Estoy sentada en la misma silla en la que he pasado toda la noche. Yugy ya está fuera de peligro, y espero que en cuestión de una hora le den el alta. Lo que significará que debo llamar a Mark para que nos recoja. Suspiro. Debería concentrarme en el dolor de espalda que tengo por la incómoda postura, pero solo puedo pensar en lo vulnerable que parecía Mark anoche. Podría haberse enfadado conmigo por ocultar le la verdad, pero en su lugar se marchó a cuidar a Lisa. Estaba dolido, pero parecía tener un interés real en nosotros. Y sin embargo, sigo teniendo miedo de que cambie de idea.
—¿Sunny, me estás escuchando? —me pregunta Jackson a mi lado interrumpiendo mis pensamientos.
—Perdona..., ¿qué me decías? —No me había dado cuenta de que mi mente se había vuelto a desviar hacia lo sucedido la noche anterior con Mark.
—Te preguntaba que si quieres que te traiga un café. Pareces necesitarlo —se brinda solícito. Su tono de voz es reconfortante y su oferta, apetecible, pero me siento demasiado culpable para aceptarla.
Ha venido al hospital a primera hora, antes de entrar a trabajar. Se preocupa verdaderamente por mí, y si va a seguir haciéndolo, quiero que al menos sepa la verdad:
—Hay algo que quiero explicarte —comienzo a decir.
—No hace falta —me interrumpe—, anoche vine con intención de hacerte compañía y te vi con Mark.
Seguro que la culpabilidad se me pinta en el rostro, y él añade con un acento que no es acusador, solo expresa con suavidad:
—Él te besó y tú te apartaste. Aunque, para ser sincero, daba la impresión de que lo que querías era continuar el beso.
—No sé lo que quería. Ese es el problema, siempre es ese el problema —musito.
Jackson me mira sin saber qué decir, pero yo sí lo sé:
— Hay algo más que tengo que explicarte. Sobre por qué Mark se acostó con Kim-So, se comportó como lo hizo en la fiesta y me besó anoche.
—Te escucho.
Durante un largo rato comparto con Jackson todo lo sucedido. Debería haberlo hecho hace días, pero siempre me ha dado miedo compartir mis secretos, incluso con las personas con las que tengo confianza como él. Cuando termino, Jackson respira hondo y, durante unos minutos que se me hacen interminables, permanece pensativo antes de preguntar:
—¿Y por qué no le das una oportunidad? Yo sacudo la cabeza con incredulidad.
—Pensaba que querías estar conmigo.
—Quería y quiero.
—Pero estás tratando de que me reconcilie con Mark. No tiene sentido —protesto.
Con un chico volviéndome loca con sus cambios de idea ya tengo bastante.
—Él ha sido mi mejor amigo desde la infancia. Y tú eres una chica maravillosa.
—No soy maravillosa, sino un completo desastre —murmuro.
—Que te importe Mark no implica que seas un desastre, como tampoco que estés enamorada de él.
Me encojo ante la idea de ser tan trasparente para él y me disculpo:
—Lo siento mucho.
—No lo hagas; fuiste sincera conmigo desde el principio. Fui yo quien se ofreció a esperarte, a darte tiempo. Pero Mark no va a moverse de tu lado, y creo que, en el fondo, tú no deseas que lo haga.
Su expresión comprensiva me hace sentir aún peor y me vuelvo a disculpar:
—Jackson, lo siento tanto...
—¿Por qué? No has hecho nada más que ser mi amiga. Y nos lo hemos pasado muy bien juntos.
Extiende la mano y me acaricia con suavidad la mejilla, acompañando el cariñoso gesto con estas palabras:
—No me arrepiento de haberlo intentado. Y lo digo en serio: quiero que hables con Mark. Ahora comprendo por qué ha actuado de forma tan extraña estos últimos días.
Yo dejo escapar una risa triste y le rebato:
—No saldrá bien. Somos demasiado diferentes, y él terminará volviendo con Kim-So o con cualquier otra que se cruce en su camino. Lo he visto demasiadas veces en los hombres que mi madre escogía. No quiero ser como ella, no puedo. Si no por mí, al menos por mis hermanos.
—No sé cómo eran esos hombres, y no seré yo quien diga que Mark es un santo. Pero jamás lo he visto mentir a ninguna chica sobre lo que quiere de ella. Y tampoco le he visto actuar con ellas como cuando está contigo. Sé que estas semanas han sido como una montaña rusa, pero ahora comprendo que Mark está preocupado y confuso, y, honestamente, no me gusta verlo de ese modo.
—No quiero que Mark sufra, pero no sé cómo enfocar todo esto.
Jackson aprieta su cálida mano sobre la mía y sugiere:
—Podríais empezar hablando de vuestros hermanos. Y respecto a vosotros, si estar separados os hace tan infelices a ambos, deberíais intentar no estarlo al menos.
Frunzo el ceño y me dejo caer contra el respaldo del asiento repitiendo:
—Lo siento, Jackson. Nunca tuve intención de lastimarte.
Jackson toma un mechón de mi cabello por toda respuesta y me acaricia con suavidad asegurándome:
—Lo sé. Y no quiero que te disculpes más. No se puede perder lo que nunca has tenido, Sunny, y tú nunca has sido mía. Ojalá no fuera así, pero estás enamorada de Mark desde el principio yeso no va a cambiar por mucho que te esfuerces en querer estar conmigo. Además, eso no cambia lo que hay entre nosotros. Somos amigos, y eso es algo que no vamos a perder.
Los ojos se me humedecen, y me atrae hacia él para reposar me en su pecho. Sé que tiene razón. Me habría gustado enamorarme de Jackson, pero lo hice de Mark. Y no puedo mantenerlo alejado de mis hermanos, porque también son los suyos, así que al menos tendré que tratar de encontrar la forma de que ambos estemos bien. Pero no sé cómo hacerlo sin dejar que vuelva a colárseme en el corazón, que este torne a llenarse de esperanza para al poco terminar roto en mil pedazos. Porque anoche, cuando me besó, puede que me apartara, pero lo que mi corazón anhelaba era corresponderle hasta asegurarme de que no volvería a marcharse de mi lado.
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Tu eres mi vez ~ Terminada
Teen FictionMi mundo siempre han sido mis hermanos, no existe algo que tenga mas importancia que ellos, por ende no soy de relacionarme con chicos de mi edad ya que ellos no tienen las mimas prioridades que yo y no quiero que nadie se entere de la forma en que...