Hoy he recibido una gran noticia. El tipo de los carnés falsos está en la ciudad, así que Mark me ha pedido que nos reunamos esta noche en su caravana para prepararlo todo. Algo nerviosa, he acostado a mis hermanos, he cogido toda la documentación y por fin estoy en la caravana de Mark, que no había vuelvo a pisar desde que la otra noche la aparición de Jackson evitó que nuestro beso terminara en algo más que unas caricias y mi camiseta por el suelo. Hoy será diferente, porque me he prometido que mantendré las hormonas controladas y los labios, las manos y el cuerpo en general alejado de esa tentación andante que es Mark. Llevo evitando estar a solas con él desde aquella noche, lo cual es inmaduro por mi parte: no puede ser tan difícil conseguir mantener la calma delante de él.
Llego diez minutos tarde y me disculpo diciendo:
—Me he encontrado con Jackson y me he retrasado; lo siento.
Mark me dedica una mueca y me pregunta sin tapujos:
—¿Qué pasa entre tú y Jackson?
El tono tiene un marcado rasgo de celos, lo cual me sorprende. Es cierto que últimamente, cuando estamos los tres juntos, observo sus miradas desafiantes que me recuerdan a dos gallos de pelea disputándose la atención de las gallinas, o, en este caso, la mía. Por eso contesto restándole importancia:
—Es un buen amigo. ¿Por qué?
—Porque le gustas.
Las palabras me ponen nerviosa. Es cierto que Jackson me mira de una forma muy halagadora, pero también que solo es un amigo, así que susurro:
—Eso no es verdad.
—¿En serio crees eso?
Me encojo de hombros y repito:
—Es un buen amigo, y me gusta estar con él y con su hermana. Nada más.
Él suspira ante mi explicación, como si no terminara de agradarle que compartamos esa amistad tan especial. Yo trato de volver al asunto para el que habíamos quedado y le entrego un sobre con la documentación comentándole:
—Aquí está todo lo que te pidió. Por cierto, en caso de que te pregunte, dile que tanto mis hermanos como yo hemos estado utilizando el apellido de soltera de nuestra madre en lugar del de nuestro padre. Y aunque en los papeles que te he entregado salgan los datos de este, prefiero continuar con el de mi madre. No lo hemos vuelvo a ver desde que nos abandonó, y tiene antecedentes, así que prefiero que no lo relacionen con nosotros.
—Lógico.
Cuando se hace cargo del sobre y lo deja sobre la mesa, siento como si me quitaran un peso de encima. Agradecida, lo tomo de la mano y le aseguro:
—No sé cómo agradecerte lo que has hecho por mí.
—Sigo pensando que te arriesgas demasiado por tus hermanos, pero si es lo que quieres, te ayudaré siempre que lo necesites. Voy a estar a tu lado, Sunny.
Las palabras me impactan, y cuando nuestros ojos se encuentran, cedo al impulso y una mirada hambrienta se apodera de los míos. Él susurra:
—No deberías mirarme así.
Yo sigo haciéndolo, no puedo evitarlo. Necesito canalizar todo lo que me hierve en elinterior: deseo, agradecimiento, ¿amor? Mark tampoco parece poder reprimirse, porque toma mi rostro entre las manos y me besa con fiereza. Hunde la lengua en mi boca, buscando la mía, y yo me estremezco, dejándome llevar. Sus dedos se entrelazan en mis cabellos, mientras su boca y su lengua siguen sumiéndome en una corriente de deseo mucho más profunda que en las anteriores ocasiones. Mi responsable planteamiento de ser solo amigos va dejando de existir conforme aumenta la intensidad de los besos. El latido de mi corazón, tan rápido y fuerte que parece que vaya a salírseme del pecho, ahoga cualquier resquicio de cordura. Sus manos se deslizan desde mi cabello hasta mi espalda, y cuando me atrae contra el pecho, el aire me falta. Una de sus manos pronto abandona mi espalda y llega hasta mi rostro. Recorre suavemente mi mejilla con la yema del dedo pulgar, hasta llegar a mi labio inferior. Mi respiración se hace más entrecortada y él aleja el dedo de mi boca para poder posar la suya de nuevo. Su mano vuelve a mi espalda, ciñéndose sobre la piel que queda desnuda cuando mi camiseta se levanta al abrazarlo. Su toque se hace menos sutil y me recorre la cintura hasta el vientre desnudo. Cada roce provoca en mí un estremecimiento que él ahoga con un beso más profundo. Subo las manos hasta sus cabellos, hundiéndolas en ellos, atrayéndolo más hacia mí.
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Tu eres mi vez ~ Terminada
Novela JuvenilMi mundo siempre han sido mis hermanos, no existe algo que tenga mas importancia que ellos, por ende no soy de relacionarme con chicos de mi edad ya que ellos no tienen las mimas prioridades que yo y no quiero que nadie se entere de la forma en que...