ella soltó un gran sollozo.
— No lo puedo creer — dijo entrecortadamente —. La última vez que te vi tenías 5 años... ¿Qué edad tienes ahora? — dijo algo emocionada.
— Dieciséis — respondí finalmente, hubieron unos cuantos segundos de silencio, sin duda ninguna de las dos sabía qué decir.
Yo ni siquiera tengo recuerdos de ella, la olvidé por completo.
— Abuela, ¿Tú eres una krístal de la generación antepasada? — pregunto con inocencia.
— Sí, mis poderes son las visiones futuras y pasadas.
— ¿Alguna vez has entrado a la sección prohibida de la biblioteca? — pregunto para hacerla soltar de a poco.
— S...sí — contesta dudosa.
— ¿Por casualidad de la vida... existe un ángel caído que sea más poderoso que los demás de su especie?.
— Sí... Es La Krístal Suprema — responde rendida.
— ... Yo soy la Krístal Suprema — dije rápidamente, tanto que no estoy segura de si me logró entender.
Ella se quedó en silencio.
Creo que la sorprendí.
¿Tú crees?.
Sí, yo creo.
— ¿Encontraste... — no la dejé acabar, ya que la interrumpí.
— ¿La llave? ¿El libro? Sí — respondí obvia.
— Creí que aún no lo sabías — dijo y yo bebí un trago largo de la botella.
— Todavía no me lo termino de creer — solté para apaciguar la tensión que se había formado en la línea —. ¿Podría ir a visitarte? — pregunté, tengo muchas cosas que hablar con ella.
— ¡Claro! Puedes venir cuando quieras — dijo animadamente —. Tengo que colgar, hablamos en otra ocasión.
— Está bien, adiós — culminé y colgó.
Le di otro trago a la botella y la cerré, después se me va a acabar y no tendré que beber.
---------
Desperté con un terrible dolor en mi zona pélvica, Andrés ya me está golpeando feo. Me levanté de mi cama como pude y me dirigí al baño, me dí una ducha de agua caliente, lave mis dientes, me puse ropa cómoda y bajé en busca de comida, es por el único motivo por el que me desplazaría.
Le serví el desayuno a Kira y luego serví el mío con pesadez. Mientras comía bajó el par insoportable contoneando sus caderas y salieron de la casa. Gracias a Dios, no quería soportarlas. Después llegó Zack y se sentó frente a mí con la intención de entablar una conversación, no tengo ni ganas de hablar y llega éste.
— ¡Hola, guapa! — dijo con entusiasmo.
— Hola — dije sin ganas.
— Uuy, que humor — dijo burlón, yo solo lo ignoré y seguí comiendo.
Acabé de desayunar, lavé mi plato y me dirigí hacia mi habitación nuevamente. Cuando estaba pasando por el segundo piso, Alex salió de su cuarto sin camiseta.
ESTÁS LEYENDO
Ángeles Caídos
Ciencia FicciónKamila, una chica de 16 años, descubre que no es una chica ordinaria como creía. Al ser secuestrada en el baño de su instituto por dos chicos de ensueño comienza a experimentar un pequeño enamoramiento por uno de sus secuestradores, quien correspond...