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Habían llegado cerca del anochecer a lo que sería su nueva casa en tan solo 3 días, estaba casi en la nada, tan solo podías ver la carretera y montañas a su alrededor y a lo lejos se podía ver las luces de la ciudad, sin duda un buen lugar para despejar la mente o verdadero reto para otros.

Bajando con maletas y risas fueron a instalarse en cada habitación asignada, hombres de un ala de la casa y mujeres en la otra ala, separados por una puerta que dividía el pasillo. Llamaron a cenar, el frío ya se estaba haciendo presente y si que hacia frío, todos bajaron a comer en la gran mesa, mientras esperaban a que sean servidos.  Tan solo un pequeño detalle pudieron notar las 3 amigas que esperaban por cierto par que aun no bajaba.

Mientras tanto arriba en las habitaciones de los hombres, Alejandro buscaba desesperado un suéter bastante abrigado mientras Daniel lo esperaba en el umbral de la puerta.

-¿Podemos bajar ya? De seguro ya están comiendo.

-Podrías dejar de tan solo pensar en comer y ayudarme a buscar.

Daniel tan solo resopló y comenzó a alborotar toda la maleta de Alejandro. Tras varios minutos sin éxito de encontrarlo. Daniel se paró y fue directo a su habitación, trayendo consigo un suéter de lana de el.

-Toma, póntela y bajemos a comer que muero de hambre. Luego me la devuelves

Alejandro aceptó un poco confundido y se la puso, no le quedaba  ajustada como le gustaba pero tampoco estaba muy floja para su gusto.

Ambos bajaron y se sentaron frente a sus amigas.

-Alejo, ¿esa no es el suéter de Daniel?- Elena preguntó

-Eh, Sí- respondió- Daniel me la dio porque no encontraba mi sueter.

-Que mala suerte lo de tu suéter.- comentó Valentina, quien luego sonreía, como si hubiese tenido algo que ver.

Daniel al verla comenzó a analizar a cada una de las chicas, quienes estaban a punto de reír.Hasta que vio a Abigail, quien le dijo un "De nada" y rió.

Sus amigas lo estaban sacando de quicio, ellas habían tomado el suéter , con el fin de que Alejandro usase ropa de Daniel.

-Malditas- soltó el alto, mientras las asesinaba con la mirada.

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