CAPÍTULO LIII: EL INTERSTICIO

479 57 13
                                    

Nota aclaratoria:
El capítulo pasado, el del 28 de diciembre dije que este era el capítulo final... Pues mentí, aún no se acaba la historia. Era broma por el día de los inocentes, de hecho en el primer comentario lo dije pero nadie lo leyó al parecer 😅💔
Y me falto decirles que lo leyeran (el error es mío, lo siento). Gracias por su comprensión, lo puse arriba porque muchos ignoran mía notas finales y pues ni como se enteren.
Ahora si, prosigan con la lectura.

***


- ¿Yuzu hizo qué? -bramo Tomoya encolerizado.

-Señor Okogi, en vez de armar tanto arguende podemos ponernos a pensar dónde pudo ir Yuzu y detenerla. -Ymir trataba de calmar el episodio de ira.

-Es una gran idea, pero déjame recordarte, Fritz, que se largó desde hace cuando mucho seis horas así que puede que ya cometiera una estupidez. -replicó despectivo. -Debí recluirla en un maldito psiquiátrico cuando tuve la oportunidad.

- ¿Es usted alguien que no comprende por lo que paso Yuzu? -dijo Historia incrédula. -Perdió a su esposa y luego a Paola, ¡Era de esperarse esto! Si de alguien es la culpa es nuestra.

-Lo sé mejor que nadie. Y eso no excusa a esa idiota por su decisión cobarde y estúpida. -escupió con asco. -Yo y el resto perdimos familia y seres queridos a lo largo de nuestra vida y seguimos adelante, aun así. ¿O me equivoco, Ymir? Tú eres de los que mejor conoce lo que se siente y da muestra de la fortaleza.

Historia estuvo a punto de decirle algo, pero Ymir le negó con la cabeza y le abrazo con cuidado. La morena seguía resintiendo su perdida, pero ahora se concentraba en su familia. Ya no estaba sola, Historia esperaba un hijo de ella y ahora debía velar por ese futuro hermoso, era lo único que podía salvarla. Yuzu parecía no comprender las cualidades de lo que tenía, y no la culpaba después de todo ¿Quién valoraba lo que tenia cuando sus ojos miraban al pasado?

Mei estaba al teléfono tratando de ponerse en contacto con la única persona que sabría dónde estaría la rubia. Kunio la observaba con cansancio en sus ojos y le sonrió en apoyo total a la idea, por mucho que le doliera reconocía que Lord William Frederick Graham Parker, sabría dónde estaría su nieta y no él cuya ausencia dejo en soledad a Yuzu que se vio obligada a buscar consuelo en su suegro.

"Buenas tardes. ¿Quién habla?" Dijo William con voz ronca y adormilado.

-Buenas noches, señor Graham. Soy Mei Aihara.

"¡Ah! ¿Qué tal estas, niña? ¿Aún están en Venecia? Lamento no haber ido al funeral, mi salud no es la optima y me ha dolido mucho. Espero que Yuzu no se haya puesto mal con lo de Paola." Un nudo en la garganta obligó a pausar a Graham y tras reponerse rápidamente prosiguió con ligereza forzada. "Pobre niña... morir a esa edad sin conocer mucho es algo cruel. Las pérdidas nos azotan a todos, pero más a Yuzuko. No entiendo porque si es una buena persona que ha sufrido cosas malas. Espero que puedas hacerla feliz, Mei. Sé que mi hija Liz lo deseaba de corazón. Después de todo ella organizó todo para que fueran felices ustedes dos."

Mei contuvo la respiración y las lágrimas escaparon de su control. No comprendía cómo era que no noto las señales de esos deseos de la rubia. Era una idiota completa. Con la muerte de Liz Yuzu hizo cosas irracionales para traer de vuelta a su difunta esposa, ¿qué más podía esperar con la muerte de la hija adoptiva? Historia e Ymir le habían contado lo que paso Yuzu para convencer al gobierno italiano de que era competente mentalmente para cuidar de la niña. Recibió terapia intensa para la adopción y clases para ser padre. La dedicación que tuvo para mostrarse como alguien capaz de educar, cuidar y proteger a Paola fueron grandes como para que esperarán todos que Yuzu simplemente iría al funeral a velar a su hija y pretender que estaba todo bien. Volver a Tokio como si nada, casarse con Mei y seguir ignorando ese dolor.

DESEO DE MEDIA NOCHE (CITRUS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora