Mark

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Respirando hondo, tomo una cerveza y ofrezco otra a Jackson. La necesito para soportar el interrogatorio que va a hacerme, también para olvidar cómo me ha temblado el cuerpo cuando he acariciado a Sunny, al tiempo que me pregunto qué habría sucedido si no hubiera llegado interrumpirnos Jackson. Este da un largo sorbo a su cerveza antes de preguntar:

—¿Qué hacía Sunny aquí?

—Ya te lo ha dicho: ha venido a traerme el libro que prometí a Yugy que leería —contesto en tono neutro.

No es asunto suyo lo que Sunny y yo hagamos. A mí no me importaría que lo supiera, quizá así se alejaría de ella, pero sé que no es lo que ella quiere. De algún modo, la avergüenza estar conmigo, pero tampoco puede resistirse a ello. Es como siempre he pensado. Las chicas como ella tienen aspiraciones más grandes que un chico como yo; sin embargo, siempre termina besándome, y hoy acariciándome con una pasión mucho más apremiante que en las otras ocasiones.

Hay algo en mí que le hace desprenderse de esa aura de responsabilidad y autocontrol que siempre lleva. Es como si conmigo, solo conmigo, pudiera dejarse llevar. No es la única; mi cuerpo jamás había ardido por una chica como lo hace cada vez que ella me deja acariciarla. Sin saber qué decir, tomo yo también un sorbo de cerveza y desvío la mirada, hasta que Jackson comenta:

—Tenemos que hablar sobre Sunny.

—No hay nada de lo que hablar.

—¿Estás seguro? Has pedido fiesta a Park solo para evitar que estuviéramos a solas. Y a juzgar por el rostro de culpabilidad y algo más cuando me ha visto, no creo que estuvierais solo hablando de libros.

—No es asunto tuyo lo que hago con Sunny.

—Sí lo es, porque me gusta —declara.

Suspiro. Esta es precisamente la conversación que trataba de evitar. Apoyo la mano sobre la pared y con un tono de hastío pregunto:

—¿Ahora vamos a pelearnos por una chica?

—No, vamos a seguir nuestra propia norma — me contradice.

Eso es algo que también trataba de eludir, más que nada porque intuyo que tengo las de perder. Jackson también lo sabe, así que me solicita sin rodeos:

—¿Quieres estar con ella? Y no me refiero a echar un polvo, sino a tener la clase de relación que ella busca, que se merece.

Bajo la mirada y aprieto la mandíbula, incapaz de dar una respuesta positiva. Jackson exhibe una sonrisa victoriosa y afirma:

—Lo imaginaba.

—Aun así, no quiero que estés con ella — recalco, porque eso sí que lo tengo claro.

—Esto no funciona así, Mark —contesta con la frente arrugada—. Si quieres salir en serio con ella, me alejaré porque tú la viste primero. Pero en caso contrario, entenderé que tengo vía libre.

—¡Maldita sea, Jackson! Estás siendo injusto.

—Estoy siendo más justo de lo que te mereces.

A estas alturas no debería darte preferencia, pero lo hago porque eres mi mejor amigo. No obstante, se acabó. Necesito una respuesta y la necesito ahora. ¿Quieres salir con ella sí o no?

Niego con la cabeza, maldiciendo que Jackson me conozca tan bien. Deseo a Sunny con todas mis fuerzas, pero hay una parte de en mi mente que no cesa de repetirme que no quiero una relación con alguien con una vida tan complicada como la de ella. Soy demasiado joven, he encontrado mi zona de confort y no sé si puedo salir de ella. Así que me limito a decir la verdad:

—Me gusta, pero no estoy preparado para salir con nadie, y menos con alguien como ella.

—Lo sabía; solo quería corroborarlo. Gracias por la cerveza. Y, Mark, la próxima vez que vaya al lago con ella, o a cualquier sitio, no te inmiscuyas.

Siento lo ojos centellear y le espeto:

—¿Te he dicho que me gusta y vas a seguir intentándolo con ella?

—Te conozco, Mark: nunca estarás preparado para comprometerte con Sunny. Pero yo sí lo estoy.

Su tono prepotente me enerva, y le garantizo:

—No voy a retirarme del campo de batalla si es lo que me estás pidiendo. Al menos no mientras no sepa con claridad lo que quiero.

—Haz lo que te apetezca, pero si quieres mi consejo, tienes a suficientes chicas detrás de ti como para no tener que romper el corazón de Sunny.

Debería replicar, pero no lo hago, y Jackson sale de la caravana dando un portazo. Cuando me quedo solo, dejo la cerveza e, inclinando la cabeza contra la pared del vehículo, cierro los ojos, recordando lo que ha pasado entre Sunny y yo.

Intuyo que, aunque Jackson no hubiera aparecido, ella me habría detenido tarde o temprano. Me desea, pero no es Kim-So ni ninguna de las otras chicas con las que he estado. Ella no se conformará con una noche, ella quiere algo más. Y por eso jamás termina de entregarse a mí, por eso siempre me pide que seamos amigos. Y por eso se acerca a Jackson. No soy idiota. Si ella pudiera, elegiría enamorarse de él. Pero es a mí a quien besa, es conmigo con quien pierde el sentido. Y no sé si alegrarme por ello o echarme a temblar por la responsabilidad que eso supone. La pregunta de Jackson ha sido clara y, aunque le he dado una respuesta, no sé si es del todo cierta. La única verdad es que en este momento daría lo que fuera por que volviera estar aquí conmigo y estrecharla entre mis brazos, por hablar con ella, porque sus ojos se perdiesen en los míos. Y eso es algo que nunca había sentido por nadie. Podría haberle pedido a Jackson que se alejara de ella para siempre y él lo habría hecho, pero he sentido miedo. Y ahora, una parte del corazón me late con furia pensando que soy un completo idiota que no concibe la idea de Sunny repitiendo lo que ha sucedido conmigo pero con Jackson, entregándose a él. Aprieto los puños y sé que la conversación con mi amigo no ha terminado, aunque antes de retomarla voy a tener que tomar una decisión para la que no sé si estoy preparado.

Tu eres mi vez ~ TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora