Ángeles Caídos

Capítulo 2

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Respira, Kamila, respira.

A ver, inhala y exhala, inhala y exhala.

¿Qué fue eso? ¡¿Cómo es que todo se movió?!.

Parece... magia, o algo por el estilo.

¿Habrá algún espectro en la casa? ¡Le tengo pánico a todo eso!.

Cálmate, solo guarda las cosas y cómete el pastel. Sea lo que sea, te hizo un favor, de igual forma tu ibas a hacer eso — habló la doñita.

De acuerdo.

Devoré la delicia con lentitud y repulsión, tenía náuseas por el miedo que sentía. Al acabar, dejé el plato en el fregadero y abrí una conversación con mi conciencia.

Es imposible, parece tan irreal...

Bueno, analicemos lo que pasó. Primero estabas pensando como todo ocurría por arte de magia, como el pastel salía de la nevera, al igual que el plato y el cuchillo salían del gabinete. Luego, con la misma idea llegaste a la cocina, sin parar de pensarlo. Ya en la cocina con el mismo pensamiento, te empezó a rodear un misterioso esplendor dorado, y posteriormente; el pastel, el plato y el cuchillo salieron de donde estaban y se posicionaron sobre la mesa y después ocurrió lo demás. Es como si algo los hubiese movido — me tembló el labio.

Pero yo estaba sola, no había nada ni nadie a demás de mí en la cocina. A menos de que yo haya movido todo con la mente — le dije sarcástica.

Es lo que creo, pero debemos comprobarlo. Trata de mover algo — me ordenó como si fuera la cosa más normal, pero no pierdo nada con intentar.

Prefiero que sea eso a otra cosa.

Me dirigí hacia la sala y de inmediato un cojín en el suelo apareció en mi campo de visión. Lo intentaré con eso.

Pensé en como el cojín era levantado y colocado sobre el mueble, y de pronto; un ligero esplendor dorado que cada vez se iba intensificando me rodeó; respiré hondo para no perder la concentración. Observé como el cojín se levantó del suelo y cayó en el sofá. Tal y como lo pensé, pero algo más brusco. El esplendor desapareció.

¡Wao! ¡Esto es increíble! — sonreí emocionada.

Telequinesis.

¿Qué es eso?.

Es el poder de mover las cosas con la mente, bruta — me insultó —. Ahora, si me disculpas, voy a perderme un rato — dijo antes de desaparecer así de rápido como apareció.

No puedo creer que tenga un poder, solo me imaginé con poderes cuando era una niña, nunca creí que en verdad los tendría. Pensé que era imposible y solo pasaba en las películas. Ahora mismo me gustaría restregárselo en la cara a todos aquellos compañeros del jardín de niños cuando pensaron que era una ilusa.

¡Ja! El karma haciendo de las suyas.

Al entrar a mi habitación, me desvestí y me metí a la ducha. Abrí el grifo y el agua impactó directo en mi cabeza, produciendo un efecto adormecedor. Al salir, me coloqué mi pijama y me dispuse hacer un ensayo de biología que debía entregar el viernes. Sí, lo sé, podría estar en algún centro comercial o saliendo con alguna amiga o que se yo, pero prefiero hacer la tarea; ya vamos a salir de vacaciones, falta poco para ello y quiero buenas notas en mi boletín.