48-Conspiraciones.

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—¡Lo tenemos, tenemos a ese maldito! — la voz de Adam rompió el silencio que se había formado alrededor y James no pudo mas que darle la razón.
Los días de Dant y Sebastian Castillo estaban contados, pero no ahora, pensó y mientras veía la victoria en los ojos de Adam trató de saber que palabras usar.

—Cierto, lo tenemos... Pero no podemos ir tras él ahora y... —.

—¡Pero por qué no... — exclamó Adam, alzando la voz y volviendo a su lugar en frente de James con el rostro congestionado de ira —. Tu mismo lo viste, tenemos las malditas pruebas frente a nuestros ojos y no quieres actuar ya! —.

James no dijo nada, miró a Adam y después a Aker.

—Niño, dejanos solos y cierra la puerta al salir —.

—Si señor — Aker tomó la computadora, la cerró y sin mirar a ninguno de los dos se dispuso a salir.

—Hey, chico... — la voz del teniente hizo que él se detuviera —. Creo que no hace falta decirte que esta información se queda entre nosotros tres y si por alguna razón sale de aquí la primera cabeza que rodará será la tuya —.

—No tiene que decirlo teniente yo lo sé perfectamente — sin decir más el joven novato salió tal como su superior le había indicado.

—Entonces ¿no piensas hacer nada ahora? — Adam lo miró directamente a los ojos.

—Entiende, lo que pasa es... —.

—¡Aquí no pasa nada, eres tu el que se niega a hacerlo, cuando descubrimos las primeras pruebas en el atentado a Collins me pediste que esperara y aunque no estuve de acuerdo contigo lo hize por que pensé que tenias un plan, después te negaste cuando descubrimos mas pistas y ahora que ya los tenemos quieres seguir esperando, No lo entiendo, de verdad que no lo entiendo o dime a que mierda estas jugando, eres uno de ellos o es que como a ti no te mataron a nadie que te importara no le das la importancia que merece, habla, di lo que tengas que decir o es que acaso eres un cobarde! —.

—¡De esto no vamos hablar ahora, sal de aquí y cuando estés calmado vuelves, ya! — la furia en los ojos de James hizo que Adam lo mirara como nunca lo había mirado, con resentimiento.

—¡Si no haces lo que tienes que hacer lo haré yo mismo y no me importa morir si conmigo me llevo a esos malditos asesinos! — Adam se dio la vuelta con los puños apretados.

—¡Has lo que quieras, pero te recuerdo que si echas a perder lo que ya hemos conseguido será peor para ti, ellos no se dejaran matar así como así y aprovecharan tu odio para hacerte caer, así que piensalo dos veces antes de cometer cualquier estupidez! —.

James no supo si Adam lo escuchó o no pero por un momento se sintió culpable de aquella situación, el mas que nadia sabía lo que estaba en juego y lo que a Adam le estaba costando no ir tras los responsables de la muerte de su familia, pero si quería atraparlos y que no volvieran a ver la luz del sol en una prisión de máxima seguridad, entonces tendría que tomar precauciones ya que bajo su aspecto de niños bien tenían una larga lista de asesinatos y por última vez no quería fallar, no ahora que la responsabilidad mas grande pesaba en sus hombros, el era el elegido para llevar el operativo de seguridad en las elecciones y su victoria dependía de destruir a Alcatraz antes que ellos lo hicieran con él.
Respiró un momento, trato de mantenerse sereno y después sacó su teléfono, para ver a través del GPS, lo que había hecho Dant; el primer movimiento era a una dirección que el ya había marcado con un punto rojo y que correspondía a la casa de Aaron Marshall, después a un centro comercial y por último a casa del consejero político de Ethan Collins.
Del teléfono de su oficina marcó un número.

—Hola, buen día... Sí, con él habla... ¿Podría enviarme los vídeos del sector EV-051432 correspondientes de las nueve a trece horas?... Si... A la misma dirección... Que tenga un buen día —.

Amores Anónimos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora