CAPÍTULO XIX: TERRITORIO MARCADO

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El movimiento en el hospital Okogi no se hizo esperar, tanto los niveles ejecutivo, administrativo y demás departamentos estaban conglomerados en el auditorio. Con un personal de 250 personas no podía esperar Yuzu otra cosa sino un caos en palabras de silencio y orden. Murmullos y algunas palabras ya altas rompían el ambiente formal que se debía tener.

En el pódium estaba la mesa central donde Ymir, Historia, Matsuri, Daisuke Aihara, Tomoya Okogi, Liz y Yuzu estaban sentados esperando a que llegasen las doce en punto para comenzar la reunión.

-Esto me recuerda a las conferencias en la facultad, ¿recuerdas Yuzu? –dijo Liz a su esposa con nostalgia.

-Solo asistí a una... pero esa vez todos estaban en silencio. –murmuro irritada. -Pero las que daban cuando estudiaba administración y contabilidad fiscal eran así como esta. Dios, por eso me daban ganas de volver a genética.

Liz le acerco a la ojiverde una pastilla para su dolor de cabeza junto a una botella de agua. Yuzu simplemente tomo la pastilla rápidamente y sin agua se la paso, Liz abrió la botella y se la volvió a acercar.

-Dañaras el hígado, toma el agua. –ordeno suavemente.

Yuzu obedeció y a tragos se la tomo. Miro el reloj y ya era cinco a la hora acordada cuando llego Mei con unas hojas en la mano seguida de una bella joven albina, se quedaron discutiendo algo serio pues la otra joven dio media vuelta y pego carrera.

-Ya... me quiero retirar Liz. –gimió Yuzu al sentir una punzada en el pecho que le hizo llevarse la mano automáticamente. Comenzó a sudar frió y su miembro izquierdo comenzó a hormiguear. -ugh, es... molesto.

-¿Ya empeoro? –pregunto preocupada y le coloco los dedos en la carotida con cuidado para que nadie se preocupara. -Dios... esta bajando tu ritmo cardíaco. -necesitaba un estetoscopio para determinar bien la condición, pero irse en ese momento llamaría la atención.

-No soporto la cabeza... y me siento mareada también. –dijo tocándose la frente. –Es... muy fuerte y me cuesta respirar... Liz no puedo soportarlo más. Debo... tomarlas o de lo contrario yo-

Liz beso la mejilla de su esposa y se acerco a su oído.

-Traje... un poco de succímero. –saco un paquete de su saco. –Ten... tómalas. -Saco dos tabletas y se las entregó a Yuzu.

La castaña se las metió a la boca fingiendo un bostezo. El dolor desaparecería pronto. O eso esperaba, de no mejorar terminaría en un hospital por un ataque cardíaco.

-Solo es una hora... solo una hora. -se repitió cansada.


Ymir jugaba con su bolígrafo y garabateo a un duende de largas orejas y dientes filosos recibía una manzana de una joven con capucha con sus dedos y uñas largos mientras con la otra mano sostenía una linterna. Sonrió al ver su obra pero considero mejor el diseño y oculto el cuerpo del duende con una capa negra y solo dejo ver la linterna.

-Sigues mejorando en el dibujo. –dijo Historia maravillada.

-Supongo... -murmuro dejando caer el bolígrafo y quiso arrugar la hoja pero la mano de la rubia se lo impidió. -¿qué pasa?

-No lo tires, déjamelo.

Ymir puso los ojos e hizo bola el dibujo para guardarlo en su bolsillo. Historia iba a protestarle cuando le sonrió.

-Ese diseño esta horrible, deja hago otro. –interrumpió Ymir.

Con rapidez tomo su bolígrafo y comenzó a dibujar impidiendo que la rubia viera que hacía. Pasaron unos cuantos minutos y la morena alzo los brazos en señal de terminar, Historia se acercó a ver y contuvo la respiración. Era un retrato de ella sonriendo.

DESEO DE MEDIA NOCHE (CITRUS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora