Dant:
-Nooooo-.
Grité desesperado abrazando su cuerpo inerte mientras las lágrimas caían por mis mejillas.
-¡Nooo. Amor, contesta hablame. Amooor!-.
Mientras mas gritaba mas inerte parecía. Escuché un ruido que venía del baño, como cuando alguien tropieza por accidente y tira algo al suelo, algo que se rompe. Intenté pararme y para cuando lo hice sentí la mirada de alguien en él marco de la puerta, al voltear lo primero en lo que me percaté fue en un hombre parado ahí observándome con un arma corta en dirección a mi. Su cara estaba cubierta por aquella máscara que la organización nos obliga a usar durante las misiones.
-¡Como diablos es que entraste hasta aquí!- le grité con rabia al sentir todavía mi cuerpo manchado con la sangre de Sebastian.
-No pudiste protegerlo a él. Que te hace pensar que puedes protegerte a ti. Tu vida siempre fue nuestra y lo fue hasta que decidimos que no nos sirves y eso es ahora - .
Inmediatamente al terminar la ultima palabra apretó él gatillo y sentí como la bala se incrustaba en mi pecho. La quemazón y él dolor tan terrible que produjo me hizo gritar como nunca antes había echo y entonces desperté.
Mi cuerpo entero estaba sudado y respiraba cansado como si hubiera corrido un maratón. Llevé mi mano a mi pecho y solo sentí el sudor bajo la playera blanca de dormir. Sebastian me abrazaba con fuerza al tiempo que su mirada llena de terror me examinaba.
-¿Estás bien?- me dijo con su voz bastante calmada.
Lo miré de arriba abajo y lo abracé.
-Estaba teniendo una pesadilla -.
-Ya. Ya pasó - me apartó un poco acariciando mi cabello -. Debemos arreglarnos para ir a clases -.
Juntos entramos a la ducha. Él agua caliente formaba pequeñas nubes de vapor y resbalaba por nuestros cuerpos semi desnudos.
Varios minutos después ambos cruzábamos él campus en direcciones opuestas y en total silencio como siempre lo habíamos hecho para no levantar sospechas. La escuela estaba llena, unos iban y venían con su grupo de tres o cuatro amigos hablando otros estudiando y la diversidad era tan grande como él espacio que ocupaba la enorme universidad.
-Con que ahí estás - me detuve al escuchar esa voz a mi espalda.
Al volver la mirada me encontré con Sam. Su pequeño cuerpo enfundado en jeans negros rotos por las rodillas y un gran suéter violeta hacían juego con sus ojos negros, pelo violeta, azul y verde junto a una gran sonrisa que siempre la caracterizaba. Con ella venía Matthew: alto, musculoso, él típico chico listo, con un par de lentes para corregir la miopía y en su brazo derecho tatuajes de felinos, serpientes y una rosa. Vestía unos jeans azules junto a una playera sin mangas que resaltaba todo su cuerpo bien trabajado. Al juntarnos los saludé de mano.
-¿Como estás? ¿aun sad?- me preguntó mientras me tomaba del brazo.
-No. Ya no. Estoy bien - le respondí con una sonrisa y tocando su cabello multicolor.
-Que bueno bebé porque odie verte así. Por cierto que gran pene tienes -.
-¡Sam!- le grité avergonzado.
-No te preocupes bebé es normal. Aunque si envidio a la pelirroja -.
-Tan pequeña y golosa ¿quien lo diría?- intervino Matthew con una sonrisa al tiempo que comenzaba a correr.
-¡Oye!- se quejó ella mientras corría tras él para golpearlo -. ¡Nos vemos en él almuerzo!- gritó en mi dirección mientras agitaba su mano en señal de despedida.
Yo correspondí con un adiós mientras reía divertido imaginando lo que le esperaría a Matt en cuanto esa pequeña lograra alcanzarlo.
-Hola mi amor - sin previo aviso Irina me abrazó por la espalda y su olor a fresas invadió mi nariz por completo.
-Hola- respondí mientras me volvía para besarnos en los labios.
-¡Con quien te reías?-.
-Eran Sam y Matthew lo...-.
-¿Ese par otra vez?- me interrumpió con enfado -. Sabes de sobra que odio a esa pequeña sanguijuela y al nerd ese. ¿que les ves he? No me gusta que estén cerca de ti, mas esa tipa - sin duda estaba furiosa.
-Ya lo hemos hablado muchas veces. Cada uno es libre de elegir a sus amigos. A mi no me hace gracia que te juntes con esas amigas zorras que tienes pero me da igual y no te ando reclamando a cada rato -.
-Es diferente. Mis amigas son mis amigas y no se me andan echando encima para abrazarme como hace esa estúpida niña de cabellos asquerosos - espetó mientras se apartaba de mi.
-Es mejor que dejemos esta conversación hasta aquí - le dije molesto -. No voy a dejar que sigas insultando a mis amigos y no voy a cambiarlos porque a ti no te caigan bien ¿estamos?- ella asintió y se marchó molesta y sin despedirse.
Miré sus cabellos rojos perderse entre tantos estudiantes y después de calmarme un poco me fui a clases. Observé la pantalla de mi teléfono un momento para ver un mensaje que me había llegado cuando sin esperarlo choqué con él cuerpo robusto de una persona. Inmediatamente me aparté para verlo.
-Disculpame- intenté y entonces lo vi mejor.
Era Dylan: su piel blanca a juego con su pelo rubio y un par de ojos cafés me miraban con rabia, junto a este, otros tres pares de ojos le seguían ya que estaba en medio de sus amigos.
-¡Deberías fijarte por donde vas - dijo mientras me tomaba por la camisa desde él pecho -. O es que acaso tus padres no te enseñaron por donde ir... Ups lo siento... No tienes padres... Lo había olvidado - sus amigos comenzaron a reír y él me empujó con furia intentando hacerme caer pero no lo logró.
-Lo siento - dije una vez mas mientras seguía caminando rumbo al edificio.
Él sólo siguió riéndose con sus amigos y con él muchos mas. Su mejor forma de insultarme siempre había sido recordarme que no tengo padres ya que para todos Sebastian y yo somos primos, sus padres me adoptaron después que los mios murieron en un accidente automovilístico, su madre era hermana de la mía. Por supuesto todo eso es una mentira que la organización nos obligó a sostener para infiltrarnos en esta universidad. El odio de Dylan viene desde que Irina lo dejara y tiempo después nos hiciéramos novios.
Él profesor de historia llegó tan pronto él timbre sonó. Era un tipo de corta estatura y delgado. Vestido con una camisa de cuadros blancos y café, pantalón de vestir negro, con una finísima raya en medio. Detrás de ese par de lentes de fondo de botella se encontraban unos llamativos ojos azules que no parecían cuadrar con él resto de su cara.
-Jovenes bue... Buenos días. Ayer hablábamos de la primera guerra mundial, sus causas y consecuencias para el mundo comercial así como también de los principales países involucrados y...-.
Él profesor siguió hablando bajo la mirada atenta de todos los presentes mientras yo desviaba la mirada al patio de aquel enorme lugar y por mi cabeza desfilaban imágenes de esa horrible máscara con sonrisa ladina que la organización nos obliga a usar. A lo lejos se escuchó una sirena de policías que se fue acercando y me sacó de mis pensamientos.
Todo estaba bien hasta que vi varias camionetas de uniformados bajándose en los espacios verdes de la universidad con armas largas por delante y pasamontañas cubriendo sus caras. ¿Que estaba pasando? Me pregunté y saqué él teléfono para enviarle un mensaje a Sebastian que de seguro estaba en su clase de mercadotecnia.
/¿Sabes que sucede?/
Él mensaje fue enviado y los nervios comenzaron a reflejarse en una de mis piernas que movía constantemente siempre que estaba tenso. En ese momento tocaron la puerta.
Quisiera saber su opinión sobre esta historia... Gracias...
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Amores Anónimos.
Action#PremiosMoon19 (Ganador 1er lugar). Dant y Sebastian fueron privados de su libertad para convertirlos en asesinos con la falsa promesa de ver libres a sus seres queridos. Ambos trataran de destruir a aquella organización terrorista que los obliga a...