CAPÍTULO XXXIX: LA SIMIENTE DE UNA POSIBLE FAMILIA

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-Tranquila Mei-chan. -dijo Ume divertida por los celos de Mei. -Tal vez era una amiga o el terapeuta que le ayudo. No sabemos a ciencia cierta quien es, pero especular hace daño.

-No creo. -dijo seria y nerviosa. -No me inspira confianza esa... mujer. -"tal vez quiera quitarme a Yuzu" dejo el mensaje entre líneas y Ume se tuvo que aguantar la risa.

-Que no pasa nada. Yuzu sabe que debe casarse contigo así que no veo lógico que inicie una relación con alguien si va a casarse. -dijo seria. -Yo crie a una niña con valores y ética bien cimentados. Además, mi niña odia las infidelidades, de eso ya sabes muy bien.

- ¡PERO SE CASA CONMIGO POR OBLIGACIÓN!

Ume suspiro y se pasó una mano por el cabello en señal de frustración. Desde hacía una semana que Mei se paseaba murmurando en voz alta su molestia ante esa mujer de nombre desconocido, ¿Qué podría ser peor para ella que el enterarse de que Yuzu estaba saliendo con otra mujer? Ume apostaba por un malentendido o simplemente una expresión ambigua, pero parecía no entrarle en la cabeza a Mei, era como su frase que usaba a las personas que no le caían bien: "míos oídos te escuchan, pero mi cerebro te ignora". Los celos te dejan ciego y sordo, pero también era un indicador muy definitivo de que alguien tenía sentimientos por otra persona, Mei amaba a Yuzu, ese punto no se discutía, pero el problema era si esos celos podrían arruinar algo en el futuro. Por el bien de las dos ojalá y no fuera el caso.

Si bien podría haberse resuelto el enigma de la mujer con una explicación de Historia o Ymir al día siguiente, pero recibieron un mensaje que decía que había ocurrido algo grave y aplazarían el regreso por una semana, después de eso no se supo más de ellas. La ansiedad creció en Mei junto a la paranoia que se volvía algo molesto, Ume tenía paciencia con esas cosas, pero Mei no, un defecto genético cortesía de la familia Aihara. Los Aihara, un verdadero dolor de trasero en temas de sentimientos.

-Mei, deja de dar vueltas que me pones nerviosa y ansiosa. Además, se supone que el desayuno es para sentarse a la mesa y comer, no pararse y ponerse a caminar sin tocar la comida. -dijo suspirando y algo mareada de ver a la pelinegra dar vueltas.

-Pero es que-

-Ya sé que hoy llega Yuzu. -le interrumpió. -Pero no ganas nada estando así, por lo que te pido que te sientes y comas de una vez. No tardan en llegar y si vas a hablar con Yuzu debes estar bien comida y tranquila.

Mei se debatió entre ignorarlo, pero decidió hacer caso y se sentó. Observo sus panqueques con mermelada de naranja y sintió asco, estaba nerviosa y los alimentos no tenían entrada en el estómago. Tomo el tenedor y corto un pedazo del pan y se lo metió a la boca seguido de un trago de té de manzanilla.

-Muy bien. -asintió Ume y tomo el periódico. -Mmm, estos días serán lluviosos, así que no olvides el paraguas o te mojaras -

Ume continúo hablando sola, Mei solo tenía en mente volver a ver a Yuzu. Comenzó a divagar en cómo se vería ahora, si tendría el pelo largo o corto, castaño o teñido, flaca o con algo de peso encima, sonriente o triste, conversadora o callada.

"Está feliz con esa... mujer" murmuro su mente. "En estos momentos debe estar riéndose y disfrutando de la vida."

-No... no. Ella no está... seguro es una amiga solamente. -dijo otra voz en su mente.

"No. Historia dijo que Ymir estaba enamorada de ella, así que debe ser una bella mujer"

-Pero si fuera una hermosa mujer como dices Historia no sonaría tan alegre cuando hablo de ella.

"Tal vez para no sonar tan obvia, orgullo de mujer"

La mente de Mei comenzó una lucha que ni ella podía controlar. Le daban miedo los celos, mucho y más por el rumbo al que la llevaba. Miro el reloj y eran las ocho y media, dentro de poco estarían arribando a la casa. Decidió ir al baño para retocarse un poco -como lo había estado haciendo y esa sería la quinceava vez-.


DESEO DE MEDIA NOCHE (CITRUS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora