Dant:
Mis ojos se abren cansados, el dolor es inmediato y los cierro de nuevo con pesar, quiero quedarme en la cama pero no puedo, hoy es el gran día y debo preparame, avancé hacia el baño sin mas ropa que un boxers blanco y me metí al agua.
Las horribles imágenes de la noche anterior taladraron mi cerebro y todo volvió a cobrar fuerzas otra vez, tanto, que el asco dentro de mi ya era insoportable al ver aquella carnicería en que se había convertido mi visita a aquel diputado.
Después de vestirme escuche como la puerta se abría y Sebastián entró con el rostro tenso, sus ojos verdes estaban poseídos y su piel pálida lo estaba aun mas.
-¿Listo?- su voz tembló al estar junto a mi y le devolví la mirada.
-Vamos- con una palmada en el hombro lo calme y mi voz sin ninguna emoción seguramente se coló por cada fibra de su piel.
Salimos de mi habitación mientras el silencio lo cubría todo, era domingo y todos los estudiantes estaban en casa o en la calle, nosotros al no tener un lugar a dónde ir estábamos solos. Subimos al auto convertible amarillo que nos esperaba afuera, Sebastián tomó el volante y en unos segundos estábamos dejando atrás aquel imponente edificio.
Con el corazón latiendo frenético, llegamos a un parque frondoso donde una camioneta negra nos esperaba con sus puertas abiertas. No había nadie y en el interior se activó una pantalla donde apareció aquél hombre con su característica mascara y un traje negro dentro de lo que parecía ser una base de operaciones bajo el agua.
-¡Está todo preparado, tomaremos al objetivo apenas lo tengan, no queremos errores!- la pantalla se desactivó y Sebastián me miró.
-¿Dant?...-.
-Ya lo oíste- sabía que el intentaba persuadirme del acto suicida que estaba a punto de cometer pero ya todo estaba decidido.
Con su mirada sobre mi por varios segundos mas me cambié de ropa, reemplazando todo por un traje negro de corte militar, después el se vistió y llevé mis manos al volante.
Varias manzanas mas adelante nos encontramos con un helicóptero sobre una casa abandonada. Cargamos con una maleta negra cada quien y subimos rápido, al acomodarnos, un sonido estático comenzó hacer acto de presencia y a continuación comenzamos a ascender después del batir de las hélices de aquel gigantesco aparato.
No era extraño, ni la primera vez que volábamos solos sin mas compañía que un micro chip conectado a los sistemas del helicóptero, era obvio que ellos lo controlaban y de haber querido matarnos, no les costaría tanto trabajo hacerlo, pero eso ahora no me importaba, la muerte es el fin de todo, el dolor se acaba con ella y en mi situación, solo es cuestión de tiempo para que eso ocurra...
-Llegamos- la voz de Sebastián me devolvió a la realidad.
Estábamos sobre un edificio de cuarenta plantas y frente a nosotros se levantaban dos torres simétricas y comunicados por un puente de cristal.
Abajo, cientas de personas, vestidas con traje de gala, estaban reunidas frente a un hombre voluminoso y calvo, del cual, oían un discurso, sus palabras rasgaban el aire y junto a todo aquel clima de vanidad superficial se encontraban varios cientos de uniformados custodiando aquel evento tan esperado y del que se había escuchado hablar por varias semanas.
-¡Estas seguro de esto Dant?-sus ojos vidriosos me miraron otra vez.
-Lo estoy- dije convencido.
De la maleta con la que cargaba saqué un arma de grueso calibre y la colgué en mi espalda, puse un micrófono en mi cuello, el colocó una mira de largo alcance a su arma y me dio un pequeño golpe en el hombro.
-Lo lograremos- dijo convencido y le regalé una pequeña sonrisa antes de comenzar a correr escaleras abajo.
Mi corazón latía con dolor al recordar todo esto, fueron varios meses de preparación, intensos entrenamientos, simulaciones calculadas y todos los detalles sujetos a cambios ante mil situaciones probables y erráticas, nada podía salir mal.
Mis pies tocaron el suelo de la planta baja, corrí por todo el pasillo de cristales blancos y me quedé tras la puerta de entrada. Desde ahí estaba viendo todo a precisión, tome una bocanada de aire y oprimí el micrófono.
-Es hora-nadie contestó y solo escuché una respiración temblorosa del otro lado.
De pronto, un sonido hueco y pesado taladró mis oídos, los cristales de las dos torres se rompieron en miles de pedazos tras la onda expansiva y todo se volvió caos.
Esa era la señal que estaba esperando, no había marcha atrás.
Ahora, ya no podría retroceder.
ESTÁS LEYENDO
Amores Anónimos.
Action#PremiosMoon19 (Ganador 1er lugar). Dant y Sebastian fueron privados de su libertad para convertirlos en asesinos con la falsa promesa de ver libres a sus seres queridos. Ambos trataran de destruir a aquella organización terrorista que los obliga a...