CapÍtulo XXIII

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CapÍtulo XXIII

_ Papá no quiere venir, ¿por qué? ¿Es que acaso ya no me quiere?_ le había escuchado Kate a Stephanie, mientras se lo preguntaba a su niñera.
_ Duquesa…_ le había expresado aquella mujer al verla en la entrada de la habitación de Stephanie.
_ Tranquila… ¿Me permite un momento con Stephanie?…
_ Por supuesto, duquesa… Con su permiso…_dijo antes de retirarse.
_ Hola mamá…_ dijo al acercarse a ella, mientras posaba sus pequeñas manitos en el vientre de Kate_. ¿Cómo esta mi hermanito?
_ Bien… Te tengo una pequeña sorpresa.
_ ¿Sí? ¿Cuál? ¿Qué es?
_ Una carta para ti de tu padre… He querido leértela. Es muy hermosa…

   Aquello era una mentira, pero no encontraba una mejor alternativa que aquella, al ver aquella tristeza en el rostro de aquella pequeña niña.

_ Déjame leértela. Ha llegado junto a una que me ha escrito a mí…

    Había inventado lo que sabía que una pequeña le gustaría escuchar de su padre. Imaginándose que ella era esa pequeña niña, y lo que le hubiese gustado escuchar. Era algo que le debía a esa pequeña niña, al no querer verla más llorar, hasta lograr hacer que su padre regresara a casa. Y si era que tenía que volverse invisible, para lograrlo, lo haría.

   Pronto terminó aquella carta con un:  <<  …No puedes imaginar cuanto te extraño y ruego a Dios mi pronto regreso a Somersham. Prometo que iré pronto. Y haré que haya valido la pena mi larga ausencia… Para mi pequeña hija, con todo mi amor, de un padre que la ama, como un tesoro irreemplazable.  >>

  Una mañana de enero, al fin Alexander se dignó a llegar. Sin embargo, su llegada fue tan breve como lo que lo llevo a hacerla.

   Su pequeña niña corrió hacia su padre, extendiendo sus brazos, sin entender que su padre había cambiado. No obstante, no con ella. Ciertamente le dolía haberla dejado tanto tiempo, pero era algo que aún pretendía seguir haciendo, al ver a Kate observarle, sin emitir ninguna palabra. El silencio había sido suficientemente claro. Comprendiendo, con dolor, que al igual que ella, él no había podido sacársela de la cabeza.

_ ¿Qué crees que haces?_ le había acusado Anne, al entrar a su despacho, después de ver que él se alejaba hacia aquel lugar, siendo tan distante con Kate.
_ ¿De qué hablas?_ dijo al girarse y al encontrarse con la mirada llena de reproche de su hermana.
_ ¿De qué hablo? ¿Acabas de sufrir amnesia, hermanito?
_ Explícate mejor, no soy adivino…_dijo algo irritado, adivinando por donde iba su hermana menor. 
_ Llegas de nuevo, como si no te hubieses marchado por tanto tiempo… Y finges que todo ha estado bien, cuando no es cierto. Tu esposa ha estado manteniéndose al margen para no preocupar a nadie. Y tú llegas con tu gran ínfula de caballero y ni siquiera te has dignado a mirarla un instante y preguntarle como esta ella y el bebé que crece en su vientre. 
_ Esté no es asunto tuyo… Kate y yo sabíamos que esperar al casarnos. Simplemente todo ha sido un matrimonio por conveniencia. Y estoy haciendo lo que un esposo en mi lugar haría…
_ Bien… Entonces, destrúyete a ti mismo y no a quienes te rodean… Si no te has dado cuenta aún, ella te ama. Te ama tanto que prefiere fingir que no le duele tu indiferencia. Amelia murió hace cinco años atrás si aún no te has dado cuenta. Kate esta viva y te ama… 
_ ¡Basta Anne!... ¡Te he dicho que este no es asunto tuyo!
_ Lo es… Lo es porque la estás lastimando. La lastimas cuando te sigues empeñando a amar a un fantasma y a su recuerdo. La lastimas al no interesarte por su bienestar. La lastimas al llegar e ignorarla… ¿Quién te crees que eres?
_ ¡Su esposo!... Y me abstengo al deber que me lleva serlo.
_ Ella no te pidió que le tuvieras lástima y te casaras con ella… ¡Fuiste tú al querer una madre para Stephanie!
_ ¡Te he dicho que basta! ¡Basta! ¡Me atosigas con tus palabras!
_ ¿Dónde esta el hermano que me enseño a valorar a las personas?

   La puerta seguía medio abierta, algo que le permitió no tan sólo a Kate escuchar aquella conversación, sino a Stephanie, quien se ocultaba detrás de la mesita que se encontraba cerca.

_ No la amo… ¡Jamás podré amarla! Simplemente me casé con ella por lo que todos saben. Porque necesitaba una madre para mi hija, y a su vez, una esposa para que me diera un heredero varón. ¿Conforme?
_ Conforme… Andrew realmente es mejor hombre que tú. Al menos con su historial, sé que jamás se comportaría tan vilmente como lo estas haciendo tú.

   Alexander guardó silencio. Aquellas palabras fueron una estocada para su persona, hiriéndole en lo más profundo.

_ Cierra la puerta antes de marcharte… Volveré a irme. Sólo he venido por poco tiempo. Había venido a ver como seguían todas. Y ya al verlas, puedo regresar a Londres lo más pronto posible… Y con lo que se refiere a Andrew, me ha pedido permiso para visitarte pronto. Es probable que le veas próximamente… No deja de decirme lo ansioso que esta en convertirte en su esposa.
_ Gracias por la información…_dijo secamente y luego cerró la puerta al marcharse.

Kate... El río que fluye dentro de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora