CAPÍTULO XXXVIII: ALGUIEN NUEVO EN SU VIDA

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Seis meses y medio desde que desapareció Yuzu. Tokio, Japón.

-Bien se dice que el que persevera alcanza, Mei. -dijo Daisuke bebiendo un poco de sake. -No pienso que sea malo esperar a Yuzu hasta que esté lista, además ya han ido por ella Historia e Ymir.

-Abuelo, estoy preocupada por Yuzu. Han pasado muchos meses desde que la vi y sigo pensando en que debí de haber ido yo por ella. -estaba indignada por el hecho de que la rubia le dejase a cargo de todo para ir ella por la castaña.

-En eso te equivocas mi niña. -murmuro sonriendo con pena.

-No entiendo por qué estaría mal si yo hubiera ido por Yuzu. -se cruzó de brazos como niño en berrinche.

Aihara estaba perdiendo la visión así que frente a él no estaba su nieta sino una mancha negra sin forma, sus manos eran manchas blancas difuminadas. Antes de que el tumor terminase su trabajo y lo llevase a la tumba quería ver en el altar a Yuzu dándole el sí a Mei. Todo había sido su culpa, que ellas separaran sus caminos se debía a él, si no hubiera inculcado en Mei que debía ser el remplazo de Shou su nieta sonreiría más, se divertiría, saldría y, por supuesto, se habría casado con Yuzu. Estúpida ignorancia con la que el mundo se mueve creyendo que debe complacer las exigencias ajenas en vez de ser felices como son. ¿Por qué el ser humano vive creyendo que necesita aprobación del resto para poder ser alguien? Había firmado el consentimiento de la obligatoria a casar a su nieta con Yuzu, el papel emitido por Elizabeth Graham, esa mujer sabía desde que conoció a Yuzu que aun amaba a Mei y que deseaba ser feliz a su lado pero ella misma se negaba la satisfacción de ser feliz a su lado por tres cosas; la familia (o sea tanto Daisuke como Mei), el orgullo que le decía no rogarle a la mujer que destrozo su corazón prefiriendo a un legado inútil y efímero a ella, y el tercero y último por un capricho, Yuzu había decidido testarudamente enamorarse de Liz a como diese lugar con tal de borrar o al menos reemplazar el lugar de Mei en su corazón. Al usar el tercero como pilar de todo el meollo del asunto dejaba a Liz en una posición dolorosa y complicada; ella moría y sabiendo que Yuzu no seguiría adelante eligió obligar a Yuzu a estar con Mei, técnicamente le regalaba la excusa perfecta para estar con Mei alegando una obligación.

Pero, de todo esto la perjudicada era siempre Yuzu. Aun cuando fingiese que no, era lo opuesto. Liz le amaba y eso fue lo que le incentivo a corresponder algo que no podría nunca, enamorarse de su amiga para olvidar fue lo que decidió, pero sabía que estaba mal. Cuando Liz y las circunstancias le obligo a volver a Japón alegando usar a Mei para conseguir sus objetivos enamorándola se puso la soga al cuello. Liz prediciendo esto les acerco a ambas y estallo lo que mantuvieron oculto bajo sus almohadas, tenerse cerca como amantes. Cuando Liz empeoro Yuzu comprendió el error que cometió hacía tres años cuando se casó sin amar a una mujer que le daba su ser entero, la culpa la corroía y tras el deceso de su esposa huyo lejos para poder recuperar a esa mujer y darle la vida que le arrebato, sus medios eran medievales y para algunos era estúpido, pero, ¿qué ser humano no ha soñado con revivir a los muertos? Todos, todos lo hemos querido y nadie culpaba a Yuzu por querer hacerlo.

-Mei, sabes que ella aún no está lista para lidiar con los sentimientos que te tiene. -dijo por fin bebiendo un poco más del licor. -El sentimiento de culpa que tiene con respecto a Liz hace que tu presencia pueda ser... -dudo un poco al escoger la palabra adecuada. -Inoportuno. -dijo por fin confiado en decir lo mejor.

- ¿Dices, abuelo, que si me viese se culparía más por la muerte de Liz? -un nudo en la garganta apareció.

-En pocas palabras, sí. Podría decirse así. -asintió lentamente. -Los seres humanos al perder a alguien o culpamos a los demás o nos culpamos nosotros mismos de la perdida, en el caso de Yuzu se culpa demasiado por ello. -Bajo la bebida y tomo las manos de su nieta con cariño. -Mi niña, Yuzu cree que al aceptar el trato de Liz le fue más infiel que antes. Siempre te amo aun cuando se casó con ella, tú estabas en su corazón, esa traición y engaño podía ser soportada y perdonada pero ya pasar del pensamiento al acto significa mucho más.

DESEO DE MEDIA NOCHE (CITRUS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora