Ymir estaba recostada en un catre de una celda esperando a que llegase su invitado, para pasar el rato lanzaba una pelota para pensar mejor. Subía y bajaba, subía y volvía a bajar. Como le había enseñado Ilse que la vida se regía por variables tan impredecibles que un día estabas triunfando y al otro algo o alguien llegaba para ocupar tu lugar, por eso el refrán de: Nadie sabe lo que tiene hasta que perdido lo ve.
Cuando era apenas un adolescente conoció a muchas personas en su país natal, cada una tan diferente pero tan igual entre sí. Como si todos estuvieran conectados por algo invisible que les guiaba a un fin común, la naturaleza era un enorme mensaje claro que el hombre por estupidez dejo de entender. Ella e Ilse a pesar de su alta categoría social solían pasar todos los días corriendo en los bosques ayudando a talar uno que otro árbol y cazaban animales para las cenas. Ymir era buena en trabajos físicos y demandantes mientras su hermana menor era experta en manualidades y cocinaba delicioso. La gente era de tez clara pero ellas eran morenas como su padre extranjero, pero en cambio su madre era pelirroja y hermosa, así habría sido su hermano Jan pero desgraciadamente tuvo muerte de cuna, eso ocasiono un cambio drástico en la familia que dejo Noruega para irse a Francia donde Ymir desarrollaría su talento en la música e instrumentos pero lo suyo era una guitarra eléctrica y así armar una banda y volverse famosa. Sus padres se mostraron indignados ya que abandono la universidad para hacer un ruido molesto, pero Ilse la apoyo y convenció a sus padres de dejarle en paz. Algo que no duro mucho tiempo ya que ese hombre los asesino.
Ella sabía cómo se sentía estar en la cúspide de la realización y éxito para después ser dejada en la nada, que le quitasen lo que más amaba y dejarle hundida en la maldita desesperación. Quería hacerle pagar a ese hombre por lo que hizo pero tenía razón Matsuri y Liz, matarlo no traería de vuelta a su familia.
El ruido de las señales de las puertas abiertas le trajo a la realidad, espero a que la reja se abriera y entrara el pobre condenado. Los policías lo arrastraban por el suelo como si fuese una bolsa de basura, una como el resto de los asesinos, violadores y secuestradores de esa prisión. Ese hombre no era malo pero sus crímenes lo llevaron a vestirse de color caqui y esperar a ser deportado. Lo sentaron en la silla y le pusieron los grilletes como era el protocolo luego de terminar los guardias dieron una reverencia a Ymir y se retiraron cerrando la celda y dejándoles a solas. Ymir ladeo la cabeza y comenzó a silbar antes de cantar despreocupadamente:
"En este mundo impera la oscuridad,
Las mentes enfermas y putrefactas.
Si nos unimos en contra de la maldad
Con sangre y dolor los tiranos nos detendrán"
La voz de Ymir era grave y suave, como si estuviera rezando algún cántico sagrado y no pudo evitar aquel preso relajarse y querer mostrarse comunicativo con la morena.
-Es un placer conocerlo, señor Costa -dijo terminando de cantar sin dejar de lanzar la pelota. -Espero que sepa el por qué estoy aquí.
-No lo sé. -respondió con voz ronca. -Pero puedo imaginarlo, después de todo en mi condición puedo esperar a morir en un agujero de piedra en una celda inglesa. ¿o japonesa? la verdad no me interesa mucho ya que pase con mi vida, por mi pueden ahorcarme de una puta vez.
-No parece preocupado de que se enteren que estuve con usted. -dijo algo incomoda. -Me sorprende sus... palabras. Tal vez lo dice por el calor del momento.
-Ya no le sirvo, además quien creería lo que dice un ladrón. -se encogió de hombros. -Soy realista con lo que pasara conmigo, las falsas esperanzas y cuentos que podría contarme para consolarme no me sirven de nada si nada que me importante esta allá afuera esperándome.
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DESEO DE MEDIA NOCHE (CITRUS)
Hayran KurguSegunda temporada de "Algún día te alcanzaré ". Nada pasa de la misma forma dos veces, ahora Mei se encuentra en una situación donde encontrar la forma de volver a ser feliz estará llena de obstáculos.